Better.com: el ocaso de las hipotecas online

Sucedía a finales del año pasado. El CEO de una fintech estadounidense, Better.com, reunió por Zoom a novecientos de sus empleados, alrededor del 10% de la plantilla de la empresa, para proceder a su despido masivo y fulminante. Desde entonces no pocas cosas han pasado en torno a esta fintech especializada en hipotecas.

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Lo que mal empieza: despidos sin alma en la hipotech

Vishal Garg, el CEO de la hipotech Better.com convocó una multitudinaria reunión de trabajadores para anunciarles, en menos de un minuto que, si habían sido convocados, significaba que estaban despedidos. Así, con esta frialdad se generó la noticia que comenzó una ola de indignación contra esta empresa que ha recorrido el mundo.

Aun así, no fueron los empleados los más sorprendidos. Ya en 2020 Forbes informaba del peculiar estilo de liderazgo de Garg, quien llevaba bastante tiempo enviando mensajes ofensivos a sus empleados, en los que les acusaba de ser muy lentos, incapaces de hacer su trabajo o les decía que le estaban avergonzando.

Y fue el mismo ejecutivo el que después del despido masivo se despachó a gusto en una publicación en el foro profesional Blind, en lo que pretendía ser una disculpa por las formas, poco después de la videollamada. En ella afirmaba que los empleados despedidos robaban a sus colegas y a los clientes de Better.com por ser improductivos, y les acusaba de trabajar sólo dos horas al día, así como de los tener altas tasas de llamadas telefónicas perdidas, un número de llamadas entrantes y salientes bajos o llegar tarde de forma habitual a las reuniones. Además, asumía la responsabilidad al decir que «Hoy reconocemos que contratamos en exceso y a las personas equivocadas. Y al hacerlo hemos fallado. Yo fallé». Igualmente, anunció más despidos al indicar que este año iba a haber «un baño de sangre».

Después de aquello varios directivos de la empresa dimitieron, el CEO se retiró temporalmente de sus funciones (y por supuesto de la vida pública) y el resto de la directiva, en un intento de lavar su imagen, decidió hacer una auditoría sobre cultura empresarial y liderazgo.

Baño de sangre hipotecario

Y cuando parecía que todo se encaminaba hacia el sosiego, a principios de marzo llegó el «baño de sangre» anunciado: 3.000 empleados más fueron despedidos, esta vez por correo electrónico. Algo de lo que muchos ni se enteraron hasta que vieron la liquidación en su cuenta del banco.

Pero ahora también se sabe el porqué de tanto ajuste de personal. Al parecer la empresa está perdiendo alrededor de 50 millones de dólares al mes, según ha filtrado una fuente interna de Better.com. Con todo esto, la misma fuente dice que ahora la empresa va a ofrecer a los empleados de las divisiones de producto, diseño e ingeniería que puedan irse de forma voluntaria y la empresa se ofrece a pagar una indemnización de 60 días y un plan de seguro médico privado, lo que constituirá el tercer ajuste laboral de la empresa en apenas seis meses.
Esto lleva a que no se sepa con seguridad si en diciembre la situación era insostenible económicamente o si se ha vuelto así después de esta polémica gestión empresarial. Los directivos de Better.com dicen que es por causas ajenas a su empresa: mediante un correo electrónico dijeron a los empleados que la actual inestabilidad de los mercados hipotecarios, con tasas de interés en aumento y condiciones cambiantes, les está perjudicando.

No es fintech todo lo que reluce

El caso es que quizás este sea uno de los problemas que más se le pueden achacar a las empresas fintech. Son empresas con una corta trayectoria empresarial, con directivos en su mayoría jóvenes y sin la suficiente experiencia en los diversos campos en los que una empresa debe desenvolverse; muy buenos en lo que hacen (porque la idea no deja de ser buena) pero inermes cuando la situación les lleva por derroteros imprevistos. Es más, su decidida apuesta por las herramientas comunicativas informáticas quizás les vuelva irreflexivos a la hora de trabajar con asuntos que ya no son objeto de su negocio, aunque les afecte al mismo, como son sus asalariados.

Y como ejemplo puede servir este otro: A principios de febrero de este año, el CEO de Booking.com —Glenn Fogel— despidió a la práctica totalidad de sus empleados destinados a la atención al cliente: 2.700 empleos en todo el mundo, desde España a Corea del Sur, pasando por los EE. UU., Tailandia o Singapur. Este despido masivo tuvo lugar, ni siquiera por videoconferencia, sino con un video pregrabado.

Como solución a estos empleados despedidos, se les ha ofrecido incorporarse a Majorel, la subcontrata en la que se externalizará a partir de ahora la mayor parte de las tareas realizadas por Booking hasta ahora (si bien conservarán todavía dos centros propios de atención al cliente en Ámsterdam y Manchester).

En cuanto a los empleados de Better.com, tienen dos opciones, según adelantó Techcrunch: negarse a aceptar el nuevo empleo, lo que podría provocar la pérdida de los paquetes de indemnización de Booking, o aceptar el nuevo empleo, en el que las condiciones de trabajo se mantendrán únicamente durante los 6 primeros meses, tras lo cual pueden verse rebotando de un servicio de atención al cliente a otro, o incluso ser reubicados en otros países (incluso en otros con salarios más bajos que los actuales).

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