Leo en el comentario de Echevarri sobre la nueva regulación de los intermediarios financieros y su referencia a otro post de Zunzunegui que será Consumo quién nos regule. La discusión era si el organismo regulador sería el Banco de España o Consumo y se ha optado por este último.

Para estos autores las autoridades autonómicas de Consumo no serán eficaces para aplicar la normativa estatal y lo adecuado debería haber sido que nos regulase el BE. Comparto esta opinión, al final esta regulación será “mucho ruido y pocas nueces”.

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Escribir en este Blog, que se va haciendo día a día sin más pretensiones que la de aportar un poco de claridad en la confusión económica en la que estamos inmersos, tiene a veces compensaciones inesperadas.

En este caso la de saber que la profesora de Macroeconomía de la Diplomatura en Ciencias Empresariales de la Universitat de les Illes Balears (UIB), María Sard, antigua compañera de estudios, nos ha enlazado en la Intranet de Campus Extens de la UIB.

Es un placer recibir las primeras visitas de sus alumnos, a los que invito a participar en este Blog aportando sus comentarios a los posts que les interesen o con los que no estén de acuerdo. Contrastar ideas es la mejor forma de formarse, sin duda. Estudiantes y no estudiantes.

Lo dicho, bienvenidos a este vuestro nuevo lugar de reunión (no os podemos ofrecer los servicios del Bar, pero prometemos ser lo más amenos posible).

Paul Krugman, profesor de la Universidad de Princeton y actual Premio Nobel de Economía, es el azote de las políticas económicas del Gobierno de George Bush.

Para este experto económico, la receta para afrontar la crisis es muy clara: Mayor gasto público.

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Segunda interesantísima entrevista en el País de este domingo.

Desde luego este día es el día de las entrevistas a grandes personalidades del mundo económico-financiero.

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El País de este domingo viene cargado de interesantes entrevistas.

La primera que vale la pena comentar es la realizada a Luis Ángel Rojo, Catedrático de Teoría Económica desde 1966 en la Universidad Complutense de Madrid. Es miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas desde 1985 y desde el 18 de abril de 2002 ocupa el sillón “f” minúscula en la Real Academia Española.

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A raíz de un artículo de Eduardo Martinez Abascal en Expansión y de una contestación de Echevarri en una de sus entradas, comentar la diferencia fundamental del sistema americano en cuanto a las hipotecas:

En España, el préstamo hipotecario va contra la persona, no contra la casa.

En EE.UU., la hipoteca va contra la casa, no contra la persona.

Y esto que significa? Muy sencillo:

Si uno se compra un inmueble en EE.UU. mediante una hipoteca, supongamos que de 300.000 $, y al cabo de unos años, deja de pagarla, puede irse al Banco, entregarle la casa y la hipoteca queda automáticamente cancelada.

Si estamos en pleno boom inmobiliario, esta casa puede valer 350.000 $, por ejemplo. En este caso, el Banco americano no pierde nada. Más bien gana 50.000 $.
Pero qué ocurre en plena caída libre del valor de las casas? Qué ahora la casa puede valer 250.000 $; en Banco pierde 50.000 $; tiene una casa que vale menos que la hipoteca que concedió al cliente, que no le debe ya ni un $.

Más adelante, el mismo cliente puede comprar una casa en su misma calle, igual que la que devolvió al Banco, por 250.000 $ o menos.

Y en España? Pues me temo que no pasa lo mismo.

Si un cliente pide a un Banco en España una hipoteca de 220.000 €, y al cabo de un tiempo no puede seguir pagandola, lo tiene mucho más crudo.

Si el cliente se va al Banco a devolver la vivienda (muchos inmigrantes, desconocedores de las leyes españolas en esta materia, iban a sus sucursales, pobres ellos, a devolver las llaves de la vivienda por no poder pagarla), aparte de soportar las monsergas del director de turno, va a salir del banco más desmoralizado que cuando entró.
El banco puede aceptar o no la vivienda como dación en pago, pero igualmente debe 220.000 € al Banco español; si la vivienda se valora o se trasmite en subasta por menos dinero (lo que pasa siempre), el resto de la deuda recae en el cliente, quien responde con sus bienes presentes y futuros.

Pongamos, por ejemplo, que se subasta su casa y un inversor acostumbrado a los chollos de las subastas la adquiere por 150.000 €. El defenestrado cliente le debe aún al Banco, más o menos, 70.000 €. Este pobre deudor se ha quedado sin casa y encima le debe al Banco; si no se los paga, la entidad financiera se lo intentará cobrar embargando su nómina o las de los posibles avalistas at eternum (o embargando las posibles casas propias o de los avalistas). Es decir, que el cliente no tiene donde vivir y además parte de su nómina irá al banco hasta que pueda devolverle los 70.000 €. Una situación dramática que probablemente le condene a trabajar en negro el resto de su vida.

Está claro porqué en España lo último que se deja de pagar es la hipoteca; porqué si no se paga, se paga muy caro (valga la redundancia).

En EE.UU., dejar de pagar una hipoteca sale relativamente barato; se pierde la casa y en paz. Con esta legislación tan laxa es aún más increíble que se hayan comprado títulos basados en hipotecas subprime americanas. Encima de que se dieron a Ninjas pobres de pedir, a la que no pueden pagar se las devuelven al Banco y se quedan tan tranquilos.

Qué valen esos títulos respaldados por hipotecas subprime? Simple en teoría, lo que valga la casa cuando el banco la revenda. Y en tiempos de caída libre de la vivienda, bastante menos que las hipotecas que se dieron. Tantos analistas en los bancos para dejarse engañar por un producto así.

Y después el director de sucursal de turno nos llama todo indignado porqué tenemos 50 € en descubierto. Qué se formen más y molesten menos.

Perdón, es que acabo de ver un extracto de mi cuenta y por un descubierto ridículo de unos días me han cobrado 30 € más unos 2€ por una nueva comisión llamada apertura de descubierto. Me cag… tó lo que se menea!!

Perdón otra vez.

Estamos de récords históricos.

Si el viernes decíamos que las Bolsas de todo el mundo registraban caídas históricas, el lunes podemos decir lo contrario.

Después de que a los inversores la actuación conjunta de los países europeos les haya parecido adecuada y proporcionada a la magnitud de la crisis, el Ibex 35 cerró el lunes a 9.955,70 puntos, con una subida del 10,65 %. Increíble.

A esta hora del martes, el Ibex sigue dando alegrías a los enloquecidos inversores.

El Fondo Monetario Internacional ha dado cuatro puntos que a su criterio podrían servir para empezar a tomar medidas para resolver la crisis actual:

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El Ibex 35 cerró la jornada del viernes pasado con la mayor caída de su historia, un 9,14% en un día, cerrando por debajo de los 9.000 puntos (concretamente en los 8.997,7). Para darse cuenta de la importancia de este dato, simplificando, es como si en un solo día la valoración de las mayores empresas de España cayese casi un 10%. Nada más y nada menos.

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Estamos viviendo una época histórica.

Tiempos inciertos, duros, que van a requerir un cambio de hábitos y de mentalidad.

Espero, creo y deseo que saldremos reforzados de esta crisis. Pero no sin esfuerzos y sacrificios. Con confianza, serenidad y decisión, seguramente si.

Leo en El País, en su sección Cuarta Página, un interesante artículo de John Gray, autor de Black Mass: Apocalyptic Religion and Death of Utopia. Se titula “Mucho más que una crisis financiera”.

Trata, en su opinión, del derrumbe de liderazgo político y económico de Estados Unidos en el mundo, y lo equipara al giro geopolítico que supuso la caída de la Unión Soviética.

En este recomendable artículo, John Gray trata de la pérdida de poder de EE.UU., al que un caricaturesco Hugo Chavéz provoca y ridiculiza con descarada impunidad; habla de las consecuencias sobre la invasión de Irak que tendrá esta debacle económica. Vaticina una posible retirada de Irak, al no poder mantener el gasto militar que su ocupación acarrea; trata del “ascenso pacífico” de China.

El desarrollo de las economías emergentes disminuye la importancia de EE.UU. en el mundo, eso ya lo aceptaban los estudiosos de geopolítica; pero se imaginaban que sería un cambio de poder gradual, a lo largo de varias generaciones.

Acaba el autor, citando textualmente: “Después de haber creado las condiciones que engendraron la mayor burbuja de la historia, los dirigentes políticos de EE.UU. parecen incapaces de comprender la magnitud de los peligros que afronta su país. Envueltos en encarnizadas guerras culturales y peleados unos con otros, parecen no darse cuenta de que su liderazgo mundial está desvaneciéndose a toda velocidad. Está naciendo un nuevo mundo casi sin que se note y, en él, EE.UU. no es más que una más entre varias grandes potencias, y se enfrenta a un futuro incierto en el que ya no puede influir”.

Tiempos inciertos, sin duda, los que nos han tocado vivir.