Un más que interesante vídeo que nos ofrece Cotizalia en su artículo del II Roudtable de Cotizalia y M&G.

Puedo presumir que dos amigos como Marc Garrigasait y Daniel Lacalle aparecen, por méritos más que evidentes.

Marc Garrigasait (Koala Capital Sicav): “No quiero que el dinero de mis clientes esté en manos de políticos. Tener casi todo el activo comprado en acciones de multinacionales muy buenas y bien gestionadas. Pero como me da miedo el riesgo mundial, EEUU está en un máximo de tres años y medio y  está en una época muy difícil… hay que cubrir con derivados de índices. Puedes perder un poco o ganar un poco, pero para los próximos seis meses creo que es una buena opción. El S&P fácilmente puede caer un 30-35% y sería un valor razonable”.

Para Daniel Lacalle, gestor del hedge fund Ecofin, “los números son lo que importan. El problema no se soluciona imprimiendo billetes, sino mejorando los fundamentales, los márgenes de las empresas”. Para el experto, “el BCE es un sistema Ponzi” y “si no se ocupan de los que generan empleo y de los que generan riqueza, entrarán cuatro desnortados a pillar la ola y se irán después”.

Tiempos aciagos vivimos los ciudadanos españoles que cumplimos escrupulosamente con el fisco, que cada día que pasa aumenta su voracidad por nuestra cada vez más menguada renta disponible.
Anuncia el Gobierno del recorte a las clases bajas y medias (que no a las grandes fortunas o al propio sistema político más que duplicado) que ahora le toca el turno a la tributación del ahorro en el IRPF, que pagan las personas físicas residentes en España (de empresas no hablamos, que pagan el Impuesto de Sociedades).

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Hoy en “El Faristol” de IB3 Ràdio hemos vuelto a hablar de economía en la tertulia del viernes. Además de tratar el tema recurrente del próximo rescate y de los ajustes económicos, hemos tocado un tema delicado y muy relevante para el futuro económico de todos, el sentimiento nacionalista catalán y su idoneidad económica.

En la tertulia he citado la discusión económica sobre la independencia de Xavier Sala i Marti, Daniel Lacalle y Sintetia, que enlazo a continuación:

  • El rescate de Catalunya de Xavier Sala-i-Marti.
  • El rescate catalán por Daniel Lacalle.
  • Réplica a Daniel Lacalle de Xavier Sala.
  • El rescate de Cataluña por Andrés Alonso.
  • Réplica Sintetia de Xavier Sala.
  • Contraréplica de Sintetia.
El inversor que contrató participaciones preferentes con la información necesaria y la formación mínima para entender esta información (dos condiciones, repito), ha asumido un riesgo a cambio de una rentabilidad esperada y en el caso de las entidades financieras intervenidas, ha perdido.
Sin embargo hay una legión de ahorradores particulares que o bien se les informó de forma insuficiente (incluso se les engañó) o no eran capaces de entender el riesgo que asumían. A esta gente la Administración debería ayudarles poniendo los medios jurídicos y técnicos necesarios para dirimir responsabilidades y castigar a bancos, banqueros y bancarios en su caso.
La CNMV y el Banco de España deberían ofrecer esta ayuda y ejercer su función de inspección, caso por caso. Si se acabase demostrando la venta inadecuada, el cliente no paga nada y se le devuelve su dinero. En caso contrario, el ahorrador pagaría parte o el total del servicio jurídico proporcionado.
Y los responsables del engaño o mala praxis, cuando la haya, serían debidamente castigados.
Pero vivimos en España y los bancos mandan más sobre los políticos que los ciudadanos. Al menos hasta que despertemos.
La última reforma financiera deja en la estacada a los actuales tenedores de preferentes, y sólo intenta evitar que se vuelva a producir en el futuro. Impensable en un país moderno esta dejación de funciones del Gobierno, en mi opinión.
En la web oficial de Futur Finances hemos explicado con detalle lo que ocurre con las participaciones preferentes tras la reforma, por si es de vuestro interés profundizar sobre el tema.
Iremos analizando de forma pormenorizada el contenido del Real Decreto-ley 24/2012, de 31 de agosto, de reestructuración y resolución de entidades de crédito (ver en PDF).
A priori parece realizado más para salvaguardar a los banqueros (que no a los bancos) en perjuicio de sus clientes y acreedores del tramo minorista, además de a todos los contribuyentes. Sin embargo, esperad a que pueda analizar el texto en su plenitud para poder dar unas conclusiones fundamentadas.

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En unos momentos en que los estragos del estallido de la burbuja inmobiliaria son máximos, con familias desahuciadas cada día al no poder hacer frente a sus préstamos hipotecarios, unas entidades financieras con una reputación por los suelos y una más que previsible senda bajista del precio de la vivienda durante varios años más, lo normal sería que el mercado de alquiler creciera con fuerza.

El Eurostat  calcula que sólo el 17% de la población reside en una casa en alquiler frente al 83% que lo hace en una vivienda en propiedad, lo que nos sitúa como el país con el menor parque de viviendas en alquiler de toda la Unión Europea, mientras que existe un parque de más de tres millones de viviendas vacías que podrían dedicarse al alquiler.

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Ayer leí un fragmento de la historia de un judío muy interesante (xuetes, los llamaban en mi Mallorca natal) en el Diario de Mallorca, el señor Bartomeu Valentí Fortesa.
Curiosamente, este insigne xueta es antepasado de un servidor y su historia siempre me ha parecido interesante. En el Diario de Mallorca podemos encontrar varias explicaciones de la comida que ofreció a los pobres de Palma, para celebrar la Constitución de Cádiz (La Pepa) y el fin de la maldita Inquisición que a tantos inocentes castigó.
Una confidencia que pocos saben: su apodo “Moixina”, según me refiere mi madre, viene de Moisés.

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Hoy he podido hablar con Antonio Alcover y Francisco Villalonga de economía enIB3 Ràdio, en el programa “El Faristol”, dirigido por Àngela Seguí.

Hemos tocado muchos temas, combinando el castellano y el catalán. Tengo que admitir que he intentado participar principalmente en castellano para que después los lectores del blog me podáis entender.

Entre los temas sobre los que hemos debatido están:
  1. La continuidad de la moneda única.
  2. Los efectos para el ciudadano de un más que probable rescate. Este rescate es, esencialmente, una ayuda a la banca española para que devuelva sus deudas, no lo olvidemos; también comento una de las reformas pendientes más importantes y, sin duda, duras: el recorte del sector público y político, a la cual el Gobierno se negará hasta el final por afectar a los suyos.
  3. En cuanto a la posibilidad de que los ciudadanos más afectados por la crisis y los ajustes draconianos que estamos viviendo (y equivocados en muchos casos, añadiría) salgan a la calle después del verano, me muestro moderadamente optimista. Optimista en el sentido de la confianza que me inspira la ciudadanía y el nivel de cordura que ha mostrado hasta el momento. Para evitar que las calles se incendien, hace falta que los dirigentes expliquen las medidas de forma transparente, equilibren de forma justa sobre los ciudadanos el coste de los ajustes y, muy importante, dar ejemplo. Los ciudadanos tenemos que ser informados de forma veraz, creernos y confiar en lo que hacen nuestros dirigentes. Y para ello es necesario que hagan bien las cosas, con consenso, valentía y capacidad.
  4. Se intenta contestar a la pregunta que todos nos hacemos: ¿Cuándo empezará a remitir la crisis económica?
La austeridad no es recortar de cualquier partida, es racionalizar el gasto. No se trata de no gastar, sino de gastar bien. El ciudadano para aceptar ajustes tiene que percibir que su sacrificio es necesario, justo y equilibrado, ni más ni menos.
La política del BCE de mantener tipos de interés bajos, actualmente al 0,75% y podría seguir bajándolos, combinado con un mercado interbancario seco (los bancos privados apenas se dejan dinero entre sí) ha provocado que la media mensual del Euribor anual de lo que llevamos de agosto se haya situado por debajo del 1%.

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Nunca imaginé tener que escribir en este blog sobre el hurto famélico o furtum famelicus, que se produce cuando alguien sustrae por necesidad vital, por hambre. Mientras una sola persona tenga que robar para poder comer o dar de comer a su familia, un país no podrá llamarse civilizado, avanzado ni democrático.
Este concepto jurídico se lo oí comentar a Eleuterio Sanchez (conocido en su juventud por “El Lute”) en una reciente entrevista en “El Gran Debate” de Telecinco, justificando un episodio de su vida en que robo unas gallinas para comer. Aprovecho para promocionar uno de sus libros, que me cae bien el señor.
En España empiezan a haber muchas familias que pasan penurias y se ven forzadas a cosas tan poco deseadas como hurtar comida en los supermercados. Cuando el “bandolero de Sierra Morena” Juan Manuel Sánchez Gordillo y su ilegal actuación (no la defiendo, pero hay actos mucho peores que perseguir y quedan impunes) ha puesto en primera línea informativa un problema que el Gobierno no atiende adecuadamente: la falta de recursos en los comedores sociales. Si no podemos o queremos que nadie en España pase hambre o frío, mejor la revolución social al rescate de nuestros acreedores. Ni más ni menos.
Hay gente que se rasga las vestiduras por las acciones de Sánchez Gordillo, como he constatado en una “discusión” twittera con Carles Enric López y otros. Desde mi punto de vista se fijan en el dedo en lugar de a dónde apunta, pero bueno.
¿Es delito hurtar en un supermercado para poder comer o dar de comer? Esta es la pregunta que quiero averiguar, ¿qué es exactamente el concepto de hurto famélico?
He encontrado un interesante documento jurídico de José Antonio del Olmo que nos servirá para responder a esta pregunta: “EL HURTO FAMÉLICO Y LA APLICACIÓN DEL ESTADO DE NECESIDAD COMO CAUSA DE JUSTIFICACIÓN” (en PDF).
Dice el profesor de la Universidad de Alcalá de Henares:
La sustracción de alimentos y ropas para paliar el hambre y evitar la desnudez de quienes se hallan en una situación de miseria ha sido considerada desde tiempos remotos como una circunstancia merecedora de la exención o de la atenuación de la responsabilidad criminal, al amparo de la causa de justificación del estado de necesidad, tomando carta de naturaleza en la jurisprudencia actual, si bien con unos criterios restrictivos.
Veamos en qué circunstancias concretas se puede considerar que estamos ante un hurto famélico y las consecuencias de esta calificación:
El hurto famélico, necesario o miserable no figura expresamente plasmado en ningún precepto del Código Penal español, pero sí ha sido admitido en la jurisprudencia del Tribunal Supremo.
Las sentencias del Tribunal Supremo de 9 de diciembre de 1985 y de 21 de enero de 1986 definen el “hurto famélico” como:
“el que concurrirá en aquellos casos en los que se toman bienes ajenos, sin la voluntad de su dueño, para subvenir a las más primarias y perentorias necesidades humanas, tales como la alimentación, vestido, habitación y asistencia médico-farmacéutica y en los que no se halla en conflicto la vida o la propia supervivencia, con la propiedad de bienes ajenos, pero sí, por lo menos, entran en pugna los sufrimientos que el hambre, la desnudez, la intemperie o la enfermedad desatendida deparan al ser humano, con el respeto a la propiedad de bienes ajenos”.
Los requisitos para aceptar la existencia del hurto famélico son restrictivos, como no puede ser de otra manera:
  1. Realidad, gravedad e inminencia del mal que se trata de evitar.
  2. Que se actúe a instancias o impulsos del estado de precariedad, penuria o indigencia en que se halle el sujeto activo o su familia.
  3. Que no se trate de una mera estrechez económica, más o menos agobiante.
  4. Que se pruebe que se han utilizado todos los recursos que en la esfera personal, profesional y familiar, podía utilizar antes de hurtar.
  5. Que no haya otra solución que la de proceder de un modo antijurídico.
  6. Que las cosas o bienes obtenidos sean aplicados a la satisfacción de las necesidades primarias del reo o las de su familia, sin que haya tomado más de lo estrictamente indispensable.
Como era previsible, esta figura no es aplicable cuando se hurta para terceros, como hizo Sánchez Gordillo, por ejemplo.
En todo caso se admite que hay que “tener en cuenta no sólo que la urgencia del caso concreto puede requerir una solución inmediata, sino que la asistencia social no es capaz de atender todas las situaciones de miseria”.
Al final será el sentid común del Juez el que calibre si estamos antes un eximente o no. En todo caso, repito, el Estado debería poner a disposición de los necesitados comida y abrigo, para que el hurto famélico no existiera.
Tiempos aciagos los que nos ha tocado vivir, triste vida el que se ve obligado a hurtar para comer.