Avalar con un inmueble: ¿es posible?
Avalar con un inmueble es un concepto erróneo que muchas veces el cliente confunde con el avalista o con la doble garantía que acepta el hipotecante no deudor.
Cuando se nos pide, por parte de la inmobiliaria o del banco, que aportemos una “vivienda para avalar“, o bien se refieren a que un familiar con propiedades nos avale (con todo su patrimonio, presente y futuro), o bien que un familiar propietario de un inmueble acepte que se le hipoteque una parte del inmueble en garantía real de la devolución del préstamo hipotecario que solicitamos para comprar nuestra propia casa (firmando nuestro familiar como hipotecante no deudor).
Indice
Avalistas y dobles garantías hipotecarias en crisis
Con la entrada en un nuevo año y un Euribor por los suelos, no son pocas las personas que están intentando conseguir una hipoteca para adquirir una vivienda con unos tipos de interés realmente bajos. El encarecimiento de los alquileres, sobre todo en las grandes ciudades, también está contribuyendo a que de cada vez más gente intente acceder a un crédito hipotecario. Puedes solicitar información, sin compromiso, a los intermediarios de crédito inmobiliario seleccionados por Futur Finances rellenando este formulario de contacto.
Con la incertidumbre sanitaria por la variante Omicron de la Covid-19, la imagen de una pronta recuperación económica está en el aire, y con ella, muchos puestos de trabajo, principalmente asociados a los sectores más afectados por la pandemia, como son el turismo, la hostelería y el ocio.
Y es que, sin una buena estabilidad laboral, es difícil acceder a una hipoteca, esto lo sabemos todos. De hecho, en la actualidad la mayoría de entidades bancarias sólo ofrecen financiación hasta el 80% de tasación (e incluso con el doble límite del 80% de compraventa), lo que obliga al solicitante a disponer de ahorros o algo que pueda generar liquidez inmediata, como la venta de un vehículo o una plaza de parking, por poner algunos ejemplos.
Aval personal
Luego tenemos el tema del famoso aval, que tantos problemas trajo en la pasada crisis de 2012 y que ahora se mira con lupa. Es decir, si el banco considera que nuestra capacidad económica no llega para el otorgamiento de la hipoteca, nos requerirá que aportemos un avalista solvente.
La figura del avalista es de extrema delicadeza, ya que, si el deudor principal deja de pagar, el banco podrá embargar al avalista, tanto saldos en cuenta corriente, como vehículos o su propia vivienda. Un avalista no avala sólo con la nómina, que quede muy claro, sino que avala con todo su patrimonio presente y futuro. Muchísimo ojo con esto.
“Avalar con un inmueble”
Por “avalar con un inmueble” entenderemos hipotecar un inmueble como segunda garantía, firmando su propietario como hipotecante no deudor.
La vivienda “que avala” debe estar libre de cargas. De tener una hipoteca residual, se podría plantear cancelarla con el nuevo préstamo hipotecario e hipotecar después las dos viviendas, la que se pone de segunda garantía y la que se compra.
Avalar a alguien aportando un inmueble con cargas no es posible, pero sí se podría emplear como refuerzo para acceder a un préstamo personal.
Tanto en las hipotecas sin avales, como en las hipotecas con doble garantía, hay que prestar mucha atención a los tipos de interés que nos podamos encontrar, y ante cualquier duda, es muy aconsejable acudir a un especialista independiente en hipotecas, o bróker hipotecario antes que firmar algo que no entendemos al 100%.
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