La edad ideal para pedir una hipoteca

En Bankimia hemos analizado cuál sería la edad ideal para solicitar un préstamo hipotecario con ciertas garantías de éxito y al mejor tipo de interés posible.

La mejor edad para contratar una hipoteca depende de varios factores, vinculados tanto a la posibilidad de que nos concedan una hipoteca a un tipo de interés competitivo como que nuestras posibilidades de pagar sin problemas la deuda sea óptimas:

  • La situación financiera del solicitante. Una persona de mediana edad suele tener una situación laboral y financiera mejor que una joven.
  • Los ingresos mensuales en cuanto a la cuota máxima que puede pagar (y la edad marca el plazo máximo de la hipoteca).
  • La situación familiar, que influye en los ingresos (si la pareja también trabaja) y en los costes (a más hijos más gastos, por ejemplo).

La edad ideal será la que maximice lo positivo y minimice lo negativo en cuanto a solvencia para la entidad financiera, que en definitiva lo que quiere es que le devuelvan la cantidad prestada más los correspondientes intereses.

Por tanto, en principio y en base a criterios puramente estadísticos y sin entrar en situaciones concretas que alteren esta generalización, la edad ideal la podríamos situar entre los 30 y los 45 años. Entre los argumentos que sustentan esta afirmación podríamos citar:

  • En esta franja de edad hay una vida laboral suficiente para analizar la carrera profesional del solicitante (y poder estimar su futuro laboral). Los más jóvenes aún tienen mucho que demostrar en cuanto a su trayectoria en el mercado de trabajo.
  • Los contratos laborales suelen ser más estables en esta franja de edad  (indefinidos, empresarios consolidados, funcionarios) y los ingresos mayores.
  • Si bien tienen más gastos (hijos y demás), si hay relaciones de pareja suelen ser más duraderas (y para el banco es importante que si concede una hipoteca a un matrimonio no se separen al poco tiempo y haya problemas para pagar la hipoteca) y los ingresos del núcleo familiar más estables.
  • Los bancos calculan el plazo de la hipoteca de la siguiente manera: edad+plazo máximo no puede superar los 70 o 75 años. Una persona de 40 años, por ejemplo, puede pedir una hipoteca de como máximo 30 o 35 años de plazo. Una persona de 50 sólo puede optar a una hipoteca de 20 o 25 (cuya cuota es superior).
  • Si bien se supone que tendrá más propiedades una persona mayor de 45 años (y podrá aportarlas como doble garantía), no es muy buena señal que se tenga que endeudar a esta edad, ya que se supone que ya ha tenido tiempo antes de comprar su vivienda.

Los jóvenes son los principales perjudicados por la crisis, tanto a nivel de paro como de acceso a la vivienda. Cuando las entidades financieras sufren por falta de liquidez y seleccionan mucho más a sus clientes, los menores de 30 años ven como sus perspectivas de vivir en una casa propia se desvanecen. Uno de los muchos problemas que nuestra economía hace sufrir a los menos culpables de su actual situación.

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