Fusión de Bankia y Caixabank: cómo afecta a sus clientes
La crisis económica actual va a tener como efecto una aceleración en los procesos de reestructuración interna de la banca, tanto internos -reducción de costes, cierre de oficinas- como externos, fusiones y adquisiciones. Lo que ha sorprendido en parte es que la primera fusión no sea de una entidad grande y otra pequeña, sino de dos de los mayores bancos de España: Bankia y CaixaBank.
Con ello, aunque haya duplicidades, estamos hablando con una entidad que partirá de unos 22 millones de clientes siendo la más grande del país. Es este tamaño un factor diferenciador para el cliente y el ciudadano en general, tanto en sus aspectos positivos como negativos. En el positivo, una entidad grande debe dar como resultado a un banco más fuerte y solvente, lo que se traslada a la integridad del sistema financiero español.
Pero esto no quita posibles efectos negativos para el consumidor como es menos productos donde elegir y, por tanto, menos competencia. Pero antes serán los propios clientes los que noten esos cambios, los analizamos por tipología de productos o servicios. ¿Cómo afectará a los clientes la fusión de Bankia y Caixabank?
Indice
Cuentas: cambios en el medio plazo
El producto básico del consumidor es la cuenta corriente, por el cual el banco presta unos servicios -caja, transferencias, ingresos, pagos…- a cambio de unas comisiones que en ocasiones se bonifican por cumplir una serie de requisitos. Todo ello está regulado a través de un contrato que no puede cambiarse unilateralmente, aunque una entidad sea comprada o se produzca una fusión.
Pero tampoco los bancos les interesa económicamente tener una gama tan amplia de productos, por lo que se tendrá a simplificar y con ello muchos de los clientes, presumiblemente de Bankia que es la entidad con menos peso en la fusión, verán como se buscará cambiar sus cuentas. En un principio las condiciones se mantendrán y luego se le comunicará nuevas condiciones, que el cliente podrá aceptar o no, si fuera así cambiándose a otro producto o a otro banco. Tenemos precedentes muy cercanos como con los clientes del Banco Popular hacia la Cuenta 1 2 3 del Banco Santander, su producto estrella.
Con respecto a la operatividad también en un principio se mantendrán los números de cuenta, el IBAN. En un futuro se unificarán al código de la entidad resultante (presumiblemente el 2100 de CaixaBank) y con ello se modificará el código de cuenta, pero sin necesidad de que el cliente haga ningún cambio. “Detrás” del número nuevo continuará el antiguo y con ello en un proceso de transición largo si, por ejemplo, se ordena una transferencia al antiguo número de cuenta seguirá recibiendo ese dinero.
Depósitos bancarios
A pesar del interés bajo actual de este tipo de productos siguen existiendo muchas imposiciones a plazo fijo. El mecanismo de transición de estos productos es muy sencillo, se suele dejar que venzan, finalice su plazo, para luego ofrecer una gama de productos propias.
Lo que si hay que tener muy en cuenta como nivel máximo de seguridad es que el Fondo de Garantía de Depósitos cubrirá 100.000 euros por lo que si sus posiciones al sumarse la de los dos bancos supera esta cantidad debe tener en cuenta que ese exceso no gozará de esta protección.
Fondos de Inversión y planes de pensiones: menos productos en el mercado
Respecto a los fondos de inversión y planes de pensiones, productos que están fuera del balance de los bancos, gestionados por entidades propias (gestoras), la experiencia nos señala que es donde suele disminuir los productos más rápidamente.
Los antiguos fondos y planes se mantienen; la única excepción serán productos garantizados con vencimiento que seguramente dejen de renovarse o lo hacen ya con la nueva gestora que aglutine ambos. Si se suele ser más activos a la hora de intentar traspasar estos fondos o partes a productos nuevos para que la cartera de los antiguos sea cada vez más residual y la gama de productos se simplifique. El resultado es una menor oferta que perjudica al consumidor a la hora de su elección.
A esto se suele unir el potencial de comercialización de los grandes bancos, algo que veremos claramente con esta entidad, cuando hacen nuevos lanzamientos. Esto unido al escaso conocimiento y asesoramiento independiente de los clientes suele traducirse en que el banco “coloca” al cliente el producto y no el cliente lo elige entre lo que más necesite.
Hipotecas y préstamos, mismas obligaciones para ambas partes
Si tiene un préstamo, personal o hipotecario, todo seguirá igual, seguirá pagando lo estipulado en su contrato y no verá ningún cambio de condiciones. La entidad resultante de la fusión asume toda la cartera crediticia. Es decir, se mantienen tipos de interés, comisiones, y todas las condiciones estipuladas en el contrato.
Eso sí, también la entidad resultante asume el resultado de la gestión de las dos integrantes, y de todas las reclamaciones por posibles malas prácticas como hipotecas multidivisas, cláusulas suelo, IRPH, gastos de constitución de la hipoteca…
Cierre de sucursales y banca online
Esta será una de las consecuencias más importantes. Aunque no se puede especular sobre el número de oficinas que afectará esta medida, parece claro los cierres de oficinas serán elevados en muchos casos por las enormes duplicidades existentes, especialmente en algunas áreas y grandes ciudades. Ejemplos muy claros son Madrid con gran presencia de ambas (de Bankia por ser la antigua Caja Madrid una de sus integrantes más importantes), Valencia (Bancaja por parte de Bankia y Banco de Valencia -comprado por CaixaBank- por otro) entre muchas otras.
En banca online, también lo normal es que en el corto plazo se mantengan las dos formas de operar pero que acaben integrados solo en una en un plazo no muy dilatado (seguramente se imponga la banca online de CaixaBank de nuevo).
La fusión de Bankia y Caixabank no será un proceso único, como hemos señalado, la concentración no ha hecho más que acelerarse y entre los próximos candidatos todos señalan al Banco Sabadell. Con ello, la competencia puede quedar muy perjudicada y solo la entrada de nuevos operadores fintech o de neobancos, relacionados especialmente con Internet y las nuevas tecnologías puede suponer un balón de oxígeno para los consumidores.
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