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Hay un tema que jurídicamente podrá ser muy discutible pero que a nivel de justicia creo que es evidente que se trata de la carga de la prueba en la comercialización de participaciones preferentes y otros productos tóxicos, en terminología de mi libro «La banca culpable«.
Dado que ningún ahorrador conservador hubiera invertido parte de sus ahorros (ni mucho menos todos) en un producto híbrido, complejo y perpetuo, quién debería demostrar el proceso de venta correcto debería ser la banca, no los afectados.
De este tema y otros relacionados con mi libro hablé ayer en Gestiona Radio:
También os dejo una nueva entrevista en El Confidencial, titulada «Son comerciales y hay que saberlo». Entre otras preguntas que respondo podría destacar algunas soluciones que formulé en cuanto a la normativa hipotecaria:

Ley de quiebra. Para que una mala praxis bancaria no represente un riesgo sistémico, es necesario “crear una normativa en la que se diga que si un banco va a la quiebra por su mala gestión no pueda ser rescatado con dinero público. Si esto sigue sucediendo, lo que haremos es dar incentivos a los directivos para que sigan arriesgándose”.

Asunción de responsabilidades. “La responsabilidad de la venta masiva de productos complejos a clientes con un perfil de ahorradores, de la quiebra de bancos o de actuaciones negligentes debe ser asumida. Los responsables, si realmente han tenido la culpa al engañar a los clientes, deben pagar con su patrimonio”.


Modelo de sucursal doble. Para Monserrat, todos los bancos deberían tener dos tipos de oficinas. Una para ahorradores, donde se otorguen créditos y se vendan productos financieros simples, y otra para inversores en las que se vendan productos de riesgo. Estas segundas “deberán estar más supervisadas y se debería exigir a los empleados un buen nivel formativo y una capacidad para asesorar alta”.


Ley de segunda oportunidad. Esta norma, dice el economista, “es básica para evitar que una familia no pierda su casa y que el banco no sufra demasiado las consecuencias. Esto debería hacerse a través de la ley concursal, en lugar de un código de buenas prácticas. De este modo, dependerá de la voluntad del juez y no del banco, como ya se hace en otros países. No puede ser que un juez esté incapacitado para paralizar una ejecución hipotecaria si hay indicios de cláusulas abusivas o de mala fe a la hora de vender un producto complejo o una hipoteca”.

Numerosos han sido los portales de noticias online y blogs financieros que han reseñado mi libro «La banca culpable». A todos ellos no puedo menos que agradecerles sus palabras.
El primero ha sido el buen amigo Echevarri de Rankia, que ha comentado su colaboración en el libro incluso antes de que éste estuviera en el mercado. Espero con ganas y temor su crítica una vez leído el libro entero.
Los amigos de El Blog Salmón, cuyo editor Remo Domingo también ha participado en el libro, han dedicado una buena crítica a la obra.
El Mundo me hizo una excelente entrevista, en la que se explica que los bancarios tienen cuya principal misión vender, no asesorar.
Mis compañeros de Fotocasa también han querido entrevistarme sobre «La banca culpable», con un artículo titulado «La banca ha de saber analizar las probabilidades de una familia de devolver la financiación» que creo vale la pena leer.
Los magníficos profesionales de El Confidencial también han tenido la deferencia de mencionar mi libro en un artículo titulado «Las hipotecas son carísimas. Si no tienes dinero, espera, es mejor no comprar una casa».
Los medios online de Editorial Prensa Ibérica me han dedicado una entrevista cuanto menos exagerada, sin duda se nota que me aprecian.
Recientemente he leído otra reseña de un medio de mi tierra, Lo Nostro, que tampoco está nada mal.
Seguramente me dejo en el tintero alguna mención, que mencionaré en cuanto me de cuenta. La verdad es que me siento muy agradecido de esta buena acogida de «La banca culpable«, que aún no lleva ni un mes a la venta. De ventas es pronto para saber qué tal va, pero hay buenos indicios, como estar en ocasiones como ebook más vendido en diferentes categorías en Amazon, por ejemplo.
A todos los que me leéis  y me aguantáis, mil gracias.
Para ser más concretos, su autor en la radio, que mi libro de momento no habla.
La verdad es que la editorial está haciendo un trabajo magnífico de promoción, con múltiples apariciones en prensa, radio e incluso TV.
Estoy explicando el contenido y la finalidad del libro «La banca culpable» y, además, expandiendo el mensaje de que la cultura financiera  a nivel de calle es vital, lo verdaderamente útil del mensaje.
Os dejo algunas de mis intervenciones radiofónicas, esperando que alguna sea de vuestro interés.

 

El jueves 14 de febrero he tenido la gran oportunidad de hablar de mi libro en «Los desayunos de TVE» y en la desconexión de los informativos de mi tierra, l’Informatiu Balear.

En el programa de difusión nacional de TVE he opinado sobre preguntas relacionadas con:

  • La utilidad de la Tasa Tobin.
  • La comercialización de las participaciones preferentes.
  • La importancia de leer y entender la letra pequeña de los contratos.
  • El drama social y económico de los desahucios hipotecarios.
  • Las cuentas en paraísos fiscales.
  • La valoración del FROB de las acciones de Bankia.
  • La amnistía fiscal.

A partir del minuto 15 podéis ver mi intervención:

Los desayunos de TVE – Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados Ver vídeo
Los desayunos de TVE - Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados

Por otra parte, en el siguiente vídeo aparecen mis comentarios sobre «La banca culpable» en el Informatiu balear.



Solo quien ha estado mal, física o emocionalmente, y ha tenido al lado a un animal, especialmente un perro pero también gatos y hasta tortugas (con mucha imaginación), sabe lo que es recibir afecto y cariño sin mesura ni condiciones.

Tan importantes son para mi los animales, que en mi primer libro «La banca culpable» les he dedicado un fragmento:
Finalizo con unos personajes muy relevantes en toda esta historia: mis animales domésticos y menos domésticos; mis dos perritas y gatos que tanto me han acompañado en mis horas de soledad escritora, muchas veces durmiendo en mi regazo o cerca de él. A mis tortugas de agua, pacientes y expectantes en su piscina particular. Si alguien cree aún que los animales no tienen sentimientos, que se preocupe en descubrirlos. O tal vez el que los haya perdido sea él.
Los animales tienen sentimientos, piensan y toman decisiones. Cada especie en base a su capacidad, pero sin duda es así. No me hace falta leerme ningún tratado sobre el tema, se nota. Y el ser humano, tan ignorante él, aún se permite matar perros y gatos en perreras, entre muchos otros crímenes de lesa animalidad. Está claro que los humanos, entre los que me encuentro, comemos carne animal. Pero lo que no es humano es matarlos porque sí, tendiendo muchas otras formas de gestionar, por ejemplo, una plaga.
Un día se estudiará de verdad la consciencia animal y sabremos, de una vez por todas, qué grado de sufrimiento estamos ejerciendo sobre la fauna.
Mientras tanto, que cada uno de los humanos de buena voluntad haga algo. Empezando por adoptar los animales de las perreras.
Disculpadme por el exagerado titular, pero algunas veces hay que exagerar lo bueno que pasa en estos momentos de pesares constantes.
La cultura financiera de los españoles es, en general, muy baja. Por al sistema educativo que no valora este tipo de enseñanzas (probablemente porque al poder le conviene clientes de banco ignorantes), y por una cierta desidia o complacencia del propio ciudadano. A fin de cuentas, uno quiere pensar que no hace falta formarse en finanzas personales, dado que su «amigo» director de banco le aconseja.
Sin embargo, el director de banco no aconseja, vende productos financieros. Y si el cliente no sabe comprar, acabará perdiendo dinero y tranquilidad emocional.
Sin embargo hay gente como Emili Gené, antiguo profesor mío del Institut Ramón Llull, que intenta que este tipo de información llegue a los alumnos. Por segunda vez he podido charlar con los estudiantes y darles mi punto de vista sobre la importancia de la educación para un mundo laboral que se vuelve muy inestable y para evitar que políticos, banqueros y medios de comunicación nos engañen. Además, los alumnos ha podido escuchar qué es una tarjeta de crédito y cómo se usa, que no hay que emanciparse comprando una vivienda mediante un préstamo hipotecario a la ligera, la diferencia entre un depósito a plazo fijo y otros productos de ahorro e inversión, entre tantos temas que no se suelen explicar en sede académica.
Todos estos temas, y muchos más, los trato de forma amena en mi próximo libro, que ya sale la semana que viene: La banca culpable.


El día 12 de febrero de este 2013 está previsto el lanzamiento de mi primer libro, «La banca culpable«, que analiza bajo mi punto de vista lo que se ha hecho mal en las oficinas de los bancos en España.
Una visión lo más objetiva posible, si ello es posible, que cuenta con la colaboración de grandes personas y profesionales, como son:

La editorial que se ha atrevido con semejante riesgo, dadas mis escasas dotes en materia de libros, es la prestigiosa Esfera de los Libros, a la que agradezco profundamente su fe en el proyecto.
Os dejo el extracto de la obra, para empezar a cultivar vuestro apetito:

La mejor manera de que nadie responda de los despropósitos realizados en el negocio bancario es negar que haya culpas ni culpables o, mejor, aceptar que existe responsabilidad compartida por todos: banqueros y bancarios, Gobierno, supervisores y clientes.

En La banca culpable hay culpas y culpables.

No es un compendio revanchista ni un alegato de indignación, aunque también.

Lo que se pretende es identificar las malas prácticas y los productos financieros que han causado la ruina de hipotecados y ahorradores, además de proporcionar las herramientas básicas para que el cliente no vuelva a entrar desprotegido a una oficina bancaria.

Hemos tratado de analizar los errores y malos usos de la forma más objetiva e imparcial posible, recurriendo a la opinión de expertos y clientes reales, así como a la experiencia del autor como bancario primero y como agente de entidad financiera después. Además, su actual vinculación al mundo de las finanzas online le ha permitido escribir con pleno conocimiento del sector.

Seas banquero, bancario, cliente estafado o contento con tu entidad financiera, sufrido contribuyente o político de cualquier administración, este libro te interesa. Puede que no estés de acuerdo con parte de lo que se narra pero, sin duda, te hará pensar y, lo más importante, aprenderás a invertir tu dinero.

Y encontrarás repetida una y otra vez la fórmula mágica para que no vuelvas a contratar productos financieros que no te convienen: «El director de banco es un vendedor, no un asesor».