Entradas

Hoy en Expansion.com he opinado, junto a expertos del panel de iAhorro.com, sobre las diferentes opciones que tiene un ahorrador a la hora de rentabilizar su dinero,  ahora que además los depósitos bancarios apenas ofrecen rentabilidad.
Copio la primera respuesta, a un usuario que pretendía saber dónde invertir 20.000 euros sin más información sobre su perfil. Las 19 preguntas y respuestas sobre finanzas personales las podéis leer en el chat en directo enlazado anteriormente.

¿Dónde invertir mi dinero?

La respuesta que a cualquier asesor, experto, profesional o como queramos llamarle le gustaría dar es sencilla y corta:
  • Invierte en productos cuya rentabilidad se maximice en base a tu nivel de riesgo deseado y preferencias de inversión.
Otra respuesta, menos técnica, sería: no te puedo asesorar con la información que me das. Aparte de que este tipo de chats no permiten un asesoramiento personalizado por mucha información que recibiéramos, que es muy recomendable hacerlo pagando a un asesor independiente, tampoco nos la das. Para dar recomendaciones se necesita saber si el cliente tiene los conocimientos y experiencia necesarios para comprender la naturaleza y riesgos del servicio o producto financiero recomendado, por una parte, y además su situación financiera y los objetivos de inversión.
Preguntas cuya respuesta es clave para responder a la preguntas de dónde invertir 20.000 euros.

En una la charla digital mantenida, que puedes leer en El País, respondemos a múltiples preguntas sobre la nueva reforma fiscal de junio de 2014, que afecta ya a este año para determinados colectivos (autónomos que ganan menos de 12.000 euros o despedidos que cobren indemnización) y, en su mayoría, a los contribuyentes en los años 2015 y 2016.

Leer más

La inversión en fondos es una excelente herramienta de diversificación y acceso a mercados y activos a los que un particular no podría tener acceso.
La liquidez de los fondos es muy buena, ya que se puede vender en cualquier momento, a precio de mercado. Solo en el caso de los garantizados la liquidez empeora, ya que suelen tener fuertes comisiones por reembolso anticipado.
El riesgo de los fondos en materia de quiebra de la gestora o el banco depositante es muy bajo; de hecho, es una buena protección en caso de corralitos, tristemente famosos en épocas no muy lejanas. El riesgo se asume en cuanto a la rentabilidad y el capital, que se puede perder según sea el tipo de fondo.
En el siguiente artículo del periódico Información opino sobre el tema junto a otros profesionales de ramo:

 

Un servidor hace mucho tiempo que viene criticando la comercialización de Valores Santander, un producto complejo fuera de la capacidad de análisis de un cliente medio de oficina. Tengamos en cuenta que son obligaciones obligatoriamente convertibles en acciones del Banco Santander, con un precio fijado desde el momento de la firma del contrato independientemente del valor de las acciones en el momento del vencimiento.

Leer más

Este mismo concepto, relacionar la actividad comercial en sucursal con los trileros, la saqué en mi segunda aparición, esta vez con toda alevosía. En esta ocasión expliqué que no se trata de identificar a un empleado de banca con un estafador, que son los trileros (sí, lo de encontrar la bolita es una excusa para estafarte), sino más bien identificar las estrategias de colocación masiva de productos financieros con un engaño o, cuanto menos, una inducción al error aprovechándose de la falta de cultura financiera o de la confianza de los clientes. Y este engaño no lo diseñaron los empleados de las oficinas, sino los directivos (con la ayuda inestimable de determinados políticos, o sus mandados en la CNMV y Banco de España).
Vale la pena escuchar a Julio Segura, que fue presidente del la CNMV entre 2007 y 2012, vergonzosa aparición a mi modo de entender, que tiene la osadía de calificar de vendedores a los bancarios y confesar que seguramente se colocaron, abusando de la confianza del cliente, muchas preferentes. No tengo palabras para calificar a una persona que después de ver arruinadas a miles de familias, se queda tan tranquilo. En Japón probablemente se haría el seppuku. Y encima le hecha la culpa al Banco de España, que también la tiene, al considerar las preferentes con capital como capital de máxima calidad a efectos de solvencia de los bancos y cajas. Algunas cifras de la vergüenza:

Leer más

¿Puedo vivir de rentas con 300.000 euros?

Lo primero que te voy a decir es que ni se te ocurra vivir sin trabajar. Vivir de rentas es la actividad menos atractiva que concibo para una vida. Otra cosa es que no quieras ser asalariado, pero te sugiero un trabajo por cuenta propia que te puede ser muy útil: formarte financieramente y en economía para saber gestionar tu patrimonio líquido. Te ha sido muy fácil ganarlo y la experiencia nos dice que lo que fácil se gana, fácil se pierde.

Leer más

Más que pedir, negociar. Al banco no se le pide nada, ya que el dinero que nos puede conceder hay que devolverlo, más las comisiones e intereses correspondientes. Tan importante es saber qué pedir como conocer nuestra capacidad de devolver lo pedido. Sea una tarjeta de crédito, un préstamo personal o uno con garantía real, el banco puede ir a juicio y exigirnos la devolución de la deuda, costas e intereses de demora, contra todo nuestro patrimonio, presente y futuro.
Aprender a contratar productos de ahorro e inversión es muy importante si queremos evitar contratar deuda subordinada pensando que era un depósito a plazo fijo.

Leer más

Dónde guardar el dinero en esta época de turbulencias financieras es una pregunta muy inteligente y muy usual. Lo que antes era el adalid de la seguridad del ahorro, los bancos, hoy está muy en tela de juicio.
En un chat en directo, en todos los medios de Editorial Prensa Ibérica, en el que he contestado a dudas sobre finanzas personales, en calidad de director editorial de iAhorro, ha surgido esta pregunta ¿Dónde guardar los ahorros?
Duda que diría que todos los ahorradores nos formulamos en estos momentos. Adelantando que hay más preguntas que respuestas, en este tipo de interrogantes, os dejo mi respuesta por si os ayuda, al menos, a saber qué preguntas haceros.
Lo primero es seccionar la pregunta en varias cuestiones:
  1. ¿Dónde me conviene guardar los ahorros a mí? Es decir, qué tipo de persona soy, en qué momento de mi vida estoy, cuál es la situación personal, familiar y económica actual y la predecible en un futuro.
  2. ¿En qué entidad financiera o institución me conviene guardarlos? Un banco, en una caja fuerte, en una aseguradora… La solvencia, seriedad y profesionalidad del custodio de nuestros ahorros es vital. Siempre lo ha sido, pero ahora queda claro.
  3. ¿En qué producto financiero o activo debo invertir? Desde los depósitos a plazo, pasando por los fondos de inversión o el oro, por nombrar algunos de los más conocidos, hay una inmensa variedad de productos de ahorro e inversión a los que destinar nuestros ahorros. Hay grandes diferencias, no solo entre tipos de activos diferentes, sino entre los mismos activos. No es lo mismo un depósito a plazo de un banco que necesita dinero público que de un banco cuya solvencia es máxima. No es lo mismo un depósito que un fondo de inversión garantizado. Ni un fondo garantizado que invierte en activos del propio banco depositario, que otro que diversifica en activos de fuera de su propio balance.
Para responder a la primera pregunta, de nuevo nos surgen nuevas cuestiones:
¿Soy una persona que está dispuesta a asumir riesgos? ¿Me puedo permitir perder dinero, sin por ello dormir mal? ¿Me queda poco por jubilarme o, al contrario, tengo toda la vida por delante? Tengo hijos que dependen de mí o estoy soltero. Mi patrimonio es muy elevado o tengo que invertir mis únicos ahorros… Conócete a ti mismo y conoce al enemigo, que decía Sun Tzu en ‘El Arte de la Guerra’.
En cuanto a la segunda cuestión, la solvencia de la entidad financiera (u otro tipo de empresa) es clave para valorar si nos conviene invertir en sus productos. Buscar la calificación crediticia, el rating, del banco en el que tenemos nuestro dinero, debería ser lo primero que hiciéramos, antes incluso que plantearnos en qué tipo de activo invertir.
Para analizar un producto financiero hay que tener claro estos tres factores:
  1. Seguridad, en el sentido de en qué situaciones podemos perder el capital o los intereses.
  2. Liquidez. Tenemos que saber si podemos recuperar nuestra inversión antes de tiempo y, en caso de ser posible, a qué coste.
  3. Rentabilidad. ¿Es fija o variable? ¿Depende de escenarios futuros imprevisibles? ¿Depende de que la entidad que los emita vaya bien?
No he respondido a la pregunta, lo sé. El tema es que cada uno debe ser capaz de responderla, sin intermediarios interesados. Y para ello, me temo, no queda más remedio que leer, preguntar, estudiar y volver a preguntar.
Para ello, en iAhorro.com hemos creado la comunidad de iAhorradores, el blog o las tablas de análisis comparativo de productos. Para que el ahorrador aprenda a invertir su dinero y a ahorrar.
Nadie puede hacer este trabajo por nosotros.
Estoy preparando un informe para un cliente sobre productos financieros y, buscando en Matrix, me he encontrado con un folleto de emisión de participaciones preferentes de las Islas Caimán (garantizadas por Caja Madrid en 1.999).
Críticas aparte, que no me canso nunca de hacer, es importante repetir también qué son estos productos. Y saber diferenciar una preferente de una obligación convertible o subordinada, por ejemplo.
En el caso de las preferentes de Cajas de Ahorro, no se tiene preferencia de cobro respecto a los accionistas, ya que no hay. La prelación de crédito les da preferencia solo ante las cuotas participativas y la Obra Benéfico-Social.
Veamos como las define el folleto:
Las Cuotas Participativas. Las cuotas participativas de las Cajas de Ahorro son valores negociables nominativos de duración indefinida específicos de estas entidades que, sin otorgar derecho político alguno, confieren a sus titulares determinados derechos económicos.
La Obra Benéfico-Social. Las Cajas de Ahorro son entidades no lucrativas y de carácter social, circunstancia que se instrumenta fundamentalmente a través de la realización de la Obra Benéfico-Social (en adelante, la “OBS”). Para realizar la OBS, las Cajas de Ahorro destinan cada año parte de sus excedentes líquidos a la dotación de un Fondo para la OBS. El resto de los excedentes líquidos se destinan a reservas o a fondos de provisión no imputables a riesgos específicos.