Muchos son los errores cometidos por la banca antes y durante la crisis económica que hemos vivido (si es que podemos tratarla en términos pasado, que lo sigo dudando). Varios de estos errores y malas prácticas bancarias las he señalado y explicado en mi libro ‘La banca culpable‘.
Que la banca sea culpable de muchas cosas, no significa que lo sea de todas ni, tampoco, que el cliente no haya cometido errores que se deban subsanar. El que piense que las Leyes le deben proteger de uno mismo, que en ocasiones efectivamente así es, se arriesga a ser dirigido por los que las conocen y determinan.
La responsabilidad individual a la hora de pedir un préstamo o crédito personal o hipotecario no puede seguir limitándose a la falsa idea de que “si el banco me concede el dinero, será que puedo devolverlo”.
Ser prestatarios responsables significa:
Formarse en los productos de crédito que uno pretende solicitar. Para ello, hay guías gratuitas en iAhorro.com y otras, como la interesante guía de las hipotecas del Banco de España.
Informarse de las diferentes opciones de financiación y comparar y analizar sus características, para contratar el préstamo que mejor se adapte a nuestras necesidades, con las mejores condiciones posibles.
Aprender a negociar con las entidades financieras, ya que nada de lo que nos presenta el banco por escrito es una Ley que cumplir sin más.
Y firmar sabiendo lo que se firma, punto fundamental que significa leer los contratos con tiempo y calma, días antes de su firma.
Os dejo unos vídeos editados por iAhorro.com sobre estos temas:
 

 

De vez en cuando resulta interesante recordar las apariciones que uno ha tenido en los medios de comunicación que, de alguna forma, han sido claves. Sin duda alguna, mi primera aparición en el programa Salvados de laSexta en enero de 2012 y un año después marcan un antes y después en mis apariciones en medios.
Más allá de un simple ejercicio de ego, cuyo sentido tiende a la nulidad, recordar estas apariciones nos ayuda a poner en valor lo que hemos hecho. Y explicar a la opinión pública los desmanes de algunos cajeros y banqueros ha ayudado a cambiar muchas cosas. Entre ellas, a que seamos clientes exigentes y no meros súbditos de los bancos.

Salvados: El cliente perfecto