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05/10/2007

BENITO MUÑOZ
El Euribor no ha parado de subir en los últimos 24 meses. 24 subidas consecutivas que han rascado sin cesar los bolsillos de muchas familias. Dos años que han cambiado el rostro de los titulares de préstamos al pasar los tipos de interés de sus créditos del 2,220% de septiembre de 2005 al 4,725% de septiembre de 2007, dato que aún no ha hecho oficial el Banco de España. Las cuotas, por tanto, siguen creciendo. Un ejemplo basta para conocer lo que representa para una familia tanto cambio. Una hipoteca de septiembre de 2006, de 180.000 euros, con un plazo de 30 años y un tipo de interés del Euribor de entonces (3,715%) más un diferencial del 0,60% tenía una cuota de 892,35 euros. Otra con la mismas condiciones en septiembre de 2007 ascenderá a 1.002,34 euros. Es decir, 110 euros más al mes, lo que supone 1.319,88 euros anuales.

Las economías afectadas

Si comparamos lo que pagaba una persona con la misma hipoteca en septiembre de 2005, último mes antes de que empezaran las subidas ininterrumpidas del Euribor, las cosas se ponen más feas para las economías afectadas. La cuota era entonces de 741,73 euros. Ahora, en septiembre de 2007, es de 1.002,34 euros, 260,61 más, y el total en los dos ejercicios es de 6.254,64 euros más. «El gran cambio en el mercado inmobiliario, debido a la subida del Euribor, se produjo en la primavera de 2006. Ahí empezó a notarse la contracción de los precios y la ralentización de los ritmos de venta», afirma Gregorio Izquierdo, director del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE). Los analistas creen que el 5% empieza a ser un horizonte final para el índice de referencia mayoritario de las hipotecas en España. «Ya estamos en torno al techo. Veo difícil que llegue al 5%, aunque siempre es difícil cuantificar máximos. Pero aunque lo supere, en un año el Euribor puede estar más bajo que el actual», señala Gregorio Izquierdo. Los más afectados por las subidas volverán a ser los que tengan «ratios de endeudamiento más ajustados en relación a su renta», apunta. Además, asegura que «pedir una hipoteca en esta época cuenta con una ventaja: se sabe que el Euribor ha estado subiendo».

Desde su punto de vista, es normal que ahora se pidan menos hipotecas. «La desaceleración del sector ha hecho que se compren menos casas y esto hace que se pidan menos créditos. Además, las entidades financieras tienen más cautelas a la hora de conceder préstamos», dicen en el IEE. «Estos dos últimos años, el nivel de los tipos ha sido extremadamente bajo. Las subidas actuales son moderadas aunque afecten a mucha gente», apunta David Camino, profesor de Economía y Finanzas de la Universidad Carlos III. Para él no habrá una subida superior al 5%, «aunque el Euribor ha seguido su ascenso y el Banco Central Europeo no subió los tipos en su última reunión». «El gran problema de la vivienda no está en las subidas del Euribor, sino en el precio de las casas. Antes se podían pedir hipotecas de 150.000 euros y ahora es necesario hacerlo de 300.000 para poder pagar una casa», añade

La morosidad de los préstamos hipotecarios para la adquisición de viviendas repuntó con fuerza en el primer trimestre del año. Ha llegado a situarse en el 0,462% desde el 0,381% registrado al finalizar el mismo periodo de 2006, por el aumento de los tipos de interés, según ha confirmado la Asociación Hipotecaria Española (AHE).

Esto supone el nivel más alto desde septiembre de 2002, cuando la morosidad se situaba en el 0,430% y se utilizaban otras normas contables, que fueron sustituidas en junio de 2005 por el Banco de España.

También ha aumentado la tasa de dudosidad en los préstamos para la rehabilitación de vivienda, que pasa del 0,647% de hace un año al 0,794% actual. El total del crédito para la adquisición de vivienda (con o sin garantía hipotecaria) se ha situado en el 0,510%

La Asociación precisó que la morosidad para el total del crédito a los hogares (hipotecario y personal) se situó en el 0,862%.

La nueva normativa bancaria clasifica como dudoso todo el importe de la deuda en operaciones que tengan algún importe vencido como principal, intereses o gastos pactados contractualmente, con más de tres meses de antigüedad (morosos) o cuando los saldos clasificados como dudosos sean superiores al 25% de los importes pendientes de cobro.

De esta forma, desaparece la antigua regla de arrastre por operación con 6 meses o un año de impago, dependiendo del tipo de prestatario y finalidad del crédito.

En la práctica, eso implica que los bancos son más agresivos a la hora de reclamar el recobro de los pagos, al primer signo de retraso en afrontar las mensualidades.

Hipoteca a 50 años: Alargue el plazo a fin de pagar una cuota mensual más reducida. Tipo de interés inicial excepcional, al euribor-0,10

Cuota creciente: Empiece pagando menos y cada año incremente entre un 1 a un 2,5% la cuota de amortización. Para una hipoteca de 200.000 €, pagaría una cuota inicial de solamente 840 €, aproximadamente

Cuota final: Dejé para la última cuota del préstamo un 20% o 30% del total de su hipoteca y reduzca los pagos mensuales

Cuota mixta: Pague un interés compuesto de una parte variable y otra fija. Ya no tiene que elegir entre blanco y negro, el gris existe

Entre los productos hipotecarios que ofrece la empresa, podemos destacar:

Hipoteca a 50 años, con un tipo de interés de salida realmente bueno: Euribor -0,10%

Cuota creciente: Empiezas pagando una cuota más reducida que en una hipoteca normal (sistema de amortización francés) y cada años se incrementa la cuota entre un 1 y un 2% . Para una hipoteca de 200.000 €, por ejemplo, la cuota resultante es de unos 840 €.

Cuota final: Se deja entre un 20 y un 30 % del total financiado para pagar en la última cuota del préstamo, consiguiendo asi disminuir las cuotas mensuales.

Cuota blindada: El importe de la mensualidad es constante; lo que cambia cuando varían los intereses es el plazo de amortización

Carencia de capital, de hasta 40 años: Se pagan sólo intereses; al final del periodo de carencia se debe al banco el mismo imnporte que se solicitó al principio; es una forma de pagar una especie de alquiler de la casa que uno es propietario, con la importante diferencia de que uno se beneficia del aumento de valor de su vivienda. En cualquier momento el titular puede elegir dejar de pagar solo intereses y empezar a pagar una cuota normal que amortice capital.

Seguiremos explicándoles más productos en nuevas entradas

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