A estas alturas de la película casi todos sabemos lo que es la prima de riesgo de un país. En el caso de la prima de riesgo de España, esta semana que dejamos atrás ha llegado a sobrepasar los 500 puntos básicos, si bien ha cerrado en los 441 pp.
Esta terminología lo que significa es que los bonos a 10 años que emite España (el dinero prestado que pedimos para devolver en 10 años) cotizan en el mercado secundario (mercado en que se venden y compran diariamente estos bonos) 4,41 puntos porcentuales por encima del bono a 10 años alemán.
Si al país más seguro de la zona Euro le prestan a un 1,97%, a España le piden un 6,38%. Con una prima de riesgo tan elevada, cualquier economía se viene abajo en poco tiempo. Paga más España como país que lo que los mejores depósitos a plazo fijo remuneran al ahorrador privado. Una barbaridad.
No se trata de que España no sea solvente (incluso en la mala situación económica que vivimos, somos un país con una fuerte capacidad de generar riqueza), sino que no tiene liquidez. Actualmente gastamos más que ingresamos; si por el desfase tenemos que pagar tipos de interés por encima del 6%, llega un momento en que la economía es incapaz de generar los recursos para pagar la deuda.
Muy al contrario de lo que normalmente la gente piensa, esta situación sí fue prevista por los economistas hace años; décadas, de hecho. Ya desde el inicio de la creación de la zona monetaria común, al imprimir y acuñar los primeros Euros, se dijo lo siguiente:
Una unión monetaria sin integración fiscal, es inestable ante shocks asimétricos.
En otras palabras, si hay una crisis en que unos países van peor que otros, si no hay una coordinación en política impositiva, un endeudamiento avalado por todos los países (Eurobonos) y demás políticas fiscales comunes, la moneda tiende a desintegrarse.
Una divisa no es más que un reflejo de la riqueza de la zona respecto al exterior. Si los países de la Unión no somos igual de ricos, nuestros Euros no valen lo mismo. Y lo que está pasando es que los mercados entienden estos principio básicos.
Para que el Euro continué, lo que se necesita es mucha voluntad política. Ceder soberanía nacional a Europa y que los países más ricos estén dispuesto a ayudar a los más pobres, a cambio de que los más pobres hagan las reformas necesarias para crecer como es debido.
No hablamos ya de economía; hablamos de decisiones políticas valientes; veremos que historia quiere Alemania que se escriba sobre su capacidad de mantener un proyecto común europeo. Desde luego, la salida del Euro le costará mucho dinero a los alemanes.
¿Mi opinión sobre la continuidad del Euro?
El Euro no desaparecerá ya que Alemania y el resto de países más fuertes admitirán que momentáneamente el BCE compre deuda de los países con problemas para, rápidamente, proceder a una integración fiscal en toda regla.
Sin embargo lo que pasará depende de decisiones políticas, volubles como las personas que las toman.
El histórico nivel al que ha llegado esta mañana la prima de riesgo española no se aviene con la situación financiera. “Se puede hablar de un ataque especulativo en toda regla porque España no está tan mal”, ilustra el analista de iAhorro.com Pau Montserrat, quien asegura que hoy por hoy comprar deuda a 10 años a más del 7% es un “buen negocio”. Nadie da en el mercado esta alta rentabilidad y nadie considera que “España vaya a impagar”.
En ningún caso, afirma Montserrat,el caso de España se asemeja al de Grecia porque su economía no está en riesgo de quiebra porque genera riqueza y sólo de manera coyuntural necesita endeudarse para refinanciarse.
Para Montserrat, la solución para atajar ese nerviosismo es que el Banco Central Europeo (BCE) se desmarque de los postulados alemanes y apueste por emitir eurobonos, títulos de deuda europeos avalados por todos los socios.
Además, tanto Montserrat como San Félix confían que el BCE compre deuda española, igual que ha hecho con la italiana en las semanas anteriores, una operación que relajó a los mercados. En cambio, Alcaraz afirma que la adquisición de bonos por parte del banco emisor es “pan para hoy y hambre para mañana” porque la compra le obligará a quedarse de “fondos tóxicos y acabaría por pervertir el sistema”.
En lo que sí coinciden es en avanzar hacia la integración fiscal porque, apuntan, tras una ´década con el euro y con una crisis sin comparación históricas se ha demostrado que la unión monetaria es insuficiente para encontrar una salida a esta encrucijada en que se encuentra la Unión Europea.
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Es una respuesta obvia, pero lo cierto es que cuando la rentabilidad de los bonos crece, el que gana es el comprador. “La rentabilidad es para el que compra bonos en el mercado secundario”, explica Pablo Monserrat, economista de iahorro.com: “Ganan porque apuestan a que no habrá ningún impago y se aprovechan de la coyuntura”.
En esa categoría entran inversores privados, que suelen ser fondos de inversión y de pensiones. “Los bancos, en cambio, se ven perjudicados cuando sube la prima de riesgo: no pueden vender masivamente la deuda pública que tiene y esos activos pierden valor”, explica este analista. “Además, cuando el riesgo país sube, los bancos españoles encuentran más dificultades para financiarse”.
“España está viviendo un ataque especulativo: los inversores aprovechan el momento de Grecia e Italia para atacar a un país más fuerte como España”, concluye el analista.
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