Esta mañana me levanto con la interesante crítica-reflexión de Marc Vidal sobre la más que dudosa capacidad de estimular el empleo de las medidas tomadas para reformar el marco jurídico laboral. Y es que la reforma no creará empleo, lo cual no quiere decir que no sea necesaria. Pero a corto plazo de crear empleo, poco o nada, que quede claro.

Si os interesa escucharme hablando del tema de las pensiones y la reforma laboral os dejo 15 minutos de divagaciones en Ona Mallorca, del día 14 de septiembre (en catalán):

Veamos ahora qué ha modificado la reforma:

1.- Indemnización por despido improcedente de 33 días por año trabajado (con un máximo de 24 mensualidades) para los contratos nuevos llamados de fomento de la contratación indefinida, que se podrá utilizar para los siguientes colectivos:

Parados:
De entre 16 y 30 años de edad.
Mujeres en múltiples situaciones
Mayores de 45 años
Discapacitados
Parados de más de 1 mes.
Desempleados que, durante los dos años anteriores a la celebración del contrato, hubieran estado contratados exclusivamente mediante contratos de carácter temporal, incluidos los contratos formativos.
Desempleados a quienes, durante los dos años anteriores a la celebración del contrato, se les hubiera extinguido un contrato de carácter indefinido en una empresa diferente.

Empleados:
Los temporales o los contratados por obra o servicio, según fechas, a los que se transforme en indefinidos.

2.- Límite temporal a la contratación por obra o servicio a 3 años, ampliable 12 meses más por convenio colectivo. Trascurrido este tiempo, el trabajador pasa a ser indefinido (siempre que el trabajador hayan realizado idéntica actividad y en el mismo puesto de trabajo).

3.- Se busca evitar el encadenamiento de contratos temporales, regulando que si en un periodo de 30 meses el trabajador temporal ha sido contratado un mínimo de 24 meses (por la propia empresa o por ETT), pasa a ser indefinido.

4.- Indemnización de 12 días por finalización de contrato por obra o servicio, y también 12 días para la indemnización por finalización de contrato temporal,  que se instaura de manera gradual (hasta el 2015 que será de 12 días).

5.- Se mantiene la regulación del contrato indefinido ordinario.

6.- El FOGASA aportará 8 días en las indemnizaciones por despido por las causas del artículo 51 (EREs) y 52 (por causas objetivas) del Estatuto de los Trabajadores (no a los despidos disciplinarios). Se deja pendiente de regulación la creación del denominado «modelo austríaco«, modelo de capitalización individual que se mantendrá durante toda la vida laboral del trabajador (qué se podrá utilizar en caso de despido, para completar la formación del trabajador bajo determinadas condiciones o se cobrará en el momento de la jubilación).

7.- Se da una nueva redacción a las causas del despido colectivo por razones técnicas, organizativas o de producción:

Se entiende que concurren causas económicas cuando de los resultados de la empresa se desprenda una situación económica negativa, en casos tales como la existencia de pérdidas actuales o previstas; o la disminución persistente de su nivel de ingresos, que puedan afectar a su viabilidad o a su capacidad de mantener el volumen de empleo. A estos efectos, la empresa tendrá que acreditar los resultados alegados y justificar que de los mismos se deduce la razonabilidad de la decisión extintiva para preservar o favorecer su posición competitiva en el mercado.

8.- Se regula las ETT puedan actuar como entidades colaboradoras de los servicios públicos de empleo.

La reforma no creará empleo a corto plazo, en realidad puede destruirlo. A medio y largo plazo esperemos que ayude a las empresas a crear empleo estable.

La medida estrella a mi modo de ver, la introducción de un sistema similar al austriaco, se deja para una regulación futura, lamentablemente.

Ya hemos visto alguno de los problemas endémicos de nuestro marco laboral. Veamos ahora algunas reformas que proponen los expertos y las reformas tomadas por nuestros políticos.

Si bien quiero poner especial énfasis en que la crisis se ha iniciado en el ámbito financiero y ninguna culpa debe ser achacada a los trabajadores (lo máximo, sobreendeudarse por encima de sus posibilidades), esta evidencia no debería haberse utilizado por los agentes sociales como argumento para no reformar una legislación laboral que no crea empleo suficiente en época de bonanza y lo destruye demasiado rápido en épocas de crisis.

El problema es que si bien acepto que la reforma rebaja derechos de los trabajadores, se debería puntualizar que se rebajan derechos de los trabajadores indefinidos con antigüedad en el empleo (los que se vienen a llamar insiders). Lo que ocurre, y en eso parece que los sindicatos no tenían nada que decir, es que los parados, los trabajadores temporales y determinados sectores laborales mal situados o outsiders (jóvenes y mayores, principalmente) tienen derechos. Y el principal es el derecho a poder trabajar y ganarse la vida.

En pocas palabras: Los trabajadores deben tener un marco legal que ampare sus derechos, pero el primer derecho a proteger es el de poder obtener un trabajo digno.

Interesante para entender el comportamiento de sindicatos y gobierno al respecto de la regulación laboral es el artículo de Juan J. Dolado, Floretino Felguero y Marcel Jansen en Papeles de Economía núm. 124, que concluye que la dinámica de representatividad sindical, en base al número de delegados sindicales, hace que su supervivencia dependa de los insiders, colectivo al que defienden (a pesar de que los estamos financiando entre todos).

En cambio para el gobierno dejar sin atender a los outsiders cada vez más numerosos puede significar una debacle electoral inasumible. ¿No se siente uno un mero peón en el tablero de ajedrez al que juegan los poderosos? (e incluyo en este grupo a los sindicatos, también).

Veamos dónde falla el marco jurídico laboral y qué medidas podrían tomarse:

1.- Precariedad en el empleo, con una tasa de empleo temporal muy alta.

Si bien se han ido estableciendo mecanismos dirigidos a forzar la conversión de temporales en indefinidos y eliminar los incentivos para las empresas, la realidad es que no se ha conseguido restringir el papel de los contratos temporales en la economía. Varias son las razones que podrían explicar este fracaso:

 

  • Jurídicamente no se ha delimitado de forma cerrada los supuestos en que se puede y no se puede utilizar contratos temporales, en especial en los de obra y servicio, cuyas causas están formuladas de forma general y abstracta en lugar de utilizar numerus clausus (lista cerrada). Además la interpretación de los tribunales que es admisible como causa para utilizar el contrato por obra o servicio de la subcontrata respecto a la atención a una contrata o concesión tiene un peso importante en este tipo de contratación. Finalmente, el instrumento que tiene el trabajador para combatir el uso indebido de contratos temporales, con una indemnización por despido, pierde su carácter disuasorio y no es muy útil para el trabajador, que debe correr con los gastos procesales de reclamarla.
  • En el mercado laboral se usan contratos temporales en lugar de contratos a tiempo parcial. Seguramente el problema no es de regulación, más bien de el acceso de las Pymes a un asesoramiento de calidad al respecto de las posibilidades en materia de contratos a tiempo parcial.
  • Hay factores de cultura empresarial, acostumbrada a la flexibilidad que les da la contratación temporal. Y hay que entender que las empresas maximizan beneficios y minimizan costes. O se les incrementan los costes efectivos de contratar temporales o se les rebajan los costes asociados al contrato indefinido.

2.- Costes asociados al despido:

Para que una empresa contrate un trabajador indefinido tiene que serle más rentable que contratar un temporal. La rentabilidad se consigue aumentando los costes que le supone a la empresa el temporal o disminuyendo los costes del contrato indefinido, cuyo paradigma es el coste del despido.

Despedir tiene un coste monetario y un coste asociado a la incertidumbre en cuanto a sus causas. Se trata de incidir en este coste con medidas en los dos sentidos. Curiosamente la reforma laboral se centra en las necesidades de las grandes empresas, que pueden permitirse tener plantillas numerosas y pagar las indemnizaciones que quieran. Si quién realmente crea empleo en España es la Pyme y la microPyme, sería lógico que la reforma se adaptara a sus necesidades.

3.- Negociación colectiva y falta de flexibilidad interna:

Los convenios colectivos no están resultando un instrumento que combine adecuadamente los derechos del trabajador y la creación de empleo. La burocratización de la negociación y la ausencia de reperesentación de las Pymes y microPumes en ella puede ser una de las claves.

Mañana veremos lo que la reforma ha modificado y si trata de solventar los problemas mencionados. Podemos avanzar que uno de los principales problemas de la normativa laboral, su falta de adaptación a los diferentes tipos de empresas y concretamente a las pequeñas, que son las que emplean a la gran mayoría de trabajadores, no se ha visto modificada por la reforma.

Día 9 pasado el Parlamento ha dado vía libre a la reforma laboral introduciendo 70 enmiendas al inicial Real Decreto.

Para consultar el texto completo se puede visitar este enlace (PDF) del El País.

Podremos pensar que la reforma es demasiado dura para los derechos de los trabajadores o se queda a medias, lo que no se puede entender es oponerse a reformar un marco laboral que no funciona adecuadamente.

Antes de entrar a comentar alguno de los puntos más significativos de la reforma laboral, querría comentar en qué no funciona el mercado laboral español:

1.- Paro estructural alto en fases de crecimiento económico y durante las crisis:

En el año 2007 se tocó un mínimo histórico en la tasa de paro con un 8% en el segundo trimestre, cerrando en un 8,3%.

Con la crisis cerramos el 2009 en un 18% de paro y en lo que llevamos de 2010 hemos alcanzado ya el 20% de paro. Los colectivos más golpeados por el desempleo han sido los hombres, los jóvenes, los inmigrantes y el colectivo con un menor nivel de educación.

2.- Desigualdades graves entre los diferentes colectivos del mercado laboral:

Un sector de los trabajadores tienen unos derechos consolidados y tienen un fuerte respaldo de los sindicatos, a los que podríamos llamar los insiders. Sería el colectivo de los funcionarios y trabajadores indefinidos con una antigüedad considerable. El colectivo de los indefinidos con mucha antigüedad sólo sienten que pueden perder su trabajo en el caso de que la empresa presente un ERE o, incluso, se vea arrojada a presentar un concurso de acreedores (la antigua quiebra o suspensión de pagos).

Por otra parte tenemos a los outsiders, los parados o trabajadores con contratos temporales (e incluso añadiría los autónomos dependientes, declarados o no, que en el fondo son los más desprotegidos de todos). Este colectivo sería el más necesitado de una reforma laboral que incentive la contratación, incluso a costa de perder derechos a largo plazo. Los sindicatos poco o nada representan a esta gente.

La tasa de paro del colectivo de jóvenes (menores de 30 años) ha pasado del 13,1% en 2007 al 28,8% en el 2009, cebándose con especial virulencia en los jóvenes con menor formación.

Los trabajadores más mayores que se ven expulsados del mercado laboral se enfrentan a la lamentable probabilidad de engrosar las filas de los parados de larga duración. A principios de 2010 los parados de este colectivo representan un 38,7%. Es dramático que casi 39 parados de cada 100 tengan pocas probabilidades de volver a encontrar empleo. Una situación que si merecería una huelga de los sindicatos, exigiendo una reforma laboral.

Los inmigrantes que vinieron a España para cubrir una demanda de empleo que no era cubierta por los nacionales, ha pasado de un paro del 12,2% a un 28,4% en el 2009.

3.- Rigidez de la negociación colectiva:

La negociación entre patronal y sindicatos no funciona y ha producido es España que el ajuste de empleo durante la crisis haya sido vía paro y no mediante bajadas de sueldos o de horas trabajadas (situación que si se ha dado en otros países de nuestro entorno).

Podemos citar un estudio econométrico del Observatorio Laboral de la Crisis, comentado en Papeles de Economía Española 124 de este año, que revela dos hechos fundamentales:

  • El tener un contrato laboral temporal frente a un indefinido es el factor que en mayor medida incrementa el riesgo de pérdida de empleo, más allá del sector de actividad en el que se trabaje, el nivel educativo o la antigüedad en la empresa. Escalofriante que la productividad en poco o nada afecte a nuestras posibilidades de ser despedido.
  • En cuanto al acceso a un nuevo empleo de los parados, la duración del desempleo es el determinante más importante para encontrar un empleo rápidamente. A medida que aumenta el tiempo de paro, con independencia de que se cobre o no subsidio de desempleo, aumenta la dificultad de acceder a un nuevo empleo. Vitales son, por tanto, que funcionen las políticas activas de empleo (hay mucho que mejorar en los servicios públicos de empleo, ya que menos del 5% de los accesos al empleo son gracias a su mediación).

4.- Baja productividad:

La productividad es producir bienes de mayor valor añadido, pero también producir los mismos bienes de una forma mejor (menos costes y más producción de calidad, básicamente).

La productividad en España se ha incrementado en los años de bonanza económica en base a menores precios de las materias primeras, caída del coste del factor trabajo (la gente cobra menos, en definitiva) y unos costes de financiación bajos y liquidez abundante el el mercado bancario. No ha mejorado por los factores que realmente determinan una buena salud de la economía, producir cada vez de forma más eficiente y llevar al mercado productos en los que somos mejores que el resto de países competidores.

Además el incremento del PIB ha sido protagonizado por sectores poco dados a la innovación y la productividad como el de la construcción.

Próximamente veremos si la reforma laboral aprobada arreglará alguno de los problemas citados, clave para evaluar su idoneidad o su previsible fracaso.

Hace apenas unos años defender que la educación que adquiere una persona en su juventud y la formación continua durante toda la vida laboral es el pilar para conseguir una vida prospera ponía al orador en una posición más de iluminado que de persona realista. Lo inteligente era ganar dinero rápido, no estudiar. ¿Para qué estudiar tantos años si gano más de camarero o en la obra? o peor aún, se promocionaba el enriquecimiento rápido a cualquier precio.

La formación es la base de una economía con futuro. Simple. Formación en escuelas, en institutos, en universidades, en centros de formación profesional, en la empresa, la autodidacta y cualquier otra que pueda uno imaginar. Esperemos que está crisis deje bien claro que sin el esfuerzo de aprender no hay empleo que cien años dure.

La formación o la capacidad de diferir la gratificación

Por otra parte hemos comentado en Actibva que la reforma de las pensiones en España es inminente, no por capricho del gobierno, más bien por la necesidad imperativa de cambiar el sistema y adaptarlo a la realidad de una población cada vez más envejecida y con una esperanza de vida más alta.

Nuestro sistema de pensiones es obligatorio, contributivo y de reparto, lo que en palabras menos técnicas significa que nos queramos jubilar o no debemos aportar parte de nuestro sueldo para este fin y que lo que nos retienen en este concepto de la nómina se utiliza para pagar las pensiones de los jubilados actuales.

Si cada vez hay más pensionistas con una mayor esperanza de vida y menos jóvenes que se incorporan al mercado laboral, los costes del sistema aumentan y los ingresos se resienten. No hace falta ser economista para prever problemas en el sistema si no se hace nada.

¿Estamos pensando en nuestra jubilación?

La Unión Europea ha decidido, acertadamente, reforzar su regulación del sector bancario, asegurador y su mercado de valores. Ahora hay que esperar que el acuerdo político tomado por el Parlamento, la Comisión y el Consejo de la UE sea refrendado en sus respectivos plenarios.

Se crearán tres comités de supervisión o ESAs (European Union supervisory authorities) que podrán investigar las actividades o los productos financieros que puedan considerarse tóxicos o que  representen un riesgo para la estabilidad financiera. En caso de crisis podrán llegar a prohibir temporalmente determinadas actividades o productos financieros.

Noticia de la semana: Acuerdo en la UE sobre la supervisión del sector financiero

Acabo de ver en portada de Terra un artículo mío, hecho en nombre y con la colaboración del magnífico equipo de editores de Actibva, para su portal financiero Invertia.

Esta normativa que está pendiente de ser aprobada, elimina la deducción por adquisición de vivienda habitual a partir de 2011 a las rentas superiores a 24.107,20 euros y la rebaja sustancialmente para las que superan los 17.707,20 euros.

Dejar claro que esta modificación afecta a los que adquieran una vivienda a partir del 1 de enero de 2011.

Los que ya tienen una vivienda habitual con derecho a deducción, o la adquieran antes de terminar este ejercicio 2010,  podrán seguir aplicando este beneficio fiscal en el 2011 de la misma forma que lo vienen haciendo hasta ahora, al menos hasta que haya una nueva reforma de la fiscalidad.

Para más información os recomiendo leer el artículo completo:

La codiciada deducción de la vivienda toca a su fin

El portal Wikio Social Networking News nos ha adelantado los 40 primeros puestos de su ranking de economía de este septiembre de 2010.

El día 5 os invito a visitar la lista completa en Wikio.

Podemos estar bien contentos de haber superado la posición del  mes pasado, pasando del puesto 40 al nada desdeñable puesto 35.

Gracias a todos por la parte qué os toca y enhorabuena al resto de blogs de la lista!

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38 Montar una Franquicia
39 Senior Manager
40 Sondeo Economico

Ranking Economía generado por Wikio

La típica pregunta cargada de demagogia barata, ¿verdad?

Claro que sirven de algo los políticos, los buenos políticos sirven de mucho. Siempre he defendido que cobran poco respecto a su responsabilidad y complejidad laboral. Los buenos, digo.

¿Y qué significa ser un político (un cargo público) bueno?

1.- Para mi tener una formación académica y práctica adecuada al cargo que ocupan. Lo mismo que se le exigiría en un cargo similar en el sector privado, por ejemplo. Y a esta gente se le debería poder remunerar de forma similar a lo que se cobra en la empresa privada o compensar las diferencias con un mayor prestigio en la sociedad.

2.- Parecería baladí añadir que para ser un buen cargo público no se debe ser corrupto ni parecerlo, pero dada la realidad en que nos movemos, añadamos que para ser un buen gestor de la cosa pública tampoco vale malversar, cometer prevaricación, tráfico de influencias, cohecho, y el resto de delitos relacionados con la corrupción pública.

3.- El tercer requisito para ser un buen político debería ser hacer bien su trabajo, lo mejor que sus capacidades contrastadas en el primer punto le permitan. No se trata de ser super-políticos, pero si de ser responsables y trabajadores.

Yo ni me dedico a la política ni tengo nada en contra de este sector (mi padre, por poner un ejemplo, fue Director General de Economía del Govern de mi CC.AA). Pero por razones de trabajo he tenido que tratar con ellos, tanto con los de derechas como con los de izquierdas y lamento tener que decir que he visto bastantes políticos que fallan claramente en el primer punto y posiblemente en el tercero. Los del segundo presuntamente también, pero la justicia aún está trabajando por lo que no lo puedo afirmar rotundamente.

Hay buenos cargos públicos en mi CC.AA., pero muchos menos de los que se merecen nuestros ciudadanos. Y con gestores mediocres difícilmente se tomarán medidas para ayudar a salir de la crisis a una economía muy necesitada de políticas económicas adecuadas.

Sin ir más lejos, leo otra noticia hoy en el Diario de Mallorca que trata del declive industrial de las Illes Balears. Lo más triste, y que puedo atestiguar personalmente por qué ya traté el tema con los responsables políticos, es que a día de hoy ni siquiera tenemos un Plan Estratégico Industrial, que se suponía debía estar listo en septiembre u octubre del años pasado!

Vamos perdiendo a pasos agigantados nuestro tejido industrial, que crea mano de obra estable y cualificada, y no tenemos ni las medidas de actuación necesarias para el sector.

¿A qué esperan nuestros políticos para redactar y dotar de presupuesto el plan estratégico industrial que evite la desaparición de gran parte de la industria en las Illes Balears?

Habrá que preguntárselo a ellos. Yo, desde luego, no lo puedo entender.

Imagen | kharkoma, Flickr

Estamos disfrutando de unos tipos de interés muy bajos (lo cuál ya sabemos que a muchos endeudados de poco les sirve si alguno de la familia ha perdido el trabajo), pero no hay que pensar que esta situación económica durará para siempre.

Mi humilde opinión es que no hay que esperar subidas dramáticas del euribor de momento, dado que la política monetaria del Banco Central no está por la labor de subir tipos aún, pero ya nos podemos ir haciendo la idea de que la cuota de nuestra hipoteca irá subiendo a medida que se vayan revisando los tipos.

Este mes de agosto verá cerrar el euribor a doce meses al 1,42 %,  elevando el precio de la mayoría de hipotecas por primera vez desde el mes de noviembre de 2008.

La subida es muy moderada, de unos 6 euros para una hipoteca de 150.000 euros a 25 años (con euribor+0,80), pero recomiendo hacerse la idea de que se está pagando el mínimo de hipoteca, por lo que hay que mantener ajustado el presupuesto familiar para que pueda absorber futuras subidas de este importante pago mensual.

Leo esta mañana en el Diario de Mallorca, con profundo pesar, que desde el año 2005 la actividad industrial se ha reducido un 28%, si nos fijamos en el Índice de Producción Industrial, caída superior a la de cualquier otra de las CC.AA.

El calzado, la industria agroalimentaria, el textil, la industria naval, el metal, la industria del vidrio o de la perla y la bisutería, entre otras industrias, pierden actividad y empleos.

Si nos fijamos en la EPA, del año 2005 a la actualidad se ha pasado de 74.000 empleados en industria a unos 37.600, 26.400 personas menos trabajando en este importante sector económico.

Con este panorama, el pequeño comercio con cifras muy malas de ventas y la construcción en caída libre, sería hora de que el poder político y económico se pusiera a trabajar para que la economía de las Illes Balears tenga algún futuro. O ¿se creen que nos bastará con el turismo?

Quién te ha visto y quién te ve, Balears.