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Este gran economista con apariencia de abuelo serio, que todos conocemos por su desaliñado pelo blanco a lo Einstein, publica este fin de semana en Cinco Días un artículo sobre los costes que la actual crisis económica supondrá para España en el periodo 2008-2010.
El paro, el lobo que nos estaba rondando hace tiempo ya levanta la cabeza y nos muestra sus horribles orejas de depredador.
Compañías aéreas cierran o se enfrentan a planes de viabilidad draconianos, dejando a muchas familias al amparo del desempleo (si es que han cotizado lo suficiente, claro). Precios altísimos del petróleo y baja demanda de viajeros las abocan al infierno empresarial. Futura ha sido la última en caer.
La baja demanda de bienes de consumo y la práctica eliminación del préstamo personal a muchos colectivos (inmigrantes, construcción, etc) lleva a la ruina a las empresas de este sector, siendo tal vez la venta de automóviles el ejemplo paradigmático.
Las PYMES sufren la paranoica política de los bancos de no renovar las pólizas de crédito en época de demanda en franco retroceso. ¿Cómo pretenden las entidades financieras, que en tiempo de bonanza ofrecían cuentas de crédito como churros, que pasen las vacas flacas las pequeñas empresas?
La temporada turística ha empezado más tarde y acaba más pronto. Muchos empleados no van a tener paro por no haber podido cotizar los meses mínimos.
No hablemos del abandonado y débil tejido industrial de las Illes, acosado por la imposibilidad de competir con las empresas asiáticas, las hindúes y una demanda interna dormida y una exterior intratable debido a la fortaleza relativa del euro, que encarece nuestros productos para EE.UU., Japón y demás (con el efecto pernicioso en las posibles exportaciones a estos países).
Ha llegado el lobo. Y el cazador está dormido o fuera de cobertura. El Gobierno anuncia medidas, algunas tendrán efecto y otras me parece que no.
Pero uno de los responsables de esta crisis que me parece que en lugar de ayudar están reforzándola son los bancos.
Este mes en muchas entidades han pasado la siguiente consigna:
Nada de hipotecas. Nada de préstamos personales y no renovar pólizas salvo que haya viviendas en garantía. Barclays y otros, desde el 1 de septiembre solo financian el 80% del menor valor de tasación o compra-venta. ¿Es que alguien en su sano juicio cree que hay compradores de vivienda que tengas dinero ahorrado para pagar todos los gastos y parte del valor de la compra?.
En épocas de bonanza los bancos han ganado más cada año. Es hora de que asuman su responsabilidad en tiempos de penurias y estén dispuestos a apoyar activamente a los sectores productivos. Huir es de cobardes. ¿O se creen que van a ganar dinero solamente con los ahorros y comisiones que cobran a sus clientes?
Creo que es hora de que el Banco de España deje de dar tantas instrucciones restrictivas y encauce este panorama. Ni tanto ni tan poco. El equilibrio está en el medio.
Y con ricos no me refiero a los autónomos, pequeños emprendedores y demás gente que elige arriesgar lo poco que tiene para empezar un proyecto empresarial en que se hace dueño de su tiempo y capacidades, sino de los nuevos ricos, los directivos de empresas inmobiliarias y demás “mimados” de los diversos sectores económicos. Éstos señores que cobran mucho más de lo que se merecen, porque digan lo que digan, cobran demasiado. Y muchos están dónde están por sus papis y otros padrinos, no por su capacidad.
Trabajando en un banco, hace de eso muchos años, nos visitó el Jefe de Inversiones del Banco. Un jovenzuelo agresivo. Entró en la sucursal y nos dio 4 “lecciones magistrales”, entre ellas que no regábamos las plantas lo suficiente(verídico); yo era un recién licenciado con muchas ganas y pocas ostias laborales aún. Pero sus consejos, a pesar de mi inexperiencia, me parecieron demasiado poco “sabios” para un directivo de su nivel. Pregunté al director sobre su curriculum; respuesta: es el hijo de un señor que tiene muchos millones en el banco. Y no creo que este niño sea una excepción, desgraciadamente.
Leo en el suplemento Negocios de El País que el primer ministro francés, François Fillon, propone a los demás países de la Unión el llevar a cabo políticas coordinadas frente a la amenaza de recesión que pesa sobre la economía europea. En pocas palabras, al fin una voz se alza pidiendo la tan necesaria Política Fiscal Común para la UE.
Como ya he comentado en alguna entrada anterior, la UE nació coja, al tener una Política Monetaria Común (los dolores de cabeza que nos da el Banco Central Europeo para luchar contra la inflación) pero una Política Fiscal en manos de cada país (impuestos, gasto público, etc).
En EE.UU. ambas Políticas están en manos del mismo ejecutivo y se coordinan. En este país se han utilizado todas las políticas económicas posibles para neutralizar los efectos de la crisis (desde el gasto público hasta descensos sin precedentes en los tipos de interés). Por esta razón, seguramente y paradójicamente, están llevando mejor la crisis que ellos ayudaron a crear mejor que nosotros.
Si observamos las predicciones del FMI (Fondo Monetario Internacional) para la zona euro, pasamos de un crecimiento del 1,4 en 2008 a uno del 0,9% para el 2009.
Analizando por países, España no es el país peor parado, con un 1,8% para el 2008 y un 1,2% para el año que viene.
Francia pasará del 1,6 (2008) al 1,4% (2009), Alemania del 2,0 al 1,0 % (tremenda desaceleración de la locomotora europea), Francia del 1,6 al 1,4% y Reino Unido del 1,8 al 1,2% para el 2009.
Con este panorama es lógico y necesario que se alcen voces exigiendo una Política Económica común de los socios comunitarios.
He leído esta mañana el Boletín Electrónico número 27 del Clube Brasileiro-Catalão de Negócios (CB-CN), Club que conocí porque su presidente es un mallorquín afincado en Brasil buen amigo mío (Josep M. Buades i Juan), el éxito de Leopoldo Abadía con sus escritos sobre las crisis actual.
Me tomo la libertad de trascribir literalmente parte de un interesante y ameno artículo de Manuel Peinado Lorca en ideal.es:
Los fondos y las multinacionales inmobiliarias abandonan el barco español, pero los buitres carroñeros (disculpen la expresión) de las multinacionales de recuperación de cobros asaltan el nuevo mercado de deudas impagadas españolas.
Esta fauna está compuesta por empresas como Intrum Justitia (sueca) Contentia y Effico (francesas), Aktiv Kapital (noruega), GFKL (alemana), que se han hecho con firmas españolas, o la británica Link Financial, que ha anidado en España de forma directa.
Salió ayer en europapress.es una noticia sobre algunas conclusiones realizadas por el departamento de análisis de esta entidad.
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