Visión general de la tributación de una Pyme o autónomo

Como profesional en ciencias económicas y dentro de la rama de contabilidad, me gustaría poner mi granito de arena a la cultura financiera con mis aportaciones, que no es otro que el objetivo que persigue este blog.

Los impuestos en los que debe pensar un autónomo o una Pyme son:

  • El IVA (Impuesto al valor añadido).
  • El IRPF (para el caso del autónomo) o IS (Impuesto de sociedades para el caso de la Pyme).
Las obligaciones fiscales mínimas que debe cumplir una Pyme o un autónomo, en relación a estos impuestos son las de presentar trimestralmente:

  • Modelo 303 de IVA.
  • Modelo 110 de retenciones de IRPF (Modelo 115 para el caso de retenciones de IRPF de alquileres).
A todos nos interesa cumplir al menos con éstas obligaciones mínimas para evitar males peores. Para ésto es necesario normalmente llevar un orden, un método, en definitiva, llevar la contabilidad.

Es increíble ver cómo se desperdicia una herramienta tan importante, como es la contabilidad, en el quehacer diario de las pequeñas empresas y autónomos españoles.

También es normal que una persona que se dedica a ganarse la vida por sus propios medios y no depende de ningún jefe, no tenga tiempo para utilizar ésta herramienta que le ayuda a ordenar un poco mejor su vida, es decir, para tomar decisiones que se la facilitaría. Pero seguramente es más razonable la excusa del poco conocimiento que tenemos de la materia.

Tened en cuenta que un despacho contable persigue normalmente un objetivo, que es el de cumplir con las obligaciones fiscales (IVA, IRPF, IS, etc), y que a la vez es el objetivo del del empresario. Pero también tened en cuenta que por el bajo coste o tarifa que esto implica para el despacho, tiene la necesidad de captar muchos clientes para poder sobrevivir.

Todo esto lleva a la conclusión y al inexorable desenlace de la poca o casi nula utilización que se hace de un estado contable.

Lo que tenemos que saber como mínimo es que cuando acudimos a un contable, aparte de cumplir por nosotros con la obligación de presentarnos los impuestos, cumple también con innumerables obligaciones que normalmente desconocemos. (Vayan aquí algunos ejemplos: La AEAT, agencia estatal de administración tributaria o más conocida como HACIENDA, actualmente nos obliga a cumplir con una serie de obligaciones de comunicación de información; y en consecuencia se deben presentar Modelos 390 de resumen anual de IVA, Modelo 190 de resumen anual de IRPF, etc).

Pero además tenemos la obligación, si somos empresa, de presentar o publicar los Balances en el Registro Mercantil, porque es una obligación legal hacer público números, cuando de empresa se trata.

Todo esto lo hacemos con los estados contables, que constan básicamente de tres estados:

  • Estado de Situación Patrimonial.
  • Estado de Pérdidas y Ganancias.
  • La Memoria (que es no más que aclaraciones de lo que hemos anotados en los 2 anteriores).
Existen otros dos Balances, pero que para el caso que tratamos no vienen a colación.
Aquí viene mi aportación: si tan sólo conoceríamos o nos interesáramos en lo que estos Balances dicen, creedme, vuestras vidas serían más fáciles y sencillas o al menos no perderíamos tanto.
Para comprenderlo, he aquí un ejemplo muy claro: hay un concepto o cuenta llamada gastos financieros y que en balances se registra con el código o cuenta 626; aquí los contables anotamos las comisiones que los bancos os cobran por transferencia, por constitución de un crédito o por mantenimiento de cuenta, etc. Si tan sólo nos parásemos a mirar éste pequeño gran concepto que en términos de gasto es muy grande, nos ayudaría a decidir si cambiamos de entidad bancaria o a tratar de evitar según que servicios que son realmente muy caros.
Un empresario no tiene que ser un experto contable, para eso están los despachos especializados. Pero no conocer lo mínimo en cuanto a la documentación a presentar y la interpretación de los balances es una dejadez que puede salirnos muy cara. Los primeros interesados en conocer la situación debe ser el propio empresario, por pequeño que sea su negocio.
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