Fintech: tecnología y finanzas al servicio del usuario
El fenómeno de las tecnofinanzas o fintech tiene que ver con modelos de servicios y productos financieros cuya creación, desarrollo y oferta final se basa principalmente en la tecnología.
Surge de combinar en una sola palabra los términos ingleses finance y technology. Descubre en este artículo una explicación del fenómeno fintech y algunos de los principales tipos de empresas tecnofinancieras en la actualidad.
Indice
¿Qué se entiende por fintech?
Por tecnofinanzas se entiende el nuevo sector financiero con un componente tecnológico fundamental que aúna finanzas y gestión digital; el término deriva del anglicismo Fintech, acrónimo de finance y technology.
Es un sector empresarial heterogéneo, con operadores que son entidades financieras digitales, otras entidades híbridas, como las Entidades de Pago y las Entidades de Dinero Electrónico, empresas privadas bajo la supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y otras sin una legislación específica.
La Asociación Española de FinTech e Insurtech (AEFI) en su Libro Blanco de la Regulación Fintech en España (2017) propone la siguiente aproximación al término:
“Dentro de este apartado se incluye la definición de FinTech entendiendo que bajo dicho concepto se engloban todas aquellas actividades que impliquen el empleo de la innovación y los desarrollos tecnológicos para el diseño, oferta y prestación de productos y servicios financieros; en este sentido es importante precisar que FinTech son aquellas entidades que realizan actividades sujetas a reserva de actividad, entidades que sin realizar una actividad reservada, sí actúan en algún punto de la cadena de valor del servicio financiero aportando un nivel diferencial de innovación y quienes ofrecen servicios de soporte tecnológico a operadores financieros regulados quienes externalizan en tales proveedores terceros algún proceso relevante esencial o importante para la prestación de un servicio u oferta y contratación de un producto financiero.”
Podemos resumir que una empresa será considerada fintech si ofrece servicios o productos financieros, iguales que la banca tradicional o nuevos, con un modelo de negocio eminentemente tecnológico, que permite al cliente comunicarse y operar a distancia.
Tipos de fintech
Podemos clasificar las empresas tecnofinancieras por multitud de criterios. En este artículo intentaremos clasificarlas de la forma más útil para que un consumidor entienda su naturaleza y los servicios que ofrecen.
1. Neobancos
Los neobancos son los bancos fintech.
Bajo esta denominación tenemos tanto entidades financieras con licencia bancaria para operar, pero con procesos y productos eminentemente digitales, como entidades de dinero electrónico (EDE) y entidades de pago (EP); las EDE y las EP no pueden ofrecer depósitos reembolsables al público ni conceder créditos.
Con licencia bancaria plena
Así tenemos a N26 que ofrece cuentas online a los clientes españoles, un neobanco con licencia bancaria plena cuyas cuentas y depósitos están respaldadas por el Fondo de Garantía de Depósitos Alemán.
Otro ejemplo de estos neobancos con licencia plena sería Bunq, que cuenta con el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos Holandés.
Con estos neobancos y desde un móvil u ordenador, un cliente en España puede abrir una cuenta en Alemania u Holanda sin tener que desplazarse.
Revolut ha dado el paso para ser un neobanco “completo” tras conseguir su licencia bancaria plena a nivel europeo, estando las cuentas y depósitos de Revolut Bank aseguradas, hasta 100.000 euros por cliente, por la aseguradora estatal lituana Deposit and Investment Insurance.
EDE y EP
Otras fintech que operan como neobancos son las Entidades de Dinero Electrónico (EDE) y las Entidades de Pago (EP).
Una neobanco curioso de este tipo, al menos en cuanto al público objetivo al que va dirigida es la “cuenta de la gente corriente”, es NiCKEL (marca comercial de Financière des Paiements Electroniques SAS, Sucursal en España), que opera como entidad de pago. NiCKEL abre una cuenta de pagos, no una cuenta corriente, con las implicaciones y limitaciones que ello conlleva, como no poder estar en descubierto.
No tiene oficinas, sino que la operativa se realiza en distribuidores autorizados (estanco o establecimiento de lotería), puntos de venta en España que tramitan operaciones como apertura de la cuenta de pago, activación de la tarjeta, generación del IBAN o la emisión de certificados de titularidad de cuenta.
Si entramos a analizar algunos tipos de fintech que ofrecen servicios de crédito o inversión a usuarios y consumidores, tenemos:
2. Fintech para obtener crédito
Hay de diversos tipos, entre las que destacan las empresas de lending, que crédito directo como prestamistas privados digitales y las empresas de financiación en masa o crowdfunding de préstamos (también conocidas como portales de crowdlending).
Al no existir una reserva de actividad, es decir, que no solo las entidades financieras pueden ofrecer crédito, las compañías de lending en España no están reguladas por el Banco de España. Los tipos de interés que ofrecen en España, en general, son muy altos y no suponen una competencia directa al crédito bancario.
Las empresas tecnofinancieras de préstamos personales crowdfunding han de estar dadas de alta en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como plataformas de financiación participativa . Multitud de pequeños prestamistas dejan su dinero de forma colectiva a una persona física o jurídica, mediante este tipo de Fintech que tienen un papel de plataforma intermediaria.
Podemos aventurar un nuevo tipo de empresa tecnofinanciera de concesión de préstamos hipotecarios, que aún no existe en España. Hay también iniciativas digitales que nos permiten vislumbrar un verdadero intermediario hipotecario fintech, si bien aún no conozco ninguna empresa que pueda verdaderamente recibir esta denominación.
3. Tecnofinanzas para invertir
Entre las nuevas formas de invertir mediante empresas tecnofinacieras, destaca el equity crowdfunding o crowdfunding de capital , forma que tiene una empresa emergente o ya consolidada de financiar sus nuevos proyectos con el dinero de microsocios, pequeños inversores que adquieren parte del capital social, a la espera de rentabilizar su apuesta vía dividendos y revalorización de sus participaciones. El riesgo de perder todo el capital invertido es evidente; además, requiere del inversor cultura financiera y empresarial, para valorar adecuadamente el nivel de riesgo que asume. Se exige a este tipo de fintech, como en el caso de las plataformas de crowdlending, el alta como plataforma de financiación participativa en la CNMV.
La evolución de un tipo de Fintech, que no dejan de ser empresas de asesoramiento financiero o agencias de valores debidamente supervisadas por la CNMV, permite al pequeño inversor invertir de forma automatizada (la inversión pasiva de la que ya hemos hablado en esta signatura) con diferentes tipos de programas y algoritmos que seleccionan por nosotros las inversiones que consideran encajan en nuestro perfil inversor: son los popularmente conocidos como roboadvisors o empresas de asesoramiento y gestión de carteras automatizada. Para ofrecer sus servicios en España deben estar debidamente autorizadas por la CNMV, como sociedad de valores, agencia de valores, gestora de carteras o empresa de Asesoramiento Financiero (EAF), según los servicios que ofrezcan. También las entidades de crédito empiezan a ofrecer servicios Fintech de este tipo, como Andbank (Myinvestor).
El sector de las criptodivisas empieza a regularse en Europa, con el Reglamento MiCA y la Ley 6/2023, de 17 de marzo, de los Mercados de Valores y de los Servicios de Inversión. Si eres un profesional del sector, te recomiendo el libro en el que he participado titulado Comentarios sobre la ley 6/2023, de 17 de Marzo, de los mercados de valores y de los servicios de inversión.
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