Una empresa cuya marca es «Futur Finances», el «Futuro de las Finanzas», debería ser capaz de explicar su visión de las hipotecas del futuro. Evidentemente nadie es capaz de predecir el futuro, pero sí que es posible intentar aproximar el devenir del mercado hipotecario más cercano en base a la información actual de la que disponemos.

Por otra parte Futur Finances se constituyó con este nombre por dos razones básicas:

  1. La idea de que para contratar un préstamo hipotecario hay que mirar al futuro, no sólo al pasado o presente, dado que es un compromiso familiar de décadas.
  2. La voluntad decidida de ser un broker hipotecario moderno, profesional y efectivo. En definitiva, el intermediario hipotecario del futuro, el agente financiero que se merece el cliente. Hace unos años decir que era mejor acudir a un profesional independiente que a un banco para elegir la hipoteca parecía interesado. Hoy en día, pocos lo dudarían, al menos para obtener información adecuada. Por ello además de ofrecer la tramitación hipotecaria online mediante nuestros colaboradores, hace años que vertimos información hipotecaria en los medios de comunicación tradicionales y online.

Cómo serán las hipotecas en un futuro

En la actualidad apenas hay oferta hipotecaria en condiciones, si no se tiene un perfil económico bastante bueno; hay que tener ahorrados para los gastos y buena parte del precio de compra-venta (muchas entidades financieras exigen el 30% de ahorros como mínimo), además de un contrato indefinido o ser funcionario, en sectores que no noten la crisis económica de forma acentuada. Y muchas veces además hay que aportar dobles garantías para hipotecar o avalistas muy solventes. Desde luego es prudente no volver a las épocas de concesión desbocada de préstamos, pero en estos momentos la financiación es demasiado escasa y cara.

Por tanto, para ponernos en un futuro hipotecario plausible, no podemos esperar que la situación se mantenga así. Estamos ante un momento de credit crunch, en la que ni hay oferta hipotecaria ni demanda solvente (la gente no quiere o no puede comprar viviendas).

Imaginemos que en unos años la capacidad de financiar inversiones y gasto de particulares y empresas vuelve a la normalidad. Los bancos se sanean y los que no lo consiguen son liquidados de forma ordenada (garantizando parte de los ahorros de los clientes en base a su naturaleza).

En este momento, el mercado vuelve a ofrecer hipotecas competitivas y los clientes empiezan a ver su futuro económico de forma positiva, con empleos más o menos bien remunerados y relativamente estables.

Lo primero que cambiará es la forma de evaluar el riesgo de los expedientes; la razón es que la estabilidad absoluta en materia de ingresos de los cliente ha muerto; cada vez hay menos empleos indefinidos y menos funcionarios; y probablemente esta tendencia continuará en un futuro. Colectivos ahora apenas  atendidos, como las hipotecas para autónomos y emprendedores, pasarán a ser un tipo de cliente interesante para el banco.

Por otra parte es previsible que se exija un nivel de ahorros importante, como mínimo para pagar los gastos de la operación. Sin embargo tendremos que esperar a analizar el tipo de economía futura, para ver si las clases medias son capaces de ahorrar lo suficiente. A fin de cuentas, la banca puede exigir lo que quiera, pero si los clientes no lo cumplen, no le quedará más remedio que adaptarse. Lo que está claro es que se pedirán más garantías que las actuales.

Los referenciales hipotecarios cambiarán, desapareciendo el Euribor o el IRPH de entidades e imponiéndose otros menos manipulables y que reflejen mejor al coste del dinero, como el IRS hipotecario.

No sería descabellado asistir a una generalización de la dación en pago; los bancos que la incluyan en sus escrituras hipotecarias ganarán al resto. A fin de cuentas, si ya exigen ahorros y garantías adicionales, el riesgo de aceptar la dación en pago es mucho menor.

En cuanto al precio a pagar por la hipoteca, en definitiva lo marcará el nivel de ingresos de las familias. Si se calcula que como máximo se puede pagar en concepto de mensualidad hipotecaria un 40% de los ingresos netos, está será la cuota máxima. El precio de la vivienda caerá lo suficiente para que la carga financiera sea la misma. Las hipotecas tienen limitado su coste: el que el cliente puede pagar.

Incluso es posible que en un futuro haya hipotecas crowdfunding para particulares, como explican los expertos en fintech.

En Futur Finances trabajamos para que tu hipoteca se adelante al mejor futuro posible.