Con turbulencias financieras y económicas por doquier, las entidades bancarias están endureciendo el acceso a los créditos bancarios, y en consecuencia, a las hipotecas. Los mecanismos que usan son sencillos: hacer más restrictivos los criterios internos de acceso a créditos o dar menos flexibilidad al ir a optar a ellos.
Podríamos afirmar, en cierto modo, que ha decrecido la predisposición de los bancos a conceder préstamos tan libremente como años atrás. Lo que ha generado que préstamos para residencias habituales que anteriormente podían llegar a alcanzar valores por encima del 90% de financiación, en la actualidad, se hayan vuelto muy limitados y para perfiles específicos muy concretos.
Periodista por vocación, me encuentro inmerso actualmente en el complejo pero interesante mundo de las hipotecas intentando desenmarañar un producto bancario tan exigente como este.
Comentarios recientes