España está cambiando, a mejor. Sí, ya se que el que lea estas palabras va a querer pegarme, con razón si no explico a que me refiero: las criticas a lo que está mal en el sistema económico, político y bancario se multiplican, cada vez por voces más cualificadas y se expande por todas las capas la sociedad, que sienten que han de estar informadas para poder luchar con lo que está mal.
Conciencia de ciudadano libre, diría yo. Para decidir nuestro futuro no basta con votar cada cuatro años al político que nos cae mejor o al partido de toda la vida. Ni tampoco votando en blanco o sin votar se consigue gran cosa, en mi opinión. La lucha pacífica e informada esta en la calle, en las universidades, dentro de los propios bancos (clientes y bancarios, accionistas y ahorradores), delante y dentro del Parlamento, en los medios de comunicación tradicionales, online y escribiendo libros.
Hasta hace poco tiempo las voces contra los flagrantes errores de gestión del sistema económico y político eran bastante marginales o marginadas, según el caso. Atacar la mala gestión de un supervisor como el Banco de España o la CNMV era impensable, al igual que oír voces críticas sobre nuestros bancos, supuestamente en la Champion League. Afortunadamente hoy en día hay criticas fundamentadas y fundamentales sobre lo que se ha hecho mal y cómo debería hacerse.
Si bien no coincido del todo con los planteamientos de Francisco Viyuela de que liquidar un banco no cueste dinero al contribuyente (los activos de un banco en liquidación son mucho menores de lo que se valoran en función del criterio contable de empresa en funcionamiento) ni veo acertado que pierdan dinero determinados “acreedores” no privilegiados como los tenedores particulares de participaciones preferentes (que en realidad deberían ser tratados como depositarios), creo que su análisis sobre las bondades de dejar quebrar ordenadamente los bancos no solventes es muy interesante y vale la pena visionarlo con tranquilidad:
Google quiere que los primeros resultados orgánicos (no de pago) de su buscador sean los mejores para el usuario y los cambios que hace constantemente van en esa dirección.
Dado que el algoritmo de Google no tiene aún inteligencia artificial (aunque cada vez procesa más información) y se basa el decisiones de los ingenieros y personal de Google, se puede equivocar a corto plazo, si bien a la larga tendría que ir a mejor.

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No me extraña que el ciudadano de a pie esté alarmado y confuso con la situación económica actual; los profesionales de la economía tampoco entendemos todo lo que pasa, al menos los mundanos como un servidor.
Sin embargo hay situaciones que no se entienden, no por no ser previsibles y explicables, sino porque algunos medios de comunicación y los políticos tratan de que no se entiendan.
Veamos algunas cosas que han pasado hoy:
Los ministros de finanzas de la Eurozona aprueban el rescate financiero de los 100.000 millones (ver documento en PDF).
El Gobierno da por buena una caída de la economía española en el 2013 del 0,5%, lo cual es aceptar un paro cercano al 25% durante más de un año adicional.
La Bolsa española cae, concretamente el IBEX35 se deja un 5,82%, la mayor caída en los dos últimos años (que ya han sido malos).
La prima de riesgo toca un nuevo máximo, en los 613 puntos. Los bonos a 10 años españoles rentan 6,13 puntos porcentuales más que los alemanes. La fiebre está tan alta que el rescate total del país puede acabar siendo la cura o la muerte definitiva del enfermo.
La primera CC.AA., gobernada por el mismo partido que pretende ser el que nos salvará de la crisis, Valencia, pide ser rescatada por el Estado (un enfermo ayudando a otro enfermo). Señalo lo del partido porque no deja de ser una señal para los inversores extranjeros: ¿los mismos que quiebran CC.AA. dirigen el país?, se preguntarán.
¿Si se supone que el rescate financiero es la solución al grave problema de nuestra banca, que ha dilapidado unos 270.000 millones de euros en la orgía inmobiliaria, porqué los indicadores económicos ponen al país en alerta máxima?
No tengo la respuesta definitiva, pero el sentido común ayuda:
Una política de austeridad draconiana que ataca al consumo y, por tanto, al empleo con una moneda que le dificulta las exportaciones, es una garantía de menos ingresos tributarios y más gastos (¿o pretenden que un 25% de la población en paro no coma?).
Por otra parte, las medidas económicas tomadas no atajan una fuente de gastos muy importante, la casta política y la duplicidad de administraciones. Y por otra no se busca reducir el fraude fiscal, sino perdonarlo para los grandes defraudadores.
Todo ello va a provocar tensiones económicas y sociales evidentes y los que nos gobiernan no generan confianza ni para los mercados ni para sus ciudadanos. Siempre digo que lo primero para tomar medidas duras es dar ejemplo. Si el pueblo cree en sus líderes, acepta vivir peor. Si no percibe el ejemplo y la capacidad, se rebela.
Montoro y sus alusiones a los hombres de negro y que no tiene para pagar las nóminas de los funcionarios pasará a la historia. Por no seguir con declaraciones de los que nos gobiernan que se contradicen o, simplemente, son falsas.
Señores políticos y poderes económicos que nos gobiernan: el pueblo no es tan tonto como creen; les aseguro que por mucha manipulación de la información que pretendan, si no tienen para comer, no les van a engañar. Empiecen a trabajar por el bien del ciudadano, es un aviso de un humilde economista de provincias.
Efectivamente, si leemos el artículo 21 del RD-ley de ajustes draconianos al pueblo llano (el nombre es de cosecha propia), si quieres cobrar la renta activa de inserción para desempleados con especiales necesidades económicas, no puedes viajar al extranjero. Literalmente:

 Artículo 21. Se modifica el Real Decreto 1369/2006, de 24 de noviembre, por el que se regula el programa de renta activa de inserción para desempleados con especiales necesidades económicas y dificultad para encontrar empleo.
El Real Decreto 1369/2006, de 24 de noviembre, por el que se regula el programa de renta activa de inserción para desempleados con especiales necesidades económicas y dificultad para encontrar empleo, se modifica en los términos siguientes:
Uno. Se añaden dos párrafos a la letra b) del apartado 1 del artículo 2 que quedan redactados en los términos siguientes:
«Durante la inscripción como demandante de empleo a que se refiere el párrafo anterior deberá buscarse activamente empleo, sin haber rechazado oferta de empleo adecuada ni haberse negado a participar, salvo causa justificada, en acciones de promoción, formación o reconversión profesionales u otras para incrementar la ocupabilidad. La salida al extranjero, por cualquier motivo o duración, interrumpe la inscripción como demandante de empleo a estos efectos.
En los supuestos en que se interrumpa la demanda de empleo, se exigirá un periodo de 12 meses ininterrumpido desde la nueva inscripción».

Los ajustes que ha publicado el Gobierno en el BOE de este sábado, Real Decreto-ley 20/2012, no sólo atacan la capacidad de consumo de la población (como he explicado en Expansión) y, por tanto, la capacidad de generar empleo de la economía; atacan directamente a los votantes, a las clases más desfavorecidas y a las clases medias. Las clases más acaudaladas no ven comprometer en absoluto su fortuna.
Podríamos quejarnos de que el poderoso controla al Gobierno, pero de nada sirve dar la culpa a fuerzas externas. Con todas las deficiencias que tiene nuestro sistema electoral y político, permite que ejerzamos un derecho al voto por el que han luchado y muerto muchas personas. Incluso permite que un ciudadano común se haga un hueco en un determinado partido. Por tanto, si queremos quejarnos, tengamos memoria y sepamos votar para defender nuestros intereses; la marca de los partidos no importa, ni sus caras. Importa lo que hacen. Si votamos a políticos que roban, que engañan o que no saben hacer su trabajo, y lo sabemos, nos merecemos lo que nos pase.

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Yo ya no sé si nos gobiernan los Hombres de Negro, los Hombre Grises o los Payasos de la Tele, pero sean quienes sean, a los que parece ser que nadie ha votado, espero que en España se encuentren con una oposición inteligente del pueblo.
No hace falta destruir mobiliario ni enfrentarse a las fuerzas de seguridad del Estado (a las que quitan también su paga extra de Navidad) para hacer oposición. No seamos Grecia, seamos más fuertes pero menos destructivos.
No se trata de clase obrera contra empresarios, no seamos básicos. El pequeño empresario, el autónomo (que lo soy yo) no está en contra de la clase obrera. Es clase obrera.
Es tarde y no tengo ganas de reflexionar como economista. En esta entrevista en Es Radio Mallorca he opinado durante un buen rato:
Lo que quiero es enviar un mensaje a los que pretenden mandarnos en base a empobrecernos: España y sus ciudadanos somos gente inteligente que sabremos combatir las injusticias sin necesidad de quemar las calles.
Ya es hora de que los poderosos teman al pueblo y no al revés. Y encima los que mandan deben haber perdido los manuales de economía o se leen los de algún enajenado.
La economía va por una autopista al Infierno. Paremos el vehículo antes de que lleguemos a éste.
Ayer el actual Presidente del Gobierno anunció en el Congreso de los Diputados unas medidas de ajuste para la economía española, claramente impuestas desde Bruselas a cambio del rescate financiero.
Son unas medidas que se supone tratan de aumentar los ingresos del Estado (vía incremento del IVA y otros impuestos menores) y reducir los gastos (reducción del presupuesto de partidos políticos, sindicatos y patronales, del subsidio de desempleo a partir del sexto mes o eliminación virtual de la paga extra de Navidad de los trabajadores públicos).
El IVA reducido pasa el 8 al 10%, el general del 18 al 21% y el superreducido sigue en el 4%. En el caso de la compra de vivienda de obra nueva se mantiene al 4% hasta que acabe el año, lo cual es algo inexplicable.
A los funcionarios y resto de empleados públicos se les suspende la paga extra de Navidad y se supone que se les compensará con una aportación extraordinaria a su plan de pensiones en el 2015. Es decir, que los que gocen de esta posibilidad, cobrarán su salario al jubilarse. Pagan los que nada deben, una factura que de momento no paga su principal deudor: el sistema financiero rescatado.
A los desempleados se les ataca sin compasión ni justicia, viendo los nuevos parados reducir su subsidio del 60 al 50% a partir del sexto mes. Los diputados que han aplaudido esta medida han de dimitir de inmediato: no se les paga por semejante desfachatez.
En una economía de casi pleno empleo, reducir los beneficios de los parados tiene un efecto: incentiva la búsqueda de empleo. Claro que sí; pero no es esta la situación de España. Con paro del 25% y mucho más en determinados colectivos, reducir el subsidio simplemente tiene un efecto: quitar lo poco que ingresan para comer y dormir a miles de parados. Si esta medida alegra a alguien, este alguien, en mi modesta opinión, es un sinvergüenza.
Encima se reduce lo que el empresario para a la Seguridad Social, supuestamente para incentivar la contratación. Yo creo que son pamplinas; esta medida funciona cuando la demanda de bienes y servicios es fuerte. En un momento en que la demanda es débil, lo único que supone es reducir el coste del factor trabajo. Y no beneficiará a los pequeños empresarios y emprendedores, que no van a poder contratar a nadie más en estos momentos.
En este chat podréis ver algunas respuestas a más dudas sobre los ajustes.
Beneficiará a las grandes empresas, que ya han ajustado sus plantillas con un coste de despido menor. Pero de contratar, lo dudo.
Las grandes fortunas, el movimiento especulativo de capitales, la Iglesia o los Bancos no ven empeorar su situación. ¿Quién manda en España, el pueblo que vota o estas instituciones?

 

Cuando trabajé en un banco, en esos remotos tiempos en que ni nos dejaban usar correo electrónico corporativo, recuerdo que ya se hablaba de un indicador del coste del dinero, de reciente creación y que tomó el lugar del MIBOR: el Euribor.
Al coste de financiación del propio banco, al pedir dinero a otros bancos en el mercado interbancario, se le sumaba un diferencial y éste era el “beneficio” del banco (al que restar otros costes como el de administración y demás). Por ello la mayoría de préstamos hipotecarios se referencian al Euribor + un diferencial.

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Animal misterioso donde los haya, el cuervo y su graznido no dejan impávido a nadie. Su significado simbólico es muchas veces contradictorio: clarividente y profético, pájaro de luz o tenebroso portador de la desgracia y la muerte, y en cambio un protector para otros colectivos y culturas.
Siempre asocio este animal un tanto lúgubre con el poema de Edgar Allan Poe, The Raven:

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En economía se habla del “activo libre de riesgo” cuando se quiere calibrar el riesgo de otro determinado. Seguro, aparte de la muerte, en economía no hay nada, y menos si hablamos de productos financieros de ahorro.
La deuda pública o los depósitos a plazo fijo podrían ser considerados “libres de riesgo” en algún momento. Sin embargo esta crisis financiera ha dejado bien claro al ahorrador que los Estados soberanos pueden tener problemas para pagar su deuda y que los depósitos en bancos y cajas no están lo seguros que uno creía. Incluso la propia moneda en que se valoran los ahorros puede desaparecer y devaluar el esfuerzo de una vida. Y no hablemos del pánico que inspira la simple mención de un corralito en España (que es ya lo más improbable de todo).
En El Temps de 5 de junio de 2012 se me ha pedido mi opinión, como director editorial de iAhorro.com, sobre la tendencia actual del ahorrador a priorizar los productos financieros en función de su grado de seguridad, en lugar de su rentabilidad.Para cualquier ahorrador es importante que sepa valorar adecuadamente los siguientes aspectos de un producto financiero:

  1. Su seguridad, entendida como el riesgo que tiene de hacernos perder dinero, sea por la propia naturaleza del producto (por ejemplo las acciones) o por el riesgo del emisor (cuotas participativas de la CAM, etc).
  2. Su liquidez: ¿podremos sacar el dinero en cualquier momento antes de su vencimiento? ¿tendremos que pagar alguna comisión o asumir posibles pérdidas? Los fondos garantizados, por ejemplo, nos pueden suponer pérdidas si necesitamos el dinero antes del vencimiento de la garantía.
  3. Su rentabilidad, que debe estar acorde con el riesgo y la liquidez del producto financiero. NO es lo primero que tenemos que analizar, es lo último.