Esto ya lo he vivido yo: Visión personal de la crisis española de un economista nacido en Argentina
Sin duda esta nueva aportación de Luis Alberto Cabezas tiene un gran valor por su visión privilegiada de las crisis económicas, en cuanto nacido en la preciosa Argentina y nacionalizado en la maravillosa España. Os dejo con su opinión sobre la crisis económica:
Mi visión de la realidad puede llegar a ser catastrófica y exagerada en algunos caso de lo que voy a pasar a comentar, pero hay un buen decir popular: ¨el que se quema con leche, ve la vaca y se aterroriza¨.
He nacido en Argentina y tengo el honor de presumir de un país, que en cuanto a recursos, cultura y oportunidades, era hace unos 20 años y en algunos casos sigue siendo, un auténtico paraíso. Pero he asistido desde distintos puntos de vista a una debacle económica, cultural, de principios, social y en muchos otros aspectos, simplemente incomprensibles.
Los distintos puntos de vista fueron en lo personal, como estudiante y por último como un profesional en las ciencias económicas.
Lo que me preocupa en demasía, aunque las comparaciones sean chocantes, es la asimilación con la que España se ha visto sumergida en una crisis que muchos dicen no tener precedentes y que aún parece no tocar fondo.
De ser, Argentina, un país con unos recursos virtualmente inagotables y un Estado paternalista hasta los extremos impensables, por ejemplo financiando mi carrera en la Universidad sin tener que poner yo un peso, pasamos a una situación económica comparable a los países africanos más pobres de la tierra. Con unas ciudades rodeadas de villas miserias (chavolas), en la que la juventud, no sólo no tiene trabajo, es que tampoco tiene la oportunidad de estudiar, con unas facturas de servicios, por ejemplo de luz, agua o gas, que significan sueldos completos. Tened en cuenta que cuando acá los programas de televisión de concursos te regalan autos y vacaciones en cruceros, allá el gran premio es regalarte la factura de la luz pagada un año completo.
Desde el punto de vista económico hemos pasado desde tasas de inflación astronómicas, hasta endeudamientos externos en cuanto a monto y tiempo interminables. Contar todo esto, e incluso verlo en unas vacaciones por este hermoso país, no es comparable ni remotamente a vivirlo en propia piel.
Cuando he decidido autoexiliarme, emigrar, he venido a este país que no tengo calificativos para describir el nivel de vida del que se gozaba con un simple trabajo, hasta no hace más que dos años.
De este tiempo para acá he vuelto a revivir, desde casos de corrupción flagrantes, endeudamientos, no sólo ya a nivel estatal, sino a nivel de ayuntamientos, que si me lo planteaba hace casi una década, no me lo creía ni yo mismo. He asistido a un declive de ese estado de bienestar; familias que pierden sus hogares por no poder hacer frente a hipotecas y hasta personas que se sienten simplemente inútiles por no tener un trabajo. He comprobado como mi poder adquisitivo se corroe cada día y he presenciado un largo etcétera de desventuras económicas.
Odio hacer comparaciones pero los agentes económicos y el Gobierno de España debería tomar nota de lo que ocurre en un país mal gestionado; soy un convencido de que lo que hay que apoyar son soluciones y lo que está claro es que lo que no podemos permitir en una sociedad es que dirigentes salgan en una legislatura ricos hasta el hartazgo, no hay que dejar que la juventud se pase más de una década sin estudiar, y basar una economía en una sólo actividad como ha sido la del ladrillo.
Señores dirigentes, sois los padres de esta gran familia Española, sois los garantes de este bienestar, no os vaya a pasar como en la Argentina que toda esa riqueza es difícil de disfrutar porque, en algunas zonas, por dos duros te pueden desgraciar.
Se me ha enseñado en la universidad: que la distribución de la riqueza es la base del bienestar.
Ojalá todos lo aprehendiéramos de memoria desde el primer curso de la parvularios.
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