La temida e indeseable pero posible y a veces ineludible reestructuración de plantillas


Hoy he asistido a las jornadas «Cómo optimizar y positivar los procesos de reestructuración de plantillas» organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (apd).

Con la participación del DG de Treball del Govern Balear el Sr. Pere Aguiló, representantes de Cuatrecasas, del Creade-Grupo Adecco y del Sr. Héctor Sandoval (RR.HH. de Spanair).

Un tema muy de actualidad, la reestructuración de plantillas, pero no por ello menos difícil; difícil por su complejidad técnica y aspecto multidisciplinar y difícil por lo desagradable del objetivo último: menos trabajadores en nuestra empresa. Una familia más con problemas.

Si, claro que a veces no queda otro remedio si se busca la supervivencia de ese ente al que llamamos empresa, pero muchas veces usado como instrumento de deslocalización industrial o como medio para ganar más dinero.

El DG de Treball nos ha dado algunas cifras muy preocupantes de la CC.AA. de les Illes Balears sobre el tema; en el 2007 se tramitaron 32 ERE y en lo que llevamos de 2008 hay tramitados 58 (un incremento de nada más y nada menos que del 81%).

Está justificada la alarma social en cuanto a los ERE?, se preguntó él mismo; si, se contestó, ya que suponen un signo inequívoco de que las empresas van mal.

También dijo que «lo mejor es enemigo de lo bueno», en referencia al efecto perverso que la nueva Ley Concursal tiene sobre los derechos de los trabajadores de las empresas insolventes.

En los casos de Concurso de Acreedores, el Juez tiene un papel exclusivo y excluyente, lo que significa que el ERE deja de estar en manos de la tutela laboral para pasar a ser competencia del juez del concurso; este cambio de jurisdicción crea un grave perjuicio para los trabajadores:

Se encuentran en un limbo indeseable e indeseado, ya que hasta que el juez no dicta la resolución de extinción de los contratos, el trabajador está en una situación de indefensión al no poder ir al paro y sin cobrar las nóminas de la empresa. Y este período suele ser de nada más y nada menos que de 6 larguísimos meses!

¿hay opciones para evitar esta aberración? de momento NO, si atendemos a lo dicho por el Sr. Pere Aguiló; éste se muestra muy preocupado por esta realidad y lanza tres posibles vías de reforma legislativa para arreglar este desaguisado:

1.- Reformar la Ley Concursal, cosa muy difícil.

2.- Regular una nueva situación de desempleo desde el momento en que la empresa no paga los sueldos y hau un Concurso Voluntario de Acreedores.

3.- Modificar la regulación del FOGASA para que haga frente a más de los 120 días de salarios estipulados.

Esperemos que esta reforma se lleve a cabo cuanto antes mejor, ya que es injusto que los trabajadores abocados a perder su empleo además se tengan que pasar meses y meses sin poder optar al paro y sin cobrar de la empresa insolvente.

Unas jornadas muy interesantes que desde aquí deseamos que continuen, eso si, con temas más optimistas a poder ser.

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