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Buenos datos de empleo registrado en la Seguridad Social en junio de 2019, que se traducen en un máximo histórico de afiliados de 19,493 millones de personas ocupadas y una reducción del paro registrado de 146.476 personas respecto al mes de mayo. Los datos de la Seguridad Social se complementan con los de la EPA para tener una panorámica adecuada del mercado laboral español.

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En un artículo anterior ya hemos comentado cómo interpretar las cifras de empleo y paro y la situación de los trabajadores por cuenta propia, ajena y funcionarios según la EPA del primer trimestre de 2019. En esta ocasión veremos algunas cuestiones relacionadas con el empleo en España 2019.

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Para entender la EPA o Encuesta de Población Activa que publica trimestralmente el INE, hay que conocer los conceptos básicos que maneja, como la tasa de paro, tasa de empleo, tasa de actividad, número de ocupados o la población activa.

En este artículo veremos la terminología básica para poder los datos de empleo y paro que cada trimestre se publican en el INE y se comentan en los medios de comunicación. Como analiza El País, nos preguntamos: ¿son buenas o malas las cifras del paro?

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No son pocos los ciudadanos que temen una burbuja inmobiliaria en 2019, con el miedo que da la proximidad de la anterior crisis aún no conclusa. Veremos la coyuntura del empleo y la situación económica de España en estos momentos.

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Ser trabajador por cuenta propia en España es un acto de fe y valentía, asumiendo los riesgos de un negocio (muchas veces básicamente para conseguir un empleo) y prácticamente ningún derecho laboral.
La economía se está precarizando, con empleos de baja remuneración, temporales, a tiempo parcial y, todo ello, teniendo en cuenta que el mal empresario lo utiliza muchas veces de forma ilegal, haciendo contratos a tiempo parcial que no lo son y pagando (o no pagando) las horas en B.
La alternativa es ser un autónomo, en una situación aún más precaria si cabe. En un país que tiene un número insuficiente de empresas competitivas y con futuro que creen el empleo suficiente para dar trabajo a la mano de obra desocupada, o nos sometemos a las leyes económicas del mercado de oferta y demanda laboral, con las consecuencias ya citadas, o bien asumimos que el mejor empleo es el que creamos nosotros.
Prefiero una economía autonomizada a una precarizada. Si queremos sentar las bases de un mercado laboral mucho más competitivo, pero justo, tendríamos que mejorar de forma muy importante la cobertura y derechos de los trabajadores autónomos.
Les guste o no a los trabajadores, los falsos autónomos son una realidad y seguirá creciendo. Luchemos contra esta realidad, pero legislemos para que el colectivo tenga más derechos, al menos.
La respuesta que un autónomo sin empleados dé es la clave de los problemas de nuestro mercado laboral.Para empezar a pensar, nada mejor que visionar un vídeo de un americano, alejado de ningún planteamiento socialdemócrata, en el que nos da su opinión sobre nuestro mercado laboral. Peter Schiff es agente de bolsa, escritor, comentarista económico y “austriaco”.

Evidentemente, se equivoca en muchas cosas y acierta en otras más, pero como comentan en El Blog Salmón:
«Sí, Schiff se equivoca en algunas apreciaciones, en algunas interpretaciones que hace de la legislación, pero nos tiene calados, ha captado perfectamente cómo funciona nuestro modelo laboral y la burbuja de emprendimiento sobrevenida que se nos viene encima.»
En economía cualquier cambio aparentemente bueno, puede acabar produciendo efectos perversos que no se reveían. Proclamar lo justo de un salario mínimo suficiente para vivir de forma digna parece más que defendible.
Y sin embargo, si marcamos un salario mínimo «alto», acabamos desincentivado el trabajo. Peor aún, al pagar más de lo que el mercado puede o quiere asumir (y depende de lo que producen las empresas y al precio que lo venden), acabamos generando paro al no contratar las empresas a estos empleados.
Y los empresarios patrios, con una cultura económica muchas veces lamentable, si necesitan trabajadores, o bien los convierten en falsos autónomos, o bien hacen contratos a tiempo parcial que realmente no lo son, o les hacen trabajar horas extras en negro (o sin remuneración alguna).

 

Nos podemos perder en disquisiciones económicas, éticas, sociales o de muchos otros tipos. Podemos escuchar proclamas de los sindicatos o necedades de la patronal. Sin embargo, como muy bien dice este señor (que me cae muy mal, pero dice cosas muy ciertas), la clave está en la respuesta a esta pregunta:
Si eres autónomo y tu negocio va algo mejor, necesitando manos que te ayuden, ¿contratarías a un empleado?
Hagamos una encuesta a todos los autónomos con cero o un empleado. Si, como yo, una mayoría les contesta que ante una mejora de su actividad se asociarían con otro autónomo, en lugar de asumir el riesgo económico de contratar un empleado, quedará más que claro el problema del mercado laboral en España:
Los pequeños empresarios, los que generan la gran mayoría de empleo en España, no pueden asumir el riesgo de contratar empleados. La reforma laboral ayudará a las grandes empresas a despedir gente y contratarla más barata, lo cual podemos criticar (yo lo critico). Pero os aseguro que no generará empleo, ya que en nada beneficia al empresario forzoso de hoy en día (ni al emprendedor de éxito).
Tanto en el Gobierno, oposición, sindicatos y organizaciones patronales, deberían contar con el asesoramiento de economistas independientes (y hacerles caso). No ocurrirá hasta que tengamos gestores inteligentes y economistas independientes, cosa que, por desgracia, no tendremos en un futuro cercano.
En economía, las cosas no son como parecen.
Nuestro sistema de pensiones corre un grave peligro de supervivencia. Hace décadas que los expertos alertan de que un sistema de reparto como el que tenemos (se pagan a los jubilados con los ingresos de los empelados), en una sociedad con una pirámide de población invertida (cada vez más gente mayor), con un sistema productivo que no crea empleo, ni de calidad ni de baja cualificación (más de 6 millones de gente que quiere trabajar y no puede es algo inaudito), tiende al colapso.
Pero nuestros políticos, pasados y presentes, han preferido no enfrentar de forma valiente la reforma. Y ahora pretenden que nos jubilemos cada vez a una edad mucho mayor. Jubilarse más tarde no tiene el porqué ser malo, si la persona sigue siendo productiva y su trabajo le aporta bienestar (no lo olvidemos), pero depende de que a cierta edad pueda trabajar. Y, además, que el sector productivo ofrezca trabajo para la gente mayor. Si pretendemos tener una fuerza futura de empleo en taca-tacas, tendremos que generar otro tipo de empresas, que les proporcionen empleo. Salvo que nuestros Gobiernos pretendan que la gente mayor se muera de hambre en las calles.
De los taca-tacas, de la pésima situación y valoración de los autónomos, de la crisis, de las reformas anunciadas en el último Consejo de Ministros, hablamos Toni Alcover, Ariza, J y un servidor, parte en castellano y parte en catalán, en la Tertulia de economía de IB3 Ràdio, que podéis escuchar en el siguiente player:

Entre las numerosas conclusiones que uno puede extraer de los resultados de la EPA (ver nota de prensa en PDF) para el tercer trimestre de 2012, que anuncia un paro del 25,02%, nada más y nada menos que 5.778.100 personas, es que la reforma laboral es un camelo en cuanto a capacidad de generar empleo (lo cual ya sabíamos la gran mayoría de economistas) y que, además, expulsa trabajadores indefinidos (en el trimestre cae el empleo indefinido en 179.400 personas y sube el temporal en 15.300) en favor del trabajo más precario.
Por otra parte, asistimos atónitos a la transformación del trabajador por cuenta ajena en un autónomo, pese a que nada haya cambiado en su trabajo diario. Lo que llamaríamos un «falso autónomo» que no hay que confundir con la figura del autónomo dependiente, regulación muy prometedora que se ha quedado en papel mojado una vez confrontada con nuestra pésima realidad empresarial. En este aspecto han aumentado en 65.100 el número de trabajadores por cuenta ajena, de los cuales 56.500 no tienen empleados.
Datos escalofriantes y mucho más es la pasividad de los Gobiernos Europeos en atajar la principal lacra económica actual. Os dejo la tertulia económica de hoy en IB3 Ràdio «El Faristol» en que hemos tratado el tema del paro y la actualidad entorno a la independencia de Catalunya.
No me extraña que el ciudadano de a pié esté alarmado y confuso con la situación económica actual; los profesionales de la economía tampoco entendemos todo lo que pasa, al menos los mundanos como un servidor.
Sin embargo hay situaciones que no se entienden, no por no ser previsibles y explicables, sino porque algunos medios de comunicación y los políticos tratan de que no se entiendan.

Veamos algunas cosas que han pasado hoy:
Los ministros de finanzas de la Eurozona aprueban el rescate financiero de los 100.000 millones (ver documento en PDF).
El Gobierno da por buena una caída de la economía española en el 2013 del 0,5%, lo cual es aceptar un paro cercano al 25% durante más de un año adicional.
La Bolsa española cae, concretamente el IBEX35 se deja un 5,82%, la mayor caída en los dos últimos años (que ya han sido malos).
La prima de riesgo toca un nuevo máximo, en los 613 puntos. Los bonos a 10 años españoles rentan 6,13 puntos porcentuales más que los alemanes. La fiebre está tan alta que el rescate total del país puede acabar siendo la cura o la muerte definitiva del enfermo.
La primera CC.AA., gobernada por el mismo partido que pretende ser el que nos salvará de la crisis, Valencia, pide ser rescatada por el Estado (un enfermo ayudando a otro enfermo). Señalo lo del partido porque no deja de ser una señal para los inversores extranjeros: ¿los mismos que quiebran CC.AA. dirigen el país?, se preguntarán.
¿Si se supone que el rescate financiero es la solución al grave problema de nuestra banca, que ha dilapidado unos 270.000 millones de euros en la orgía inmobiliaria, porqué los indicadores económicos ponen al país en alerta máxima?
No tengo la respuesta definitiva, pero el sentido común ayuda:
Una política de austeridad draconiana que ataca al consumo y, por tanto, al empleo con una moneda que le dificulta las exportaciones, es una garantía de menos ingresos tributarios y más gastos (¿o pretenden que un 25% de la población en paro no coma?).
Por otra parte, las medidas económicas tomadas no atajan una fuente de gastos muy importante, la casta política y la duplicidad de administraciones. Y por otra no se busca reducir el fraude fiscal, sino perdonarlo para los grandes defraudadores.
Todo ello va a provocar tensiones económicas y sociales evidentes y los que nos gobiernan no generan confianza ni para los mercados ni para sus ciudadanos. Siempre digo que lo primero para tomar medidas duras es dar ejemplo. Si el pueblo cree en sus líderes, acepta vivir peor. Si no percibe el ejemplo y la capacidad, se rebela.
Montoro y sus alusiones a los hombres de negro y que no tiene para pagar las nóminas de los funcionarios pasará a la historia. Por no seguir con declaraciones de los que nos gobiernan que se contradicen o, simplemente, son falsas.
Señores políticos y poderes económicos que nos gobiernan: el pueblo no es tan tonto como creen; les aseguro que por mucha manipulación de la información que pretendan, si no tienen para comer, no les van a engañar. Empiecen a trabajar por el bien del ciudadano, es un aviso de un humilde economista de provincias.
La reforma laboral (ver en BOE el Real Decreto-ley 3/2012)que acaba de llevar a cabo el Gobierno de Mariano Rajoy cercena de forma muy profunda algunos de los derechos de los trabajadores del sector privado y los empleados laborales del sector público. Entre ellos:
De una indemnización por despido improcedente de 45 días por año trabajado y un tope de 42 mensualidades, se pasa a una de 33 días con un límite de 24 mensualidades. Pero en realidad es peor, ya que al incluir como motivo de despido procedente tener 3 trimestres de pérdidas o de disminución de ventas, en realidad se generaliza el despido por 20 días por año trabajado y un máximo de 12 mensualidades.
Las bajas médicas por enfermedad común de menos de 20 días computan como absentismo y son motivo de despido procedente si se tienen más de 9 en un periodo de dos meses, en general. A mi me parece un cambio dramático (ya no se considera el nivel de absentismo general de la empresa para que opere este motivo de despido).
Los sindicatos pierden mucho poder, tanto por la eliminación de la renovación automática de los convenios colectivos a los dos años, como por la prevalencia de los convenios de empresa sobre los superiores o la posibilidad de descuelgue de las empresas en dificultades, entre otras novedades. Los cambios que tratan de equilibrar la influencia de los burócratas sindicales frente a los delegados sindicales en la empresa (trabajadores que representan al sindicato) me parece bien, pero algunos de los cambios legislados van a reducir la capacidad de negociación de los empleados en detrimento de sus derechos.
Y la medida estrella que realmente modernizaría nuestro mercado laboral, el modelo austriaco, se deja en el tintero, al igual que hizo Zapatero en su última reforma laboral. Este modelo consiste en crear un fondo de capitalización individual (que iría pagando el empresario y, tal vez,  también cada trabajador) que podría hacerse efectivo por el trabajador para los casos de despido, así como para completar su formación, en supuestos de movilidad geográfica o, en último término, en el momento de su jubilación. Este modelo dotaría a nuestro mercado de trabajo de una mayor estabilidad en el empleo y una más sana movilidad laboral.
A los que deseen profundizar en los efectos de la nueva reforma laboral y mi opinión al respecto os dejo los siguientes enlaces:
  1. Encuentro digital en los medios de Editorial Prensa Ibérica sobre la reforma.
  2. Una dura reforma laboral en Euribor Blog.