Comentarios a la reforma laboral (I): Situación actual del mercado laboral

Día 9 pasado el Parlamento ha dado vía libre a la reforma laboral introduciendo 70 enmiendas al inicial Real Decreto.

Para consultar el texto completo se puede visitar este enlace (PDF) del El País.

Podremos pensar que la reforma es demasiado dura para los derechos de los trabajadores o se queda a medias, lo que no se puede entender es oponerse a reformar un marco laboral que no funciona adecuadamente.

Antes de entrar a comentar alguno de los puntos más significativos de la reforma laboral, querría comentar en qué no funciona el mercado laboral español:

1.- Paro estructural alto en fases de crecimiento económico y durante las crisis:

En el año 2007 se tocó un mínimo histórico en la tasa de paro con un 8% en el segundo trimestre, cerrando en un 8,3%.

Con la crisis cerramos el 2009 en un 18% de paro y en lo que llevamos de 2010 hemos alcanzado ya el 20% de paro. Los colectivos más golpeados por el desempleo han sido los hombres, los jóvenes, los inmigrantes y el colectivo con un menor nivel de educación.

2.- Desigualdades graves entre los diferentes colectivos del mercado laboral:

Un sector de los trabajadores tienen unos derechos consolidados y tienen un fuerte respaldo de los sindicatos, a los que podríamos llamar los insiders. Sería el colectivo de los funcionarios y trabajadores indefinidos con una antigüedad considerable. El colectivo de los indefinidos con mucha antigüedad sólo sienten que pueden perder su trabajo en el caso de que la empresa presente un ERE o, incluso, se vea arrojada a presentar un concurso de acreedores (la antigua quiebra o suspensión de pagos).

Por otra parte tenemos a los outsiders, los parados o trabajadores con contratos temporales (e incluso añadiría los autónomos dependientes, declarados o no, que en el fondo son los más desprotegidos de todos). Este colectivo sería el más necesitado de una reforma laboral que incentive la contratación, incluso a costa de perder derechos a largo plazo. Los sindicatos poco o nada representan a esta gente.

La tasa de paro del colectivo de jóvenes (menores de 30 años) ha pasado del 13,1% en 2007 al 28,8% en el 2009, cebándose con especial virulencia en los jóvenes con menor formación.

Los trabajadores más mayores que se ven expulsados del mercado laboral se enfrentan a la lamentable probabilidad de engrosar las filas de los parados de larga duración. A principios de 2010 los parados de este colectivo representan un 38,7%. Es dramático que casi 39 parados de cada 100 tengan pocas probabilidades de volver a encontrar empleo. Una situación que si merecería una huelga de los sindicatos, exigiendo una reforma laboral.

Los inmigrantes que vinieron a España para cubrir una demanda de empleo que no era cubierta por los nacionales, ha pasado de un paro del 12,2% a un 28,4% en el 2009.

3.- Rigidez de la negociación colectiva:

La negociación entre patronal y sindicatos no funciona y ha producido es España que el ajuste de empleo durante la crisis haya sido vía paro y no mediante bajadas de sueldos o de horas trabajadas (situación que si se ha dado en otros países de nuestro entorno).

Podemos citar un estudio econométrico del Observatorio Laboral de la Crisis, comentado en Papeles de Economía Española 124 de este año, que revela dos hechos fundamentales:

  • El tener un contrato laboral temporal frente a un indefinido es el factor que en mayor medida incrementa el riesgo de pérdida de empleo, más allá del sector de actividad en el que se trabaje, el nivel educativo o la antigüedad en la empresa. Escalofriante que la productividad en poco o nada afecte a nuestras posibilidades de ser despedido.
  • En cuanto al acceso a un nuevo empleo de los parados, la duración del desempleo es el determinante más importante para encontrar un empleo rápidamente. A medida que aumenta el tiempo de paro, con independencia de que se cobre o no subsidio de desempleo, aumenta la dificultad de acceder a un nuevo empleo. Vitales son, por tanto, que funcionen las políticas activas de empleo (hay mucho que mejorar en los servicios públicos de empleo, ya que menos del 5% de los accesos al empleo son gracias a su mediación).

4.- Baja productividad:

La productividad es producir bienes de mayor valor añadido, pero también producir los mismos bienes de una forma mejor (menos costes y más producción de calidad, básicamente).

La productividad en España se ha incrementado en los años de bonanza económica en base a menores precios de las materias primeras, caída del coste del factor trabajo (la gente cobra menos, en definitiva) y unos costes de financiación bajos y liquidez abundante el el mercado bancario. No ha mejorado por los factores que realmente determinan una buena salud de la economía, producir cada vez de forma más eficiente y llevar al mercado productos en los que somos mejores que el resto de países competidores.

Además el incremento del PIB ha sido protagonizado por sectores poco dados a la innovación y la productividad como el de la construcción.

Próximamente veremos si la reforma laboral aprobada arreglará alguno de los problemas citados, clave para evaluar su idoneidad o su previsible fracaso.

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