Acabo de leer en Preferente.com que el balance previsto para el sector turístico, si bien no será el peor de su historia reciente (año 1992), se aproximará mucho al del 2002 (después de el ataque terrorista a las Torres Gemelas del 11-S).

La crisis económica en la que estamos inmersos y las constantes malas noticias que aparecen en los medios de comunicación han provocado que caigan las reservas de marzo, abril y mayo, y han disparado las ofertas para tratar de atraer a los potenciales turistas (hacía tiempo que en Mallorca no se ofertaban hoteles con todo incluido por 35€ al día, por ejemplo).

La construcción va fatal, el sector inmobiliario también, la industria en les Illes Balears ha sido la eterna olvidada, y va de mal en peor, el sector turístico empieza a notar los efectos del momento económico en que vivimos… La pregunta es: ¿hay algún sector que pueda asumir la terrible oleada de parados que se avecina después del verano?

Os aseguro que estamos a la espera de que salga alguna buena noticia para comentarla. Pero, de momento, es lo que hay.

Un nuevo peligro se ha añadido a la ya madura crisis de crédito: la crisis de inflación.

Según muchos analistas, la crisis inflacionaria actual es más difícil de resolver que la crisis de crédito, ya que se trata de una crisis provocada por un shock exógeno de precios (es decir, factores externos no directamente controlables por las economías occidentales), tanto del petróleo como de los alimentos básicos.

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Trichet ha anunciado hoy que la entidad que él preside sube los tipos de interés al 4,25%. Este nuevo incremento no toma a los mercados de sorpresa, ya que es una noticia de una “muerte anunciada” durante todo el mes.

El BCE incrementa las tasas en un contexto de tensiones en el mercado de dinero, fuerte encarecimiento del petróleo y los alimentos y ralentización económica.
Los tipos de interés de la zona euro se sitúan ahora en el nivel más alto desde hace casi siete años.

La lucha contra la espiral inflacionista es el argumento para dar una vuelta de tuerca más a las endeudas familias europeas.

Esta subida no debería disparar más el euribor, que está en niveles muy altos y se supone que ya ha descontado hace tiempo esta nueva subida del BCE, pero tendremos que seguir atentos al indicador.

Por desgracia, los malos augurios de los estudios publicados en noviembre por Deutsche Bank, y comentados en una entrada pasada de este blog, se han cumplido:

Cae el valor de la vivienda en España (media del primer semestre de 2008 de -1,2%), según publica Sociedad de Tasación. Esta tasadora señala que existe una importante desaceleración del mercado, consecuencia de la reducción del ritmo de ventas, y prevé que el valor de la vivienda siga moderándose a lo largo de 2008.

Los precios en Illes Balears bajaron más que la media nacional (-1,4%), al pasar de un precio medio por m2 de 2.478 € en 2007 al precio actual de 2.444 €.

Por desgracia, estas bajadas de precios no la notarán los bolsillo de las familias que quieran comprar una vivienda, ya que la cuota de la hipoteca resultante sigue en máximos gracias al amigo Euribor.

Diario de Mallorca nos señala a otro de los personajes que integran la novela inmobiliaria:

Los “inversores” que especulaban pagando la entrada de un piso sobre planos, para revenderlo una vez estaban construidos, antes de firmar la escritura de compra-venta. Se aprovechaban de que a los 18 meses, que es lo que se suelen tardar en acabar la construcción, la vivienda valía al menos un 10% más.

Arriesgando unos 12.000€-20.000€ a lo sumo, sacaban beneficios del orden de 20.000€ a 30.000€, en muchos casos. Demasiada rentabilidad para tan poco riesgo? Eso pensaban, hasta que a muchos les ha sorprendido el parón inmobiliario. A estos solo les han quedado dos opciones:
Comprar finalmente la vivienda (si es que el banco se lo financia) o resignarse a perder la entrada.

Sinceramente, no me dan mucha pena. No es el tipo de inversión que considero productiva para la economía, la verdad.

Este índice arrancó el ejercicio en el 4,73%, el nivel más alto desde hacía siete años, si bien fue conteniéndose en enero y febrero, para volver a subir en marzo y abril, hasta alcanzar su nivel más alto en junio. En este mes, y a falta de dos días de cotización, El Euribor de junio de 2008 cerrará en el entorno del 5,35%, registro al que no se había llegado antes. Lo más cercano, fue el 5,248% de agosto del 2000, año en el que estuvo hasta en cinco meses por encima del 5%.

Así, el Euribor habría subido 0,855 puntos con respecto a junio de 2007, cuando se situó en el 4,505%, y 0,366 puntos más que en mayo de 2008, cuando se quedó a las puertas del 5% (en el 4,994%). Si tomamos una hipoteca de 200.000 € a 40 años, con un tipo de euribor+0,75%, resulta que pasará de pagar una cuota de 985 € (junio 2007) a una cuota de 1.114 € (junio 2008), lo que representa un encarecimiento de la cuota de 129 € al mes (1.548 € al año).

Un tremendo esfuerzo adicional para las ya perjudicadas economías familiares.

El decano del colegio oficial de Arquitectos de las Illes Baleares (COAIB), Luis Antonio Corral, anunció sin matices que “Estamos en una crisis, clara y rotunda, la peor de los últimos veinte años”.

La evolución de los visados de proyectos son la primera señal de alerta, ya que nos determina la evolución futura a meses vista del inicio de las obras. Es uno de los primeros indicadores de alarma, y ya se podía detectar el inicio de la crisis con 9 o 10 meses de antelación (no le hubiese venido mal a los analistas haber sabido interpretar estos datos a tiempo).

Alertan los arquitectos de un “parón absoluto” de la construcción de viviendas. Así, estos proyectos visados por el COAIB de enero a mayo de este año han descendido un 57,79% en las islas, pasando de 7.328 viviendas a 3.055 en el mismo periodo del año pasado (sólo en Mallorca, 5.446 y 2.625 respectivamente, una bajada del 51,8%).

Se insta al Govern Balear a promover la obra pública, desde la construcción anunciada de 50.000 viviendas de VPO (comprometida ahora al planearse construir muchas de ellas en terrenos propiedad del Grupo Drac) a la rehabilitación de zonas urbanas.

El empresario y presidente del Real Mallorca, Vicenç Grande, presentó ayer un concurso voluntario de acreedores, ante la sorpresa de las entidades bancarias que le ayudaron a expandirse (Sa Nostra, Bancaja, CAM y otras 12 entidades financieras).

Este grupo de empresas ha acumulado una deuda de unos 600-700 millones de euros, que achacan a “la crisis inmobiliaria y residencial”. No acabaré nunca de sorprenderme de los nefastos resultados de empresas con patrimonios tan espectaculares. Acaso a ningún directivo se le ocurre pensar en como pagará sus deudas en caso de un frenazo o crisis económica? (que por otra parte era de esperar, lo único que sorprende es, en todo caso, su virulencia). ¿No estará de moda hacer caja para los malos tiempos?

El concurso de acreedores lo han presentado las 14 sociedades que componen el Grupo.
El Grupo Drac es una amalgama de proyectos empresariales, desde los del sector inmobiliaria, viviendas tuteladas para la tercera edad, , desarrollo y explotación de infraestructuras comerciales i empresariales hasta el sector turístico (2 hoteles rurales y el hotel Sa Torre Hilton Mallorca).

El futuro de sus 160 trabajadores, de sus acreedores y de las empresas que trabajaban para Drac queda en suspenso. Pero además no hay que olvidar a la gente que está comprando alguna de sus viviendas sobre plano. Estos damnificados, que habrán pagado importantes cantidades a cuenta, se encuentran ahora con la posibilidad de perder ese dinero y quedarse sin la anhelada casa en construcción.

Y todos temen el efecto dominó que generará esta suspensión de pagos en los demás agentes económicos de la economía balear. Los pequeños empresarios de la construcción, que Drac subcontrataba, van a ser los primeros afectados.

Y sigue lloviendo sobre mojado.

Según sale en la portada del Diario de Mallorca la Policía Nacional de Palma ha detenido a unas cincuenta personas por una presunta estafa inmobiliaria.

Estafa que consistía en usar a personas insolventes como testaferros para firmar préstamos hipotecarios (con documentación falsa que les hacía parecer, sobre papeles, como gente solvente); compraban inmuebles y financiaban el 100% más los gastos más un remanente adicional (supuestamente para reformas).

Se llevaban ese dinero adicional y alquilaban los pisos, llevándose también el dinero de los alquileres. Pagaban algunos meses para no despertar tantas sospechas y después dejaban de pagar. El banco tenía que ejecutar la hipoteca y quedarse con inmuebles cuyo precio de mercado actualmente está muy por debajo de esas tasaciones.

Lo que destaca de este tipo de estafas es lo chapucero de su forma de obrar. Se han aprovechado de la falta de diligencia de determinados empleados de banca, que no hacen el debido filtro tanto de los intermediarios financieros como de la documentación que se les presenta. En teoría deberían exigir documentación original, hacer las pertinentes consultas sobre las empresas que constan en los contratos de empleo (llamadas, datos públicos) y demás mecanismos de análisis de riesgos.

El responsable final de conceder una hipoteca es la propia entidad, y en los “buenos tiempos” algunos empleados de algunos bancos no tomaron las medidas de filtro exigibles.

El sector de la intermediación financiera e inmobiliaria se debe alegrar de que se limpie el sector de gente que utiliza prácticas fraudulentas en la tramitación de expedientes y que no ha hecho más que crear una imagen distorsionada de nuestro negocio.

Y sigue la escalada del Euribor.

El Euribor a 12 meses marcó ayer un tercer máximo diario consecutivo, al situarse en el 5,432%.

Malas noticias, una vez más.