Depósitos a plazo fijo: información para no confundirte

Los depósitos a plazo fijo, plazos fijos o IPFs (Imposiciones a plazo fijo) son el producto bancario de ahorro más seguro y sencillo de los que existen en el catálogo de las entidades financieras.

Es una forma de ahorro que consiste en depositar un dinero durante un plazo determinado (días, meses o años) a cambio de un interés fijo (puede también ser variable en relación al Euribor, así diríamos que es un interés variable conocido) pactado en el momento de la contratación. El cliente le asegura al banco un dinero durante un tiempo (si bien lo puede recuperar antes cancelando el depósito y pagando una posible comisión de cancelación anticipada, que nunca superará los intereses devengados) y el banco le ofrece una rentabilidad conocida.

Garantía del FGD

Al igual que con las cuentas bancarias, el ahorro en depósitos a plazo fijo está garantizado tanto por la solvencia de la entidad financiera que los custodia como por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que devolvería hasta 100.000 euros por persona y banco en caso de que fuera liquidado.

No son depósitos, ni se le parecen

Para evitar contratar un producto financiero de riesgo pensando que estamos ante un depósito a plazo fijo, hay que leer el contrato y asegurarse que es un “depósito a plazo fijo” o una “Imposición a Plazo Fijo” y no otra cosa.

Entre los productos financieros que se han confundido como depósitos sin serlo, existen:

  1. Las participaciones preferentes, producto sin vencimiento (son perpetuas), con un interés o cupón que dependen de que el banco tenga beneficios y cuyo riesgo en caso de quiebra del emisor es muy alto (se cobra el penúltimo, si ha dinero, sólo por delante de los accionistas). En realidad es como ser accionista sin derecho político alguno.
  2. Obligaciones o bonos obligatoriamente convertibles en acciones, como el caso de los Valores Santander en su día.
  3. Bonos estructurados, cuya rentabilidad suele depender de que tres acciones u otro tipo de activos supere un determinado precio. Son famosos, desgraciadamente, los bonos de Lehman Brothers, comercializados por bancos españoles pero cuyo garante era el banco quebrado.
  4. Fondos de inversión garantizados; se garantiza sólo en capital, normalmente, y en una fecha determinada. Si se quiere recuperar el dinero antes del vencimiento, podemos perder capital (se vende a precio de mercado). Igual pasa si no vendemos el fondo en la fecha de garantía.

Siempre busquemos información independiente a la hora de decidirnos por un producto financiero; si no es un depósito, no lo es. Si tienes dudas, empieza por preguntar a los expertos de Futur Finances en nuestro foro gratuito de finanzas personales.

Hay aprender valorar riesgos, liquidez y rentabilidad financiero-fiscal.

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