Este final de mayo está resultando ser un rally ascendente del indicador, nuevamente. Desde el jueves 22 el Euribor diario supera la barrera psicológica del 5%.
La pregunta que todo el mundo se hace es: ¿por qué no baja el Euribor, y por tanto las hipotecas, si la gente ya casi no puede pagar cada mes?
El Euribor depende de dos factores fundamentales:
1.- El tipo de interés del BCE (Banco Central Europeo) y lo que los mercados piensan que hará en el futuro. Y a pesar de que los futuros sobre los tipos de interés de la eurozona auguraban a principios de mes que, de haber algún cambio en la política monetaria, éste sería a la baja, la escalada de los precios del crudo y unos datos macroeconómicos de la eurozona relativamente buenos han dado la vuelta a estas expectativas. Según los mercados, si el BCE toca los tipos, actualmente en el 4%, será para subirlos. Por eso se van difuminando las expectativas de que el euribor baje a finales del año de forma sustancial.
2.- La confianza entre Bancos para dejarse dinero entre ellos y su necesidad de hacer caja para tener dinero para aguantar las pérdidas producidas por las hipotecas subprime. Se dejan menos dinero entre ellos y con un interés más caro. Y el Euribor no es otra cosa que la media de interés en que se prestan dinero los bancos europeos.
Para que empiece a bajar el Euribor es necesario que el mercado vuelva a descontar bajadas de tipos de interés, para que la curva del euribor comenzase a retroceder. Para ello hacen falta dos cosas: un deterioro significativo de los datos macroeconómicos de la eurozona y una moderación de los precios del petróleo, que han subido más de un 33% en apenas tres meses. Si los economistas pro-bajada de tipos tienen razón, esto comenzará a ocurrir en verano, cuando se publiquen los datos del segundo trimestre del año. Pero si al final es el bando pro-subida el que se lleva el gato al agua, el euribor no podrá contar con ese catalizador bajista.
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