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Después de mi intervención en el programa Salvados del domingo ¿Qué hago con mi dinero? hace días que quería compartir mis impresiones sobre ese momento de «gloria televisiva» con vosotros.

Este blog no es sólo una bitácora de información financiera, es mi espacio de reflexión personal y colectiva conmigo mismo y con vosotros, sufridos y sufridas lectores. Una intimidad colectiva, diría yo.

Lo primero dejar bien claro que no he sido jamás banquero, en todo caso bancario. Mi cuenta corriente está tan seca como la de la gran mayoría de familias españolas. Y si no que se lo digan al buen director de la sucursal de mi banco amigo. Suerte que nos conocemos desde hace años y no me intenta vender nada. Eso sí, me hincha a comisiones.

Ha sido un verdadero placer aparecer en un programa de máxima audiencia como el de Jordi Évole. Confieso que nunca pensé que mi testimonio interesase tanto a la gente y, aún menos, tuviera tanta aceptación. De lo que más orgulloso me siento es de haber podido explicar en antena lo que hace años que vengo diciendo: al director de sucursal no le dejan hacer su trabajo. Uno no estudia tantos años para acabar de vendedor de cuberterías. Tengo muy buenos amigos en banca y todos ellos son magníficas personas y grandes profesionales; sin embargo, a la mayoría se les desincentiva para hacer lo que, considero, es su trabajo: ayudar a que sus clientes ganen dinero o, como mínimo,  evitar que lo pierdan.

Si algo me ha llenado de satisfacción ha sido que la gran mayoría de bancarios me han dado la enhorabuena por explicar sus padecimientos en las oficinas. Lo que ellos muchas veces no pueden confesar a sus clientes, lo he dicho yo. Algunos reproches que me han formulado se refieren a que he sido un poco parcial y no he explicado lo que sí hacen bien. Y tienen razón. El personal de oficina bancaria hace muchas cosas beneficiosas para sus clientes, desde luchar un préstamo que ayudará a un empresario a iniciar su proyecto hasta intentar por todos los medios que una familia no pierda su casa. Lo hacen, todos los días y en muchas oficinas de algunos bancos.

En mi defensa alegaré que la entrevista duró 3 horas y han sacado 13 minutos, muchas ideas quedaron en el tintero. A todos los bancarios que en su día a día luchan contra el sistema para tratar de ser útiles a los impositores y deudores, muchas gracias. Y gracias a las entidades financieras que se den cuenta que el cliente es lo primero, no el último de la fila. Y que un banco sin alma, no es un banco que se merezca sus empleados, sus clientes ni sus accionistas.

En cuanto a los que tienen curiosidad por saber si Jordi Évole es tan majo en persona como aparenta en su programa, deciros que sí. Tanto él como su equipo son gente normal, agradables y simpáticos que hicieron que la grabación fuera un cachondeo y me lo pasara muy bien. Muchas gracias al equipo de El Terrat.

A los medios de comunicación y periodistas que se han hecho eco de mis intervenciones, desde Libertad Digital a Editorial Prensa Ibérica, pasando por Onda Cero y el genial Monegal, Ultima Hora y mi antiguo profesor Emili Gené, Público o elEconomista, entre otros, muchas gracias.

A todos mis amigos y familia, con especial mención a Alcides Ramos, que trabajó en domingo para mi web, muchas gracias por soportarme día a día, con mis virtudes y mis muchos defectos.

Y a vosotros, abnegados lectores de este aprendiz de comunicador financiero, muchas gracias.

Cada vez tengo más claro que la frontera que separa el mundo 2.0 y la realidad física es más tenue cada día que pasa. No hace apenas uno o dos años que un bloguero económico apareciera en una programa de TV de máxima audiencia dirigido al público en general como Salvados hubiera sido impensable.

Las finanzas en la Red ya hace un tiempo que han desembarcado en los medios de comunicación tradicional y no creo aventurado afirmar que están conquistando ambos mundos. La prensa cometió el grave error de obviar la calidad de los blogueros financieros y, obligados por la realidad, cada vez son más los artículos que recogen nuestras opiniones y análisis.
Sin embargo no es hasta que la crisis económica ha entrado en los hogares de todos que las finanzas han adquirido un lugar importante en las preocupaciones de las familias. La cultura financiera está en el orden del día de gran parte de las decisiones que tomamos y determinan nuestra vida: desde contratar una hipoteca a ahorrar para nuestra jubilación.
Este domingo 29 de enero de 2012 a las 21:30h un servidor aparecerá en el programa «¿Qué hago con mi dinero?«, en calidad de economista conocedor de la banca comercial de sucursales desde dentro (Banco Zaragozano), delante (Futur Finances o iAhorro.com), fuera (como cliente bancario) y al lado (como agente Bankinter).
A los que siguen mis escritos, desde los que tratan de la caída en desgracia del director de toda la vida a los que critican abiertamente la política comercial de sucursales, no les extrañará lo que opino sobre la falta de asesoramiento en sede bancaria. Sin embargo quiero hacer una aclaración importante, que imagino saldrá en el programa: los buenos directores y el resto de personal bancarios son de los mejores expertos en productos financieros de este país. Lo que pasa es que gran parte de las entidades financieras no les pagan por hacer bien lo que opino debería ser su trabajo: captar, fidelizar y ayudar a sus clientes. Si sus incentivos son vender y no asesorar, es muy complicado hacerlo todo bien.
Las sucursales no deben desaparecer (reducir su número desde luego), lo que han de pasar de meros puntos de venta financieros a centro de atención y asesoramiento al cliente. Los clientes cada vez más buscan información, compara productos y hablan con clientes en la Red. Una vez se han decidido por algún producto, es cuando el asesoramiento en sucursal debería entrar en juego. Este es el futuro de la banca, en mi humilde opinión.