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Recordando el tweet que el gran Jordi Évole dedicó a mi libro ‘La banca culpable‘ en los primeros meses de su publicación.
Si no lo has leído, te invito a leer gratuitamente las primeras páginas, por si te puede interesar comprarlo después.
A Jordi le regalamos uno el día que grabamos juntos el programa ‘El cliente perfecto‘.

El periodista Jordi González, con el que he coincidido varias veces en el programa ‘El Gran Debate’, ha tenido le enrome deferencia de mencionarme en su twitter, gesto desinteresado que le honra como amigo.

Darle las gracias desde este blog y agradecerle las oportunidades que me ha dado en su programa de criticar la mala comercialización de participaciones preferentes o los abusos en materia hipotecaria.

El Colegio de Economistas A Coruña ha querido entrevistarme en su revista «O Economista» número 102, a tenor de la reciente publicación de mi libro «La banca culpable«.
Entre las preguntas que me han formulado podría destacar la siguiente:
¿Se ha roto definitivamente la relación de confianza que existía hace años entre cliente y el director de la sucursal ?
Sin duda. Los bancos crearon una figura de «director de sucursal» que nada tiene que ver con la percepción de asesor de confianza que tenía el cliente. No es que los empleados de banca hicieran mal su trabajo, es que su trabajo era vender. Y además, los incentivos no se diseñaron para una venta adecuada para el cliente, sino para los intereses a corto plazo del banco.
Por tanto, el cliente depositó una confianza en alguien que no debía, un comercial puro y duro. Y la banca, verdadera responsable, traicionó de forma flagrante este vínculo emocional del cliente.
Los ciudadanos, con una cultura financiera muy pobre en general, siguen necesitando confiar en un asesor para contratar productos financieros. Si a ello le sumamos que creemos que este asesoramiento ha de ser gratuito, nos encontramos con un círculo vicioso. Sabemos que el banco no asesora pero no queremos pagar a un asesor independiente. O bien surgen bancos que asesoren, o bien acudimos a fuentes independientes. Pero todo no se puede tener.
Mi intuición es que las generaciones actuales se resisten a desconfiar de «sus» bancos, pero las futuras ya no confiarán más en ellos.
Disculpadme por el exagerado titular, pero algunas veces hay que exagerar lo bueno que pasa en estos momentos de pesares constantes.
La cultura financiera de los españoles es, en general, muy baja. Por al sistema educativo que no valora este tipo de enseñanzas (probablemente porque al poder le conviene clientes de banco ignorantes), y por una cierta desidia o complacencia del propio ciudadano. A fin de cuentas, uno quiere pensar que no hace falta formarse en finanzas personales, dado que su «amigo» director de banco le aconseja.
Sin embargo, el director de banco no aconseja, vende productos financieros. Y si el cliente no sabe comprar, acabará perdiendo dinero y tranquilidad emocional.
Sin embargo hay gente como Emili Gené, antiguo profesor mío del Institut Ramón Llull, que intenta que este tipo de información llegue a los alumnos. Por segunda vez he podido charlar con los estudiantes y darles mi punto de vista sobre la importancia de la educación para un mundo laboral que se vuelve muy inestable y para evitar que políticos, banqueros y medios de comunicación nos engañen. Además, los alumnos ha podido escuchar qué es una tarjeta de crédito y cómo se usa, que no hay que emanciparse comprando una vivienda mediante un préstamo hipotecario a la ligera, la diferencia entre un depósito a plazo fijo y otros productos de ahorro e inversión, entre tantos temas que no se suelen explicar en sede académica.
Todos estos temas, y muchos más, los trato de forma amena en mi próximo libro, que ya sale la semana que viene: La banca culpable.


El día 12 de febrero de este 2013 está previsto el lanzamiento de mi primer libro, «La banca culpable«, que analiza bajo mi punto de vista lo que se ha hecho mal en las oficinas de los bancos en España.
Una visión lo más objetiva posible, si ello es posible, que cuenta con la colaboración de grandes personas y profesionales, como son:

La editorial que se ha atrevido con semejante riesgo, dadas mis escasas dotes en materia de libros, es la prestigiosa Esfera de los Libros, a la que agradezco profundamente su fe en el proyecto.
Os dejo el extracto de la obra, para empezar a cultivar vuestro apetito:

La mejor manera de que nadie responda de los despropósitos realizados en el negocio bancario es negar que haya culpas ni culpables o, mejor, aceptar que existe responsabilidad compartida por todos: banqueros y bancarios, Gobierno, supervisores y clientes.

En La banca culpable hay culpas y culpables.

No es un compendio revanchista ni un alegato de indignación, aunque también.

Lo que se pretende es identificar las malas prácticas y los productos financieros que han causado la ruina de hipotecados y ahorradores, además de proporcionar las herramientas básicas para que el cliente no vuelva a entrar desprotegido a una oficina bancaria.

Hemos tratado de analizar los errores y malos usos de la forma más objetiva e imparcial posible, recurriendo a la opinión de expertos y clientes reales, así como a la experiencia del autor como bancario primero y como agente de entidad financiera después. Además, su actual vinculación al mundo de las finanzas online le ha permitido escribir con pleno conocimiento del sector.

Seas banquero, bancario, cliente estafado o contento con tu entidad financiera, sufrido contribuyente o político de cualquier administración, este libro te interesa. Puede que no estés de acuerdo con parte de lo que se narra pero, sin duda, te hará pensar y, lo más importante, aprenderás a invertir tu dinero.

Y encontrarás repetida una y otra vez la fórmula mágica para que no vuelvas a contratar productos financieros que no te convienen: «El director de banco es un vendedor, no un asesor».