La Guerra de Pasivo no ha terminado

La banca se encuentra con un problema muy grave: no tiene suficiente liquidez para prestar a sus clientes y devolver las deudas que contrajo con el mercado mayorista. Importantes vencimientos de deuda están previstos para este año y el venidero y el negocio no da para más.

Si ello no fuera por sí preocupante, el Gobierno, asesorado por no se sabe quien, decidió sacar una normativa,  conocida bajo el nombre de la ministra Salgado, que penaliza los depósitos y cuentas remuneradas que ofrezcan rentabilidades por encima de un 1,5 sobre el Euribor a 6 meses (para este plazo) o un Euribor + 1 (para plazos de un año o más). Las entidades que sobrepasan estos límites (menos de un 3,1% en el caso de depósitos a un año) deben hacer aportaciones extras al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).

Lo que se les olvidó a los técnicos del Gobierno es que las entidades extranjeras no adheridas al FGD, como es el caso del portugués BES, no se ven limitados por la normativa Salgado. Se introduce una distorsión incomprensible en el mercado.

Y además, toda norma económica puede tener efectos perversos, indeseados e indeseables. Y lo que está ocurriendo ahora es que las entidades financieras, que necesitan liquidez só o sí, en lugar de optar por productos garantizados por el FGD como son los depósitos a plazo fijo o las cuentas remuneradas, comercializan otros vehículos de inversión menos seguros en el tramo minorista; entre otros:

  • Cédulas hipotecarias.
  • Pagarés.
  • Bonos bancarios.

La Agencia EFE se ha puesto en contacto con iAhorro.com, comparador de ahorro e inversión del que soy Director Editorial, para conocer nuestra opinión en el tema. Numerosos medios de comunicación económica se han hecho eco de nuestras palabras, entre otros:

Citando textualmente un fragmento de la noticia:

Ávidas de financiación, las entidades están aprovechando la inestabilidad de los mercados y los bajos tipos de interés para ofrecer a los clientes productos cuyo principal atractivo es el alto rendimiento.

Uno de los productos estrella que están inundando las sucursales son los depósitos de alta rentabilidad, que durante un tiempo habían estado desaparecidos por la presión del llamado «decreto Salgado», que penaliza a los bancos que lo comercializan con una aportación adicional al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).

Pero ahora, a las entidades «les compensa pagar la cantidad extra al FGD, porque lo que necesitan de manera urgente es captar liquidez, y para ello han iniciado una guerra fratricida«, apunta a EFE Pau Monserrat, del comparador de productos financieros iahorro.com.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *