Los depósitos a plazo fijo, plazos fijos o IPFs (Imposiciones a plazo fijo) son el producto bancario de ahorro más seguro y sencillo de los que existen en el catálogo de las entidades financieras.
Es una forma de ahorro que consiste en depositar un dinero durante un plazo determinado (días, meses o años) a cambio de un interés fijo (puede también ser variable en relación al Euribor, así diríamos que es un interés variable conocido) pactado en el momento de la contratación. El cliente le asegura al banco un dinero durante un tiempo (si bien lo puede recuperar antes cancelando el depósito y pagando una posible comisión de cancelación anticipada, que nunca superará los intereses devengados) y el banco le ofrece una rentabilidad conocida.
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