Reunificación de deudas sin aval

La operación de reunificar deudas consiste, básicamente, en refundir los préstamos y créditos vigentes en uno solo, buscando con ello pagar menos de cuota cada mes, a costa, eso sí, de alargar los plazos del nuevo crédito hipotecario reunificado y de pagar más intereses. Una decisión inicial muy importante es plantearnos si vamos a plantear la reunificación de deudas sin aval, con la firma de un familiar que avale con su patrimonio (avalista) o bien hipotecado la vivienda del familiar o allegado (que aportaría su inmueble como segunda garantía o garantía principal), que firmaría como hipotecante no deudor.

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Desequilibrio financiero

Se suele recurrir a la operación de reunificación de cuando la persona o empresa se encuentra en una situación en la que le cuesta hacer frente a todos sus pagos mensuales, poniendo en peligro la sostenibilidad de su economía.

A la hora de solicitar una reunificación de deudas, hemos de tener muy en cuenta que nuestra situación económica tendrá que ser analizada por la entidad en cuestión para ver si es viable o no. No olvidemos que la primera finalidad de la reunificación de deudas es rebajar el importe de nuestras cuotas mensuales, y que el banco querrá asegurarse de que contamos con capacidad para hacer frente a las cuotas de lo que sería el nuevo préstamo reunificado.

En otras palabras, el banco quiere asegurarse el recobro de las mensualidades y cuanta más solvencia, estabilidad laboral y garantías podamos aportar, más posibilidades de éxito tendrá la aprobación de la reunificación.

¿Y si no contamos con avalista?

Si no contamos con aval la operación se complica, pero se puede salvar siempre que aportemos una vivienda libre de cargas, o al menos con una hipoteca pagada al 50% o más; pretender una reunificación hipotecaria con el préstamo vigente pendiente al 80% no tiene ningún sentido, ya que no la aprobarán.

También influye mucho la tasación del inmueble, lógicamente. Cuanto más alta sea la tasación, más margen de maniobra contamos para negociar.

La reunificación de deudas sin aval perfecta

Ya sabemos que no está todo perdido si no contamos con un avalista, y que podemos acceder a una reunificación de deudas sin aval perfecta siempre que cumplamos unos requisitos:

  1. Estabilidad laboral o empresarial que acredite que seremos capaces de hacer frente a las cuotas del nuevo préstamo sin dificultad.
  2. No tener ningún impago en los créditos que queremos reunificar.
  3. No aparecer en ficheros de impagos tipo ASNEF.
  4. No incluir mini créditos en la operación ya que, debido a sus características intrínsecas, no suelen ser vistos con buenos ojos por los analistas de las entidades financieras.

En otras palabras, podemos decir que no será necesario aportar avalista cuando nuestra capacidad de pago sea suficiente y ofrezca una seguridad al banco de nuestra solvencia para hacer frente a las cuotas del nuevo préstamo reunificado. Podemos tomar como referencia que la cuota reunificada no exceda el 40% de nuestros ingresos. Cuanto más bajo sea ese porcentaje, tanto mejor, ya que demostramos al banco mayor capacidad de pago.

El riesgo del avalista

Además de valorar bien hasta qué punto es bueno que reunifiquemos nuestras deudas, solución financiera interesante para reducir los pagos mensuales pero que no alivia problemas de ingresos o gastos estructurales, hay que calibrar el riesgo que le pedimos al avalista que asuma. Una persona que firma como avalista de una hipoteca, asume todos los riesgos del deudor, sin ganar nada a cambio.

Solo si hay una amistad o relación inquebrantable, en las dos direcciones, además de la seguridad de que no volveremos a tener problemas para pagar la deuda que unificamos o que, si hay impagos futuros, el avalista tiene claro, puede y acepta que pagará la hipoteca por nosotros, pedir que alguien nos avale tiene sentido. Si alguno de los condicionantes anteriores no se cumple, busquemos alternativas al aval personal.

Reunificar deudas con cabeza y calculadora

No olvidemos, de todos modos, que al pensar en reunificar pensamos en desahogarnos económicamente aminorando las cuotas de nuestros préstamos, pero que lo hacemos a cambio de alargar el plazo y de pagar más intereses.

De ahí la importancia de analizar nuestra situación en particular y ver si podemos recortar gastos o incrementar ingresos por algún lado antes de decantarnos por buscar una reunificación de deudas sin avalista.

Para poner en marcha una reunificación de deudas sin avalista hay diversas opciones, desde ir a nuestro banco de siempre, a solicitar los servicios de una empresa especializada en reunificar deudas. Si escogemos la segunda opción contamos con la ventaja de que en realidad se estará estudiando nuestra operación en varios bancos a la vez, todo a través de la empresa intermediaria.

Por cierto, en caso de que optemos por una empresa especialista en reunificar deudas, como Agencia Negociadora, es imprescindible asegurarse de que está debidamente inscrita en el Banco de España como Intermediario de Crédito Inmobiliario, tal y como establece la Ley 5/2019, de 15 de marzo, reguladora de los contratos de crédito inmobiliario.

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