Entradas de] Pau A. Monserrat

Los afectados por preferentes sin ayuda

El inversor que contrató participaciones preferentes con la información necesaria y la formación mínima para entender esta información (dos condiciones, repito), ha asumido un riesgo a cambio de una rentabilidad esperada y en el caso de las entidades financieras intervenidas, ha perdido.
Sin embargo hay una legión de ahorradores particulares que o bien se les informó de forma insuficiente (incluso se les engañó) o no eran capaces de entender el riesgo que asumían. A esta gente la Administración debería ayudarles poniendo los medios jurídicos y técnicos necesarios para dirimir responsabilidades y castigar a bancos, banqueros y bancarios en su caso.
La CNMV y el Banco de España deberían ofrecer esta ayuda y ejercer su función de inspección, caso por caso. Si se acabase demostrando la venta inadecuada, el cliente no paga nada y se le devuelve su dinero. En caso contrario, el ahorrador pagaría parte o el total del servicio jurídico proporcionado.
Y los responsables del engaño o mala praxis, cuando la haya, serían debidamente castigados.
Pero vivimos en España y los bancos mandan más sobre los políticos que los ciudadanos. Al menos hasta que despertemos.
La última reforma financiera deja en la estacada a los actuales tenedores de preferentes, y sólo intenta evitar que se vuelva a producir en el futuro. Impensable en un país moderno esta dejación de funciones del Gobierno, en mi opinión.
En la web oficial de Futur Finances hemos explicado con detalle lo que ocurre con las participaciones preferentes tras la reforma, por si es de vuestro interés profundizar sobre el tema.

Actuación temprana, reestructuración y resolución de entidades de crédito

Iremos analizando de forma pormenorizada el contenido del Real Decreto-ley 24/2012, de 31 de agosto, de reestructuración y resolución de entidades de crédito (ver en PDF).
A priori parece realizado más para salvaguardar a los banqueros (que no a los bancos) en perjuicio de sus clientes y acreedores del tramo minorista, además de a todos los contribuyentes. Sin embargo, esperad a que pueda analizar el texto en su plenitud para poder dar unas conclusiones fundamentadas.

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El mercado de alquiler en España funciona mal

En unos momentos en que los estragos del estallido de la burbuja inmobiliaria son máximos, con familias desahuciadas cada día al no poder hacer frente a sus préstamos hipotecarios, unas entidades financieras con una reputación por los suelos y una más que previsible senda bajista del precio de la vivienda durante varios años más, lo normal sería que el mercado de alquiler creciera con fuerza.

Los judíos no sólo sabían hacer dinero

Ayer leí un fragmento de la historia de un judío muy interesante (xuetes, los llamaban en mi Mallorca natal) en el Diario de Mallorca, el señor Bartomeu Valentí Fortesa.
Curiosamente, este insigne xueta es antepasado de un servidor y su historia siempre me ha parecido interesante. En el Diario de Mallorca podemos encontrar varias explicaciones de la comida que ofreció a los pobres de Palma, para celebrar la Constitución de Cádiz (La Pepa) y el fin de la maldita Inquisición que a tantos inocentes castigó.
Una confidencia que pocos saben: su apodo “Moixina”, según me refiere mi madre, viene de Moisés.

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¿Se incendiarán las calles este otoño?

Hoy he podido hablar con Antonio Alcover y Francisco Villalonga de economía enIB3 Ràdio, en el programa “El Faristol”, dirigido por Àngela Seguí.

El Euribor cerrará agosto de 2012 por debajo del 1%

La política del BCE de mantener tipos de interés bajos, actualmente al 0,75% y podría seguir bajándolos, combinado con un mercado interbancario seco (los bancos privados apenas se dejan dinero entre sí) ha provocado que la media mensual del Euribor anual de lo que llevamos de agosto se haya situado por debajo del 1%.

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El hurto famélico: robar para comer y vestir

Nunca imaginé tener que escribir en este blog sobre el hurto famélico o furtum famelicus, que se produce cuando alguien sustrae por necesidad vital, por hambre. Mientras una sola persona tenga que robar para poder comer o dar de comer a su familia, un país no podrá llamarse civilizado, avanzado ni democrático.
Este concepto jurídico se lo oí comentar a Eleuterio Sanchez (conocido en su juventud por “El Lute”) en una reciente entrevista en “El Gran Debate” de Telecinco, justificando un episodio de su vida en que robo unas gallinas para comer. Aprovecho para promocionar uno de sus libros, que me cae bien el señor.
En España empiezan a haber muchas familias que pasan penurias y se ven forzadas a cosas tan poco deseadas como hurtar comida en los supermercados. Cuando el “bandolero de Sierra Morena” Juan Manuel Sánchez Gordillo y su ilegal actuación (no la defiendo, pero hay actos mucho peores que perseguir y quedan impunes) ha puesto en primera línea informativa un problema que el Gobierno no atiende adecuadamente: la falta de recursos en los comedores sociales. Si no podemos o queremos que nadie en España pase hambre o frío, mejor la revolución social al rescate de nuestros acreedores. Ni más ni menos.
Hay gente que se rasga las vestiduras por las acciones de Sánchez Gordillo, como he constatado en una “discusión” twittera con Carles Enric López y otros. Desde mi punto de vista se fijan en el dedo en lugar de a dónde apunta, pero bueno.
¿Es delito hurtar en un supermercado para poder comer o dar de comer? Esta es la pregunta que quiero averiguar, ¿qué es exactamente el concepto de hurto famélico?
He encontrado un interesante documento jurídico de José Antonio del Olmo que nos servirá para responder a esta pregunta: “EL HURTO FAMÉLICO Y LA APLICACIÓN DEL ESTADO DE NECESIDAD COMO CAUSA DE JUSTIFICACIÓN” (en PDF).
Dice el profesor de la Universidad de Alcalá de Henares:
La sustracción de alimentos y ropas para paliar el hambre y evitar la desnudez de quienes se hallan en una situación de miseria ha sido considerada desde tiempos remotos como una circunstancia merecedora de la exención o de la atenuación de la responsabilidad criminal, al amparo de la causa de justificación del estado de necesidad, tomando carta de naturaleza en la jurisprudencia actual, si bien con unos criterios restrictivos.
Veamos en qué circunstancias concretas se puede considerar que estamos ante un hurto famélico y las consecuencias de esta calificación:
El hurto famélico, necesario o miserable no figura expresamente plasmado en ningún precepto del Código Penal español, pero sí ha sido admitido en la jurisprudencia del Tribunal Supremo.
Las sentencias del Tribunal Supremo de 9 de diciembre de 1985 y de 21 de enero de 1986 definen el “hurto famélico” como:
“el que concurrirá en aquellos casos en los que se toman bienes ajenos, sin la voluntad de su dueño, para subvenir a las más primarias y perentorias necesidades humanas, tales como la alimentación, vestido, habitación y asistencia médico-farmacéutica y en los que no se halla en conflicto la vida o la propia supervivencia, con la propiedad de bienes ajenos, pero sí, por lo menos, entran en pugna los sufrimientos que el hambre, la desnudez, la intemperie o la enfermedad desatendida deparan al ser humano, con el respeto a la propiedad de bienes ajenos”.
Los requisitos para aceptar la existencia del hurto famélico son restrictivos, como no puede ser de otra manera:
  1. Realidad, gravedad e inminencia del mal que se trata de evitar.
  2. Que se actúe a instancias o impulsos del estado de precariedad, penuria o indigencia en que se halle el sujeto activo o su familia.
  3. Que no se trate de una mera estrechez económica, más o menos agobiante.
  4. Que se pruebe que se han utilizado todos los recursos que en la esfera personal, profesional y familiar, podía utilizar antes de hurtar.
  5. Que no haya otra solución que la de proceder de un modo antijurídico.
  6. Que las cosas o bienes obtenidos sean aplicados a la satisfacción de las necesidades primarias del reo o las de su familia, sin que haya tomado más de lo estrictamente indispensable.
Como era previsible, esta figura no es aplicable cuando se hurta para terceros, como hizo Sánchez Gordillo, por ejemplo.
En todo caso se admite que hay que “tener en cuenta no sólo que la urgencia del caso concreto puede requerir una solución inmediata, sino que la asistencia social no es capaz de atender todas las situaciones de miseria”.
Al final será el sentid común del Juez el que calibre si estamos antes un eximente o no. En todo caso, repito, el Estado debería poner a disposición de los necesitados comida y abrigo, para que el hurto famélico no existiera.
Tiempos aciagos los que nos ha tocado vivir, triste vida el que se ve obligado a hurtar para comer.

¿Se deben liquidar los bancos españoles mal gestionados?

España está cambiando, a mejor. Sí, ya se que el que lea estas palabras va a querer pegarme, con razón si no explico a que me refiero: las criticas a lo que está mal en el sistema económico, político y bancario se multiplican, cada vez por voces más cualificadas y se expande por todas las capas la sociedad, que sienten que han de estar informadas para poder luchar con lo que está mal.
Conciencia de ciudadano libre, diría yo. Para decidir nuestro futuro no basta con votar cada cuatro años al político que nos cae mejor o al partido de toda la vida. Ni tampoco votando en blanco o sin votar se consigue gran cosa, en mi opinión. La lucha pacífica e informada esta en la calle, en las universidades, dentro de los propios bancos (clientes y bancarios, accionistas y ahorradores), delante y dentro del Parlamento, en los medios de comunicación tradicionales, online y escribiendo libros.
Hasta hace poco tiempo las voces contra los flagrantes errores de gestión del sistema económico y político eran bastante marginales o marginadas, según el caso. Atacar la mala gestión de un supervisor como el Banco de España o la CNMV era impensable, al igual que oír voces críticas sobre nuestros bancos, supuestamente en la Champion League. Afortunadamente hoy en día hay criticas fundamentadas y fundamentales sobre lo que se ha hecho mal y cómo debería hacerse.
Si bien no coincido del todo con los planteamientos de Francisco Viyuela de que liquidar un banco no cueste dinero al contribuyente (los activos de un banco en liquidación son mucho menores de lo que se valoran en función del criterio contable de empresa en funcionamiento) ni veo acertado que pierdan dinero determinados “acreedores” no privilegiados como los tenedores particulares de participaciones preferentes (que en realidad deberían ser tratados como depositarios), creo que su análisis sobre las bondades de dejar quebrar ordenadamente los bancos no solventes es muy interesante y vale la pena visionarlo con tranquilidad:

El nuevo SEO que quiere Google

Google quiere que los primeros resultados orgánicos (no de pago) de su buscador sean los mejores para el usuario y los cambios que hace constantemente van en esa dirección.
Dado que el algoritmo de Google no tiene aún inteligencia artificial (aunque cada vez procesa más información) y se basa el decisiones de los ingenieros y personal de Google, se puede equivocar a corto plazo, si bien a la larga tendría que ir a mejor.

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Aprobado el rescate al sistema financiero y España arde

No me extraña que el ciudadano de a pie esté alarmado y confuso con la situación económica actual; los profesionales de la economía tampoco entendemos todo lo que pasa, al menos los mundanos como un servidor.
Sin embargo hay situaciones que no se entienden, no por no ser previsibles y explicables, sino porque algunos medios de comunicación y los políticos tratan de que no se entiendan.
Veamos algunas cosas que han pasado hoy:
Los ministros de finanzas de la Eurozona aprueban el rescate financiero de los 100.000 millones (ver documento en PDF).
El Gobierno da por buena una caída de la economía española en el 2013 del 0,5%, lo cual es aceptar un paro cercano al 25% durante más de un año adicional.
La Bolsa española cae, concretamente el IBEX35 se deja un 5,82%, la mayor caída en los dos últimos años (que ya han sido malos).
La prima de riesgo toca un nuevo máximo, en los 613 puntos. Los bonos a 10 años españoles rentan 6,13 puntos porcentuales más que los alemanes. La fiebre está tan alta que el rescate total del país puede acabar siendo la cura o la muerte definitiva del enfermo.
La primera CC.AA., gobernada por el mismo partido que pretende ser el que nos salvará de la crisis, Valencia, pide ser rescatada por el Estado (un enfermo ayudando a otro enfermo). Señalo lo del partido porque no deja de ser una señal para los inversores extranjeros: ¿los mismos que quiebran CC.AA. dirigen el país?, se preguntarán.
¿Si se supone que el rescate financiero es la solución al grave problema de nuestra banca, que ha dilapidado unos 270.000 millones de euros en la orgía inmobiliaria, porqué los indicadores económicos ponen al país en alerta máxima?
No tengo la respuesta definitiva, pero el sentido común ayuda:
Una política de austeridad draconiana que ataca al consumo y, por tanto, al empleo con una moneda que le dificulta las exportaciones, es una garantía de menos ingresos tributarios y más gastos (¿o pretenden que un 25% de la población en paro no coma?).
Por otra parte, las medidas económicas tomadas no atajan una fuente de gastos muy importante, la casta política y la duplicidad de administraciones. Y por otra no se busca reducir el fraude fiscal, sino perdonarlo para los grandes defraudadores.
Todo ello va a provocar tensiones económicas y sociales evidentes y los que nos gobiernan no generan confianza ni para los mercados ni para sus ciudadanos. Siempre digo que lo primero para tomar medidas duras es dar ejemplo. Si el pueblo cree en sus líderes, acepta vivir peor. Si no percibe el ejemplo y la capacidad, se rebela.
Montoro y sus alusiones a los hombres de negro y que no tiene para pagar las nóminas de los funcionarios pasará a la historia. Por no seguir con declaraciones de los que nos gobiernan que se contradicen o, simplemente, son falsas.
Señores políticos y poderes económicos que nos gobiernan: el pueblo no es tan tonto como creen; les aseguro que por mucha manipulación de la información que pretendan, si no tienen para comer, no les van a engañar. Empiecen a trabajar por el bien del ciudadano, es un aviso de un humilde economista de provincias.