La prima de riesgo: ¿en qué nos afecta?

Durante la crisis del Euro ha sido habitual la mención a la prima de riesgo en los medios de comunicación y sus perturbadores efectos en la economía española cuando ha sido alta. Sabiendo que si sube la prima de riesgo ello afecta negativamente a la economía; la pregunta es si conocemos sus efectos en nuestro bolsillo.

¿Qué es la prima de riesgo?

Lo primero es entender qué es la prima de riesgos. Utilizaremos dos definiciones, una intuitiva y una un poco más técnica:

  1. La prima de riesgo representa la rentabilidad adicional que nos solicitan para dejarnos dinero respecto al país de la zona Euro que inspira mayor confianza a los inversores (Alemania). Por tanto, es la diferencia de confianza que tienen en que España devuelva sus deudas y pague puntualmente los intereses, en relación a que lo haga Alemania.
  2. Concretamente, la prima de riesgo es la diferencia de rentabilidad de los bonos españoles a 10 años respecto a los alemanes, en el mercado secundario de deuda.

Por ejemplo, si la prima de riesgo española está a 280 puntos, significa que para comprar bonos españoles se exige una una rentabilidad adicional de 2,8 puntos respecto a la de los bonos a 10 años de Alemania. Si un bono alemán ofrece una rentabilidad del 0% (el más seguro para los inversores), los españoles tenemos que rentabilizar los bonos al 2,8% (0 + 2,8).

Si bien lo que paga el Estado Español no es el precio en el mercado secundario (dónde los bonos cotizan como las acciones), sino el precio que ofrecen en las subastas de deuda periódicas correspondientes, ambas rentabilidades están íntimamente relacionadas.

Una prima de riesgos alta significa que nos cuesta más dinero endeudarnos como país, ya que los prestamistas piensan que el riesgo de que no paguemos en tiempo y modo es mayor.

¿Cómo afecta la prima de riesgos a nuestro bolsillo?

Hemos visto lo que significa para el Estado español tener una prima de riesgos más o menos alta. ¿Cómo se traslada esto a nuestras finanzas personales?

Si aumenta el coste para las finanzas públicas de solicitar dinero a crédito, como está pasando, el Estado deberá poner en práctica políticas de contención del gasto y, si lo cree posible sin desincentivar la economía, de aumento de ingresos (vía privatizaciones, aumento de impuestos o de cargas sociales, entre otros).

Por la parte del consumidor, una prima de riesgo alta tiene los siguientes efectos:

  1. Encarecimiento y contracción de créditos y préstamos; cuando los inversores desconfían de la deuda de un país, pasa lo mismo con las empresas ubicadas en él. Si las entidades financieras nacionales tienen dificultades para obtener liquidez del mercado internacional, tienen menos dinero para ofrecer a sus clientes. Se conceden menos préstamos personales e hipotecas y a tipos más caros.
  2. Con menos crédito para empresas y particulares, unido a la crisis económica en la economía real, las empresas no consiguen financiación para su circulante e inversiones, los particulares no pueden comprar bienes y servicios a crédito y tampoco adquirir una vivienda solicitando una hipoteca. Todo ello se traduce en más paro y un sector inmobiliario en coma asistido.
  3. Sin crédito para la vivienda, el precio de la vivienda no repunta, dado que la demanda de viviendas lo tiene más complicado para comprarlas con financiación hipotecaria.
  4. La parte positiva es para los que ya tienen una hipoteca, durante la crisis y tras ella, ya que estamos viviendo un escenario de tipos de interés negativos.
  5. También los ahorradores se ven favorecidos, en el sentido de que la banca necesita liquidez y, debido a las dificultades del mercado exterior, se centra en los ahorradores del país.
  6. Si se tienen que hacer recortes en el gasto público, los servicios que el ciudadano recibe del sector público empeoraran y es muy posible que el Gobierno tenga la tentación de subir impuestos

La prima de riesgos refleja la confianza que los inversores tienen de que España pueda devolver sus deudas. Cuanto mejor se hagan las cosas para generar confianza, menor será la prima de riesgo. Y mejor será para la economía del país y para nuestro bolsillo.

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