Los españoles seguimos cumpliendo con la hipoteca
La cultura española de pagar la hipoteca se refleja claramente en la realidad, como podemos leer en El Mundo.
La tasa de morosidad alcanza el 0,632%, dato que no preocupa todavía a los expertos.
El caso es que el español hipotecado, una gran parte, por no decir la inmensa mayoría, lo último que deja de pagar es, precisamente, la hipoteca. Tener una vivienda supone algo así como ser un español de ley.
Todo el mundo paga su hipoteca, aunque el cambio de ciclo, unido a los vientos de crisis financiera provenientes de Europa, hace dudar al más pintado. No es así, la hipoteca es lo primero y las cervezas o las vacaciones financiadas con préstamos exclusivamente consumistas pueden esperar.
Porque, desde muy pequeño, el español medio lo que pretende es tener una casa para él, para el futuro y, por qué no, para los hijos.
Esta cultura de pagar las cuotas de la hipoteca da una estabilidad financiera a España que envidian otros países.
Economista colegiado hace más de 25 años en el CEIB. CEO de Futur Finances. Perito financiero de Futur Legal.
Profesor de Economía Financiera (UIB) y director de Máster (UNIR). Consejero del Consejo Económico y Social de Illes Balears. Patrono de la Fundación Finsalud.
Licenciado en Economía (octubre 1997) y en Administración y Dirección de Empresas (julio 1999) por la UIB. Master Universitario en Asesoría Fiscal por la UNIR (enero 2022).
Autor de libros y artículos académicos (ver en Dialnet). Entre otros, La Banca Culpable (Esfera de los Libros, 2013); capítulo La educación financiera desde el sector privado (Libro La prevención del sobreendeudamiento privado, Aranzadi, 2017); capítulo Intermediarios de crédito inmobiliario, sus representantes designados y prestamistas inmobiliarios (Comentarios a la Ley Reguladora de los Contratos de Crédito Inmobiliario, Wolters Kluwer, 2019); Del dinero mercancía a las criptomonedas (Situación, tendencias y restos del sistema financiero, Aranzadi, 2022).
Pau A. Monserrat considera la economía y las finanzas no solo como una profesión, sino como una forma de entender el mundo. Su enfoque humanístico combinado con un análisis matemático le permite abordar las relaciones entre los distintos agentes económicos. Se ha mostrado activo en la promoción de la educación financiera y la intermediación hipotecaria, así como en la defensa de derechos en el sector financiero.
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