Un rescate a España es un concepto económico de actualidad que hace referencia a la necesidad del Estado de acudir a fuentes de financiación atípicas a la práctica habitual, que es emitir deuda en subasta a través del Tesoro Público.

Es una medida excepcional para una situación económica de crisis también excepcional. La ayuda puede ser de diferentes organismos internacionales, sea el Fondo Monetario Internacional (FMI) o al Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF/EFSF). Se ha aprobado una ayuda financiera de hasta 100.000 millones de euros, procedentes del FEEF.

La primera pregunta es por qué España necesita un rescate de sus bancos. Por desgracia, la respuesta es que la mala gestión de riesgos de muchas entidades financieras nos ha llevado a esta situación, que pagaremos todos los contribuyentes. Al conceder préstamos promotor, hipotecas y créditos a personas de dudosa solvencia (presente o futura) y con una crisis económica de enormes proporciones, se han adjudicado suelo, promociones y viviendas de una forma alarmante.

Este ladrillo en balance no se contabilizó a precio de mercado, sino por el mismo valor que las deudas que garantizaban. Ello implica que en el momento de impagarse las deudas y quedarse suelo y viviendas, no se reflejó pérdida alguna. Sin embargo, no es lo mismo que le paguemos una hipoteca de 200.000 euros al banco que no le paguemos y se quede nuestra vivienda, que vale mucho menos que en el momento de comprarla.

La crisis se ha alargado y no se ha recuperado el precio de la vivienda y suelo. Y hay unas pérdidas latentes muy grandes que empiezan a ser imposibles de esconder. El rescate de hasta 100.000 millones de euros va a capitalizar la banca, es decir, a cubrir las pérdidas que escondían.

Un rescate a un país puede ser «duro», si se le intervienen sus políticas económicas, o «blando», si el rescate no implica una intervención amplia de la soberanía. Pese a que nuestro Gobierno huye por activa y por pasiva de la denominación de rescate, las medidas de ajuste aprobadas el 13 de julio de 2012, entre las que figura la subida del IVA reducido del 8 al 10% y del normal del 18 al 21%, la cancelación de la paga extra de Navidad de los empleados públicos o el empeoramiento de la prestación por desempleo a partir del sexto mes, dejan en evidencia que estamos ante un rescate con duras condiciones.

Además se elimina la deducción por adquisición de vivienda habitual para los inmuebles comprados a partir de 2013.

El 20 de julio de 2012 los ministros de finanzas del Eurogrupo aprueban definitivamente el rescate de hasta 100.000 millones de euros (ver acuerdo en PDF), después de que los parlamentos de Finlandia y Alemania hayan aceptado las condiciones pactadas.

En diciembre de 2013 se anuncia el fin del rescate a la banca. Fuentes gubernamentales se felicitan por el éxito de la operación, si bien múltiples economistas independientes, entre los que se encuentra el propio CEO de Futur Finances, critican la opacidad del proceso y cuestionan su efectividad en la economía real.

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