Un punto clave del interés simple y del interés compuestos es conocer como se aplica en la práctica y relacionarlo con dos conceptos básicos el interés nominal (simple) y la TAE, que con matices importantes que veremos, corresponde con el interés compuesto.
Ejemplos de interés simple y compuesto
Lo vemos fácil en dos ejemplos en ahorro e inversión:
Un depósito al 2% nominal que paga trimestralmente intereses. Si dividimos este porcentaje entre 4, el pago cada trimestre será del 0,5%. Pero como ya han explicado como los intereses generan intereses el resultado total en capitalización compuesta, la TAE es del 2,02%.
Una cuestión más compleja es en el caso de préstamos o deudas, como la tarjeta de crédito. Aunque la TAE también acumula otro tipo de coste como las comisiones voy a poner como ejemplo un caso sin comisiones, muy clásico en el que se ve como el interés compuesto incrementa el coste cuando creemos que es más bajo porque pensamos en el interés simple, el de las tarjetas de crédito.
Imaginamos una tarjeta de crédito con un tipo de interés del 2% mensual. A priori parece un interés bajo, pero debemos compararlo con otras fórmulas de financiación como los préstamos que nos lo muestra de forma anual, para eso debemos fijarnos en la TAE. Como en el caso anterior interés acumula interés y en este caso de forma importante. Asà el interés anual no es 2% x 12, es decir 24%, al aplicarse la ley del interés compuesto se eleva hasta el 26,82%, mucho más elevado.
Todo esto hace tan importante que sepamos diferenciar ambas formas de cálculo de interés y aplicarlo en la práctica.
Comentarios recientes