Citigroup se tambalea o el riesgo de insolvencia de las compañías de Bolsa
Antes de nada, aclarar que dudo mucho que Citi quiebre; es, como dicen los glamourosos expertos, too big to fail; es decir, que pase lo que pase es complicado que EE.UU. deje caer al segundo banco del país por activos (el primero es Bank of America).
En principio los más perjudicados por la caída de este grupo (de más de un 60% en 7 días) son los accionistas, que han visto caer el valor de sus acciones a mínimos de hace 15 años. Los propietarios de bonos estructurados emitidos por Citi, opinamos, pueden sentirse relativamente tranquilos (aunque les recomiendo seguir puntualmente las noticias sobre el Citi).
Esta caída se debe a unas pérdidas acumuladas en su cartera crediticia de 50.000 millones de dólares, entre otros factores. Los responsables del Citi defienden que la entidad “está bien capitalizada y tiene la liquidez necesaria”; en todo caso, si fuera necesario el Tesoro americano acudiría en su rescate con toda probabilidad (no lo va a dejar caer como hizo con Lehman Brothers, ya que el mercado financiero no se puede permitir un nuevo golpe a la confianza en el sistema).
En estos tiempos tan inciertos, los expertos recomiendan no entrar en Bolsa; al riesgo inherente a las fluctuaciones del valor de las acciones se les une ahora un riesgo que teníamos olvidado: El riesgo de insolvencia de las compañías cotizadas.
Ya no basta con estimar la evolución del valor de las acciones; además hay que calibrar la solvencia de las firmas. ¿Va a sobrevivir a la crisis esta compañía? Esta es la nueva pregunta que cualquier inversor en Bolsa se tiene que hacer ahora, aparte de calcular los PER y demás variables que influyen en el precio de una acción.
La Bolsa ya no es un buen referente para valorar una compañía. Se parece más a una ruleta de la fortuna que a un mercado eficiente.
Perturbadores tiempos nos han tocado vivir.
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