Si hay una variable que considero va a determinar el éxito o fracaso económico de la economÃa de nuestro archipiélago en 2021 y años venideros, es sin duda el porcentaje de población vacunada a principios de mayo (en otras palabras, la capacidad de vacunación rápida de España y de nuestros paÃses emisores). Tanto en relación a los paÃses emisores, como a nivel del territorio nacional, en general, y de las diferentes islas que componen nuestra comunidad en particular.
El Ministerio de Salud a 31 de diciembre contabiliza 1.928.265 de casos de Covid-19, 279,51 casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 dÃas (incidencia acumulada). En cuanto a los casos totales que han precisado hospitalización, 211.064 personas, de las cuales 18.251 han necesitado ingreso en UCI. Si relacionamos los datos con el total de población en España, resulta que de los 47.332.614 habitantes del paÃs, se han infectado algo más del 4% por Covid-19.
Si enfocamos las Illes Balears, los datos señalan un total de infectados de 35.569 personas, 3.061 han precisado hospitalización y 440 han ingresado en Cuidados Intensivos. En otras palabras, de los 1.210.725 isleños, un 2,9% ha pasado la enfermedad y han sido diagnosticados. En cuanto a la incidencia acumulada a 14 dÃas, los 530,86 casos por cada 100.000 habitantes hacen saltar todas las alarmas de la situación a cierre del año. Cifras que no parece vayan a mejorar en el corto plazo.
Los datos anteriores, básicamente nos indican que, desde el inicio de la Pandemia, las Illes Balears ha sufrido (o detectado) menos casos por 100 habitantes que la media española (2,9 casos frente a 4,1), mientras que la rabiosa actualidad del virus nos sitúa en la peor situación epidemiológica a 14 dÃas del territorio español (530,86 casos por 100.000 habitantes frente a la media nacional de 279,51 infectados). Tras cada número hay humanos, benditas almas, no lo olvidamos.
La situación de las Illes Balears, por tanto, es de una evidente gravedad en el momento de escribir este artÃculo y de una lejanÃa absoluta respecto a la ansiada inmunidad de grupo. Con todos los medios humanos y técnicos volcados en minimizar los estragos del virus, no va ser fácil que la vacunación se inicie a buen ritmo.
La responsabilidad individual y familiar, tanto en la protección de los demás como en el seguimiento escrupuloso de las indicaciones a la hora de vacunarse, marcarán la diferencia. A los que la enfermedad no les asusta o, simplemente, la ignoran, una reflexión: si quieren tener trabajo o que su negocio no se vaya a la ruina, proteger y protegerse es un factor capital para conseguirlo.
Si el sector privado pone de su parte, toca señalar la labor del sector público y de nuestros polÃticos que toman decisiones: tanto la carrera como la llegada a la meta, en términos comparativos con el resto de comunidades autónomas y paÃses de nuestro entorno, serán clave para demostrar al mundo que somos capaces de gestionar un proceso de vacunación de forma eficiente y, por tanto, evidenciar que realmente somos un destino turÃstico seguro. Ha llegado la hora de la verdad: solo renaceremos de nuestras cenizas si llegamos a tiempo a la carrera por la inmunidad de grupo antes del verano. Cada mes de retraso nos acercará un poco más al abismo económico.
¿Alguien dijo que serÃa fácil?
ArtÃculo original publicado el viernes 8 de enero de 2021 en papel, en Ultima Hora.
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