La responsabilidad limitada, el mejor invento del s. XIX
Nicholas Murray Butler, antiguo presidente de la Universidad de Columbia, y Charles W. Eliot, antiguo presidente de la universidad de Harvard tienen algo en común: ambos aseguran que el concepto jurídico de la responsabilidad limitada de las empresas es la 🏆 mayor de las creaciones modernas del ser humano. Nicholas M. Butler incluso sitúa el motor a vapor o la electricidad por debajo de la responsabilidad limitada.
¿Se les ha ido la olla? ¡El vapor y la electricidad generan la energía que mueve el mundo ❗
Antes de nada, una pregunta para el lector: ¿te atreverías a sacar al mercado una vacuna contra la COVID si, en caso de no resultar efecto, los juzgados pueden obligarte a responder con todo tu patrimonio personal, tu casa, el de tu familia, etc. ante posibles indemnizaciones?
Indice
La responsabilidad limitada limita el riesgo
🛡️ La responsabilidad limitada, básicamente, garantiza que las pérdidas de un emprendedor se limitan a la cantidad de dinero invertido en la empresa. El accionista, entonces, no responderá con su patrimonio personal u obligaciones no vinculadas al proyecto. La cantidad máxima que un inversor puede perder es la cantidad invertida.
Sin embargo, hay otro beneficio que es menos entendido para muchos: la responsabilidad limitada te permite compartimentar el riesgo en grupos de empresas.
La compartimentación del riesgo
Supongamos que una empresa se plantea un nuevo proyecto muy innovador. Como en todas las empresas siempre hay incertidumbre de negocio, errores de predicción o tomas de decisiones desacertadas, naturalmente. Si se lleva a cabo la inversión y resulta fallida, afectará a la empresa en su conjunto. Por ejemplo, pidió un préstamo al banco para el proyecto y este sale mal, la empresa afrontará esa deuda con los beneficios de sus otras operaciones.
Otra opción entonces es poner un techo de responsabilidad entre la primera empresa y el nuevo proyecto. Entonces la primera empresa decide crear una segunda empresa dedicada solamente a las actividades innovadoras.
La primera empresa aporta el 60% del capital para crear la segunda empresa y el otro 40% se pide prestada a un banco. Si la innovación resulta ser exitosa, los beneficios de la segunda empresa escalarán hasta la primera empresa y finalmente hasta el emprendedor.
Si la innovación fracasa se utilizará el capital aportado para pagar las deudas. En caso de no ser suficiente, esta deuda queda impagada por quiebra del deudor. El techo de responsabilidad entre las dos empresas aísla el riesgo de esta innovación sin que afecte a la primera empresa y, por ende, al patrimonio del inversor.
La limitación de responsabilidad incentiva los grupos de empresas
Siguiendo esta lógica, un inversor puede ir creando nuevas empresas afiliadas a la primera para crear innovaciones o diversificar su negocio. Limitar y compartimentar el riesgo da lugar a la creación de grupos de empresas controladas últimamente por un inversor común. El riesgo de cada actividad emprendida queda subdividido dentro de cada empresa afiliada al grupo protegiendo a las demás inversiones de empresas en otras filiales.
H. Maxwell, presidente de Philip Morris (tabaco Marlboro), admitió crear un holding de empresas para aislar los compromisos y obligaciones de cada empresa sin que ello afectara a las demás.
Los inversores en 💊 empresas farmacéuticas siguen la misma práctica para proteger su patrimonio de posibles litigios relacionados con algún medicamento.
Supongamos que la 🧑🔬 vacuna del Covid la crea un autónomo español. Bajo este régimen, el autónomo se responsabiliza con su patrimonio presente y futuro de cualquier obligación relacionada con su actividad económica. Ahora imaginen que el año que viene se descubre un efecto secundario de la vacuna muy nocivo que requiere un tercer medicamento.
Imaginen también que un juez dicta que el autónomo debe pagar esta medicación a todos los españoles afectados por ser responsable de esa aflicción. Está claro que esta responsabilidad es inasumible para cualquier persona común.
Por lo tanto, aunque el autónomo se considere capaz de crear una vacuna para luchar con la Covid, el riesgo de no predecir correctamente alguna variable hace que la inactividad sea preferible a la creación o la innovación.
Levantamiento del velo corporativo
La responsabilidad limitada juega un papel fundamental en el desarrollo económico de los países. Muchos proyectos fracasan y dejan secuelas económicas a los agentes relacionados: impagos de deudas y proveedores, trabajadores, clientes desamparados… Sin embargo, el éxito de las empresas existentes se debe al mensaje de tranquilidad que le da la responsabilidad limitada al emprendedor.
Sin embargo, la responsabilidad limitada conlleva un riesgo importante llamado ⚠️ moral hazard o riesgo moral. Si, pase lo que pase, el patrimonio personal está ausente de responsabilidad, uno podría tomar un riesgo irracionalmente mayor al que debería.
Por esto, en ocasiones los jueces pueden perforar este techo de responsabilidad y exigir garantías vinculadas con el patrimonio personal del emprendedor o inversor.
La externalización del riesgo
Una consecuencia clara de la responsabilidad limitada es su externalidad.
Por un lado, esta garantía legal protege al inversor de perder más de lo invertido, incentivando el atrevimiento a emprender y invertir.
Por otro lado, 🚫 los efectos negativos de una quiebra no son eliminados, sino externalizados. Por ejemplo, si un conductor de autocar atropella a un peatón y la indemnización causa la quiebra de la empresa, el patrimonio del inversor estará protegido pero el daño del peatón no será eliminado. Es por esta externalización de la responsabilidad, que se nos exige tener los vehículos asegurados.
Al peatón del ejemplo anterior se le llamaría un acreedor involuntario. Es acreedor porqué tiene derecho a que se le satisfaga una deuda (la indemnización) y es involuntario porqué no tiene ninguna relación contractual con la empresa. Los acreedores voluntarios comparten con el inversor algunos de los beneficios de la empresa.
El ejemplo más claro es el de un banco que preste dinero a la empresa y que tiene derecho a reclamar parte del flujo de caja que esta genere. Como clientes, nos beneficiamos de los servicios de nuestra aseguradora de coches a través de un contrato. Pero si esta quiebra, nos quedamos desamparado ante las consecuencias de algún accidente. Un trabajador también es un acreedor voluntario siempre que se encuentre en situación de negociar sus derechos y sea consciente de los riesgos asumidos por la empresa.
La ubicuidad de la responsabilidad limitada
La responsabilidad limitada es la norma por defecto para la creación de empresas en todas las jurisdicciones del mundo. Anima a los agentes económicos ser aventureros en sus proyectos. Sin embargo, debido a las preocupaciones aquí mencionadas algunas jurisdicciones contemplan la posibilidad de perforar ese techo de responsabilidad.
Por ejemplo, Alemania ve a las filiales de un grupo de empresas como entidades de una misma corporación, pudiendo exigir responsabilidad a las demás filiales o al inversor común. Por otro lado, está Reino Unido donde se enfatiza y se respeta mucho la independencia legal de cada empresa.
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