De vez en cuando resulta interesante recordar las apariciones que uno ha tenido en los medios de comunicación que, de alguna forma, han sido claves. Sin duda alguna, mi primera aparición en el programa Salvados de laSexta en enero de 2012 y un año después marcan un antes y después en mis apariciones en medios.
Más allá de un simple ejercicio de ego, cuyo sentido tiende a la nulidad, recordar estas apariciones nos ayuda a poner en valor lo que hemos hecho. Y explicar a la opinión pública los desmanes de algunos cajeros y banqueros ha ayudado a cambiar muchas cosas. Entre ellas, a que seamos clientes exigentes y no meros súbditos de los bancos.

Salvados: El cliente perfecto
Ir a Juicio contra un banco o caja que ha comercializado, a nuestro considerar, de forma incorrecta o directamente fraudulenta productos financieros complejos y/o arriesgados no es que no sea malo, es que es necesario.
Lo triste es que no haya herramientas para que este acceso a la Justicia no sea una barrera para muchos clientes sin recursos suficientes.
Os dejo un artículo que publiqué el pasado viernes en el periódico Ultima Hora:

 

Aprovechando el útil artículo de Expansion que nos cuenta la situación de la reestructuración de la banca española a día de hoy y mis opiniones en COPE sobre un reciente informe de Moody’s que considera que los bancos españoles en 2014 y 2015 se comportarán mejor que los portugueses e italianos, haremos un breve comentario sobre la salud de la banca patria.
En primer lugar, el enorme coste que supone para el contribuyente presente y futuro las masivas inyecciones de capital para salvar cajas de ahorro y algún pequeño banco de la quiebra se ha hecho a realizado a espaldas del ciudadano, de la forma más opaca posible y sin conocer el coste que habría supuesto liquidarlas de forma ordenada. Por si ello fuera poco, una colocación fraudulenta de productos tóxicos como las obligaciones subordinadas o las participaciones preferentes, lejos de castigarse, se ha premiado con jubilaciones de oro. Y al tenedor de estos productos se le ha obligado a asumir quitas en sus ahorros, sin el debido amparo judicial o arbitral requerido en un país democrático.
La situación de los bancos españoles hoy es la que nos resume el siguiente cuadro confeccionado por Expansión:
Por otro lado os dejo algunas opiniones en COPE de un servidor, en nombre de iAhorro.com, de las mejores previsiones de Moody’s respecto a la banca española, que aparecieron en los informativos del mediodía y en el programa ‘La linterna’ del 20/08/2014:

En todo caso, la situación más o menos real de los bancos europeos la conoceremos a mediados de octubre, cuando el BCE haga público el resultado de los nuevos test de estrés.

Me encantaría poder empezar a escribir sobre la recuperación económica y dejar de utilizar la etiqueta ‘crisis‘ para tantas entradas de este blog.
Es cierto que un economista parece tener más razón si se pone en plan negativo que si, al contrario, comunica esperanza y optimismos. Sin embargo, ser optimista no significa ser un iluso. Yo siempre creo que las cosas mejorarán, pero veo también lo que va mal y los peligros que amenazan cualquier escenario positivo. Un optimista patológico es, sinceramente, una persona que no tiene en cuenta toda la información a su disposición y prefiere tener ilusiones a hacer proyecciones basadas en el sentido común. Este tipo de optimismo no es optimismo, es ignorancia.
Dicho esto, tampoco ser pesimista es síntoma de inteligencia: tan tonto es el iluso como el depresivo (económico).
Podemos perdernos en datos macroeconómicos, en proyecciones del FMI o del Banco de España, o de los mejores analistas y que más aciertan. Pero lo que realmente nos da una información tangible es nuestro día a día y las conclusiones del sentido común formado e informado. La semana pasada debatí con el profesor de la UIB Antonio Alcover y el experto en empresas Miquel Monserrat, en IB3 Ràdio, sobre las palabras de Draghi del BCE que decía que la economía europea enfrenta un crecimiento débil, frágil y desigual. Las diferentes opiniones que tenemos los economistas se refleja claramente en la tertulia:
En una hora volveré a debatir con estos expertos y amigos, charla que incrustaré posteriormente es este artículo de opinión. Sin embargo, ya puedo adelantar algunas de mis opiniones: los peligros para la economía europea se están haciendo reales y el crecimiento de España, pese a salirse de la atonía de sus socios europeos, no va a ser suficiente para crear empleo ni percibo que el crecimiento patrio sea sólido y sano, con lo que no beneficiará al español medio en muchos años. No estamos en un momento en que se cuestione la superveniencia del euro, desde luego, pero tampoco hay muchos economistas que se atrevan a afirmar que Europa ha salido de la crisis económica. Como expliqué en la siguiente presentación, España está saliendo de la crisis si de crecimiento económico hablamos (en el segundo trimestre de este año estamos creciendo al 0,6% del PIB):

Sin embargo, este crecimiento no genera empleo de una forma suficientemente intensa, además de generarse un empleo de sueldos bajos y poca estabilidad laboral. Además nuestros socios acaban de pinchar en sus previsiones de crecimiento:

Alemania e Italia decrecen en términos trimestrales un 0,2% del PIB. Francia se queda estancada y en crecimiento nulo, dejando una media de crecimiento del 0,2% del PIB de todos los países de la UE y del 0% en la Zona euro.

Por otro lado, resulta que España acaba de superar el billón de euros de deuda pública, lo que nos sitúa ya cerca del 100% del PIB en deuda, que acabaremos pagando toso los españoles, diga lo que diga Podemos y su exuberante e irracional auditoria de la deuda. Si este endeudamiento es términos relativos y absolutos es ya de por sí muy preocupante, que no se haya frenado su crecimiento es alarmante:

  • El Estado Central tiene un endeudamiento de 999.909 millones de euros, con un crecimiento anual del 11,27%. Has leído bien, por mucha austeridad y recortes que nos anuncien, el Estado se ha seguido endeudando.
  • Las CC.AA. aún lo hacen peor, con un endeudamiento de 225.740 millones que ha crecido a un ritmo anual del 16,3%.

Toda esta creciente deuda la acabaremos pagando, con los efectos adversos en el crecimiento futuro.

Además tenemos el peligro de la deflación, que al final puede provocar decrecimiento económico si los consumidores postergan decisiones de compra, el endeudamiento privado (que en el caso de las familias hipotecadas podría ser una fuente de turbulencias cuando los tipos de interés vuelvan a subir), la no tan buena salud de las entidades financieras (el último escándalo el BES portugués) o la inestabilidad geopolítica (Ucrania, Gaza, Irak…).

¿Estamos ante el fin de la crisis económica en Europa?

Lo debatiré en breve con mis colegas, pero ya os adelanto mi opinión: me temo que no.

Os dejo varias informaciones sobre cómo creo que evolucionará el crédito en lo que nos queda de año y en los primeros meses de 2015.

Por una parte, el artículo que acabo de publicar como director editorial de iAhorro.con en Cinco Días, titulado ‘Cuatro factores del aumento de la financiación bancaria: motor del crecimiento económico‘, en el que analizo las limitaciones al crecimiento de los préstamos e hipotecas hoy en día.
Por otro lado os invito a leer el artículo aparecido en la revisita Forbes de este mes, que comento en iAhorro, titulado ‘Más crédito, pero caro y muy selectivo‘:

 

A continuación os dejo las dos últimas tertulias de economía en las que he participado, en el programa ‘El Faristol’ de IB3 Ràdio.
Se han tratado temas relacionados con el rescate a la banca, el crecimiento económico o las políticas europeas marcadas por Alemania.
Uno de los puntos que hemos discutido y creo es de máximo interés es si el crecimiento económico, incluso permitiendo bajada de salarios y beneficios desequilibrados hacia la empresa (para que cree empleo), acabarán revirtiendo en un aumento del empleo, cuando el paro se sitúe cerca del pleno empleo (o más bien sobre el 7% de paro). El profesor Toni Alcover mantiene esta idea, mientras que yo la critico en base a que nos quedan muchos años para que se cree empleo (el FMI hasta el 2019 no estima que la tasa de paro baje del 20%) y, además, tenemos una parte importante de nuestro empresariado (al igual que unos empleados, sindicatos, partidos políticos) de república bananera, que aprovecha las medidas de reducción de impuestos para bajar salarios, no para reducir beneficios empresariales.

En todo caso, os invito a escuchar y opinar:

En el momento de emprender, cuando estamos buscando capital para transformar nuestra idea en una empresa, lo más común del mundo es que pensemos en nuestra necesidad primero antes que nada para luego directamente ir por el objetivo final: levantar inversión.

Sin embargo, como en toda interacción, hay un juego de intereses que no se reduce solo a lo que nosotros como fundadores estamos necesitando sino también y más importante aún, a lo que los inversores necesitan.

¿Qué es realmente lo que ellos buscan como parámetros para tomar la decisión de invertir o no en nosotros?

Personalmente, mi objetivo es transmitir lo que aprendimos observando el otro lado del escritorio y comprendiendo cuales son los puntos a contemplar para aumentar considerablemente en grado de éxito al buscar inversión para nuestro startup:

¿Cuáles son sus cimientos?

El primer aspecto que un inversor tiene en cuenta a la hora de decidir sobre invertir o no en nuestra compañía es en base al equipo que lo forma. Tan simple como se puede leer y tan importante a la vez.

Con el tiempo comprendimos que a los ojos de un inversor, este es el factor clave como punto de partida. ¿Esto qué quiere decir?. Que sí nosotros no podemos demostrar que en nuestro equipo contamos con todas las capacidades para llevar adelante nuestra idea, entonces de entrada todo se desvanece, no hay inversión.
Por ejemplo, un gran error que se puede ver en gran número de ocasiones es pensar que sí vamos a desarrollar una empresa de software podemos realizar outsourcing del código a India, China, etc, de paso economizamos recursos. Lamentablemente este es el peor error que nosotros mismos fundadores podemos cometer y eso los inversores lo tienen muy claro.

Qué sucede sí este es nuestro caso ó similar?. Es una buena señal que los inversores no quieran avanzar y es nuestra tarea el buscar, el seleccionar y finalmente comprometer por ejemplo a una persona técnica de programación a nuestro proyectoo a cualquier persona que cumpla a la perfección con la necesidad que estamos afrontando (técnica, marketing, distribución, patentes, etc).

Nos sucedió que al principio pensamos que los inversores ángeles por ejemplo, iban a buscar como un requisito la experiencia previas de los fundadores, sin embargo nos sorprendió que esto no sea así. Ellos no buscan experiencias de años de trabajo, porque saben que un emprendedor que por ejemplo sale de la universidad no va a tener ese perfil, sin embargo, lo que sí buscan es que tengamos la capacidad de realizar con nuestras propias manos el trabajo.

¿Qué ofrecen como prueba?

El segundo factor que para nosotros fue clave a la hora de buscar inversión con éxito para elMejorTrato consistió en comprender que como muchas veces sucede en una negociación, la otra parte (inversor) solicita antecedentes / pruebas /demostraciones.

Este no es un punto menor. Por ejemplo, para un emprendimiento tecnológico online, hoy con los avances existentes, poner en funcionamiento un servidor, desarrollar un software mínimo viable y realizar pruebas en tiempo real, es sumamente económico y viable.

En consecuencia a esta realidad actual, no hay nada que impida a un inversor consultar por un producto mínimo viable, que pueda utilizar y probar por cuanta propia para evaluar la factibilidad o no de nuestro trabajo.

Este es un punto que también nos va a ser favorable a nosotros. Sí tenemos la posibilidad de realizar un producto mínimo viable (que no tenga ningún extra) sino que simplemente realice la función que nosotros pretendemos para nuestro emprendimiento, entonces vamos a poder testear nuestra idea con potenciales usuarios y quien dice que no sea posible conseguir un/os primero/s cliente/s.

Esto último sería fundamental en el aspecto de negociación para mejorar nuestra valuación final como startup y también el capital recibido.

Adelanto que sí disponemos de la alternativa de que estos primeros clientes ya estén pagando por nuestro desarrollo, estamos en una etapa que paso de ser favorable para el inversor a ser favorable para nosotros en forma significativa. El inversor ya no tiene que evaluar si invertir o no en una “visión”, sino que ya pasa a considerar invertir en un negocio con sustento comprobado derivando en una situación perfecta para ambas partes.

¿Y cuál es el plan?

Por último y en referencia directa a los dos puntos anteriores, ¿cuáles son los pasos que van a llevar nuestra idea a convertirse en una compañía que pueda valer millones?

Primero que nada, esto no se responde con un plan de negocio de 1.000 páginas. A esto se le da respuesta con un plan de acción, que refleje paso a paso nuestra intensión de trabajo y desarrollo en los próximos 6 a 12 meses, no más que eso. Esto debe estar resumido en una presentación, hoy llamada como “deck” de no más de 8 a 10 hojas/diapositivas.

Todos sabemos que sí queremos planificar una nueva idea en un plan de trabajo a 2, 3, 4 ó 5 años no va a ser más que una especulación sin fundamentos y meramente un reflejo de una visión con un grado de éxito realmente reducido (por no decir nulo). Y esto los inversores lo saben!.

Debemos redactar un plan estratégico de acción, que pueda mostrar el camino concreto que vamos a recorrer con nuestro trabajo, que sea creíble en base a objetivos, tiempos, responsabilidades y tareas.
El objetivo final que siempre debemos tener en mente es demostrar que podemos implementar un plan en un ambiente disruptivo que en el caso de tener éxito podemos disponer del potencial para cambiar una industria a través de nuestro emprendimiento.

Este artículo fue redactado por el amigo el Ingeniero Cristian Rennella de la Universidad Católica Argentina, quien es CEO de oMelhorTrato emprendimiento online trabajando en Brasil para toda Latino América.

Y ya os adelanto que la factura es mayor si tenemos en cuenta avales cruzados del Estado o la ayuda encubierta a la banca que supone prestarle barato mediante el BCE y que compre deuda pública bastante más rentable.

En todo caso en este magnífico artículo de El Confidencial ya tenemos una cifra con la que trabajar: 100.0000 millones de euros de coste de sanear una entidades financieras suicidas, capitaneadas por políticos y gestores que se han forrado.

Si tienes pareja y dos hijos, tu familia debe 8.700 euros al Estado, que se lo ha dejado a los bancos, para saldar la cuenta del rescate.

Acuérdate de la cifra cuando vayas a negociar con tu banco que te quite la cláusula de suelo de tu hipoteca o no te cobre comisiones por cualquier concepto que se invente.

Acuérdate de los partidos políticos que tenían capacidad de gestionar otro tipo de rescate (liquidando entidades si fuera necesario) y en lugar de mirar por el interés general, ayudaron a sus banqueros amigos (y políticos, sindicatos y patronal que estaba en los consejos de las cajas).

Y si no te importa, prepara los 8.700 euros que te va a tocar pagar (más los intereses correspondientes).

La respuesta que un autónomo sin empleados dé es la clave de los problemas de nuestro mercado laboral.Para empezar a pensar, nada mejor que visionar un vídeo de un americano, alejado de ningún planteamiento socialdemócrata, en el que nos da su opinión sobre nuestro mercado laboral. Peter Schiff es agente de bolsa, escritor, comentarista económico y “austriaco”.

Evidentemente, se equivoca en muchas cosas y acierta en otras más, pero como comentan en El Blog Salmón:
“Sí, Schiff se equivoca en algunas apreciaciones, en algunas interpretaciones que hace de la legislación, pero nos tiene calados, ha captado perfectamente cómo funciona nuestro modelo laboral y la burbuja de emprendimiento sobrevenida que se nos viene encima.”
En economía cualquier cambio aparentemente bueno, puede acabar produciendo efectos perversos que no se reveían. Proclamar lo justo de un salario mínimo suficiente para vivir de forma digna parece más que defendible.
Y sin embargo, si marcamos un salario mínimo “alto”, acabamos desincentivado el trabajo. Peor aún, al pagar más de lo que el mercado puede o quiere asumir (y depende de lo que producen las empresas y al precio que lo venden), acabamos generando paro al no contratar las empresas a estos empleados.
Y los empresarios patrios, con una cultura económica muchas veces lamentable, si necesitan trabajadores, o bien los convierten en falsos autónomos, o bien hacen contratos a tiempo parcial que realmente no lo son, o les hacen trabajar horas extras en negro (o sin remuneración alguna).

 

Nos podemos perder en disquisiciones económicas, éticas, sociales o de muchos otros tipos. Podemos escuchar proclamas de los sindicatos o necedades de la patronal. Sin embargo, como muy bien dice este señor (que me cae muy mal, pero dice cosas muy ciertas), la clave está en la respuesta a esta pregunta:
Si eres autónomo y tu negocio va algo mejor, necesitando manos que te ayuden, ¿contratarías a un empleado?
Hagamos una encuesta a todos los autónomos con cero o un empleado. Si, como yo, una mayoría les contesta que ante una mejora de su actividad se asociarían con otro autónomo, en lugar de asumir el riesgo económico de contratar un empleado, quedará más que claro el problema del mercado laboral en España:
Los pequeños empresarios, los que generan la gran mayoría de empleo en España, no pueden asumir el riesgo de contratar empleados. La reforma laboral ayudará a las grandes empresas a despedir gente y contratarla más barata, lo cual podemos criticar (yo lo critico). Pero os aseguro que no generará empleo, ya que en nada beneficia al empresario forzoso de hoy en día (ni al emprendedor de éxito).
Tanto en el Gobierno, oposición, sindicatos y organizaciones patronales, deberían contar con el asesoramiento de economistas independientes (y hacerles caso). No ocurrirá hasta que tengamos gestores inteligentes y economistas independientes, cosa que, por desgracia, no tendremos en un futuro cercano.
En economía, las cosas no son como parecen.
Los economistas, por buenos que sean, no adivinan el futuro. Podemos dar orientaciones de “nuestro” futuro, de lo que creemos puede ocurrir, pero nada más.
Al igual que he criticado el análisis de riesgo o su ausencia, que nos ha llevado a un desastre financiero de apocalíptica magnitud, también critico mi profesión, o más bien los que van de gurús de mi profesión.
Un buen predictor económico tiene que tener múltiples habilidades y características, entre las que puedo citar:
  1. Acertar en el tiempo; para saber si acierta, hay que ver si sus predicciones pasadas se han cumplido.
  2. Ser honesto e independiente, para que lo que diga sea la verdad y no una información interesada.
Y, en todo caso, como explico en el siguiente vídeo, el elefante lo has de ver tu en base a los diferentes análisis parciales de economistas y otros expertos: