Leo en Yahoo Finanzas un interesante artículo de Jorge Suárez-Vélez, en el que opina sobre la severidad de la crisis y discute sobre el concepto del dolor como maestro.

Sin más dilación os dejo con los fragmentos que me han parecido más interesantes del artículo, invitándoos a leer el artículo completo:

Una Crisis didáctica

14 de noviembre de 2008, 04:30 AM

“… Me parece que para que la economía mundial “llegue a la meta” lo primero de que tenemos que estar conscientes es de que ésta es una carrera de fondo y no un sprint de cien metros. Hay que optimizar el uso de los recursos porque no sabemos, a ciencia cierta, cuántos necesitaremos en lo que resta del camino. Esa incertidumbre sobre cuánto falta se manifiesta a todos los niveles. La gente que no tiene empleo no sabe cuándo volverá a trabajar; si falta mucho para volver a emplearse, quizá es sabio ajustar su nivel de vida. Para una empresa, no sabe si debe recortar gente en forma más agresiva; si la crisis es larga, puede estar desperdiciando hoy los recursos que después podrían permitirle tener con qué llegar a la meta, si no lo es y despide gente de más, puede estar en una endeble situación para aprovechar la recuperación cuando ésta se dé. El gobierno no sabe si ser más agresivo en los rescates de diferentes empresas o sectores pues desconoce cuántos más necesitarán ayuda, si la meta aún se encuentra lejos. Desafortunadamente, creo no sólo que estamos lejos de la “meta”, sino que la recuperación posterior se dará sólo en la medida en que se permita que haya dolor durante el proceso….
… En mi opinión, hay dos mitos en los que muchos inversionistas están basando su esperanza. Primero, en que una vez que los bancos sean recapitalizados, el crédito empezará a fluir como antes y eso hará que los precios de inmuebles, acciones, bonos y materias primas regresen a donde estaban. Si usted está dentro de este grupo, llámeme, sé de un puente aquí en Nueva York que le puedo vender a un precio muy razonable. Segundo, que la economía china saldrá al rescate. Nada enseña más que una crisis. Esa es una afirmación válida a nivel personal o social. Las crisis nos ayudan a poner las cosas en perspectiva, a darle prioridad a lo que es realmente importante. Las propiedades didácticas de una crisis son directamente proporcionales al dolor que provoquen. Piénselo a nivel personal. Imagine que lleva años gastando de más y viviendo de sus tarjetas de crédito con la convicción de que en algún punto en el futuro su ingreso crecerá hasta permitirle satisfacer el nivel de vida deseado sin tener que recurrir a endeudarse. Sin embargo, el aumento en el ingreso no llega, y usted sigue viviendo al mismo nivel. Como consecuencia, su deuda crece y crece hasta un punto en el cual le es imposible pagar los intereses sobre la tarjeta y se la quitan. Además, pierde su trabajo. En ese punto usted tiene que decidir si está dispuesto a hacer sacrificios para regresar a una situación que haga sentido de largo plazo. Probablemente habrá dolor, tendrá que bajar su nivel de vida, quizá tendrá que gastar aún menos de lo que podría para gradualmente pagar lo que debe y empezar a ahorrar un poco. Un proceso así es una lección de vida. Alternativamente, imagine que en medio de la crisis llega un tío millonario a rescatarlo o se saca la lotería. Es probable que no aprenda nada y que –consciente o subconscientemente- estará en espera del siguiente rescate cuando vuelva a meterse en problemas. Algo similar ocurre a nivel agregado. Después de procesos de crecimiento y abundancia, se requiere de ajustes, de cortar lo que no funciona, identificar qué es superfluo; por otro lado se debe estimular lo que funciona, tratando de que se pueda apuntalar ahí el siguiente ciclo. Para que una parte del ciclo de origen al otro, tiene que haber dolor. Tiene que darse un proceso de “destrucción creativa”. Por una parte, la gente tiene que aprender a vivir dentro posibilidades realistas, a balancear gasto y ahorro; tiene que estar dispuesta a trabajar más y mejor dejando de dar por hecho que los empleos son seguros y abundantes. Es necesario prepararse para tener mayor probabilidad de ascenso social pues éste se conseguirá a partir de esfuerzo y sacrificio, y no simplemente por inercia o por tener la capacidad –o inconsciencia- para tomar riesgos excesivos. Los dueños de los bancos que tomaron malas decisiones de crédito tienen que sufrir más que aquellos que fueron más cuidadosos y empresas que llevan décadas de tomar una mala decisión tras otra tienen que desaparecer para dar cabida a otras que sean más sensatas. La economía de Estados Unidos se está acercando al momento en el cual hay que tomar decisiones. No sólo hay que lidiar con lo urgente: rescatar al sistema bancario, asegurarse de que el mercado crediticio básico vuelva a funcionar, tratar de contener el daño que está provocando en las economías familiares el desplome en el precio de los inmuebles que se da simultáneamente con la caída en el mercado accionario. Mientras tanto, hay más de un millón doscientos mil nuevos desempleados que se han sumado a quienes ya no tenían trabajo. La tasa de desempleo es ya de 6.5%, pero si incluimos empleados marginalmente empleados o a aquellos con empleos de tiempo parcial que no logran trabajos de tiempo completo, la tasa es 11.8%. … Los diez millones de desempleados provocarán la siguiente oleada de problemas crediticios pues no podrán pagar lo que deben en sus tarjetas. Por si esto fuera poco, por primera vez las compañías que las emiten no pueden financiarse titularizando lo que los tarjeta-habientes les deben. Claramente, los problemas con el crédito para compra de automóviles, el crédito para estudiantes y todo tipo de crédito al consumo seguirán creciendo; igualmente, lo hará el crédito hipotecario –aún el de alta calidad- conforme los deudores se vean afectados al perder sus empleos.

… el mayor reto que afronta el presidente electo Obama es atreverse a poner límites, decir que no, permitir que el proceso de destrucción creativa siga su curso; su doloroso pero imprescindible curso. Estados Unidos ya no es un país que manufacture. El centro de gravedad industrial estadounidense tiene que migrar de Detroit a Sylicon Valley. La inversión debe dirigirse hacia mantener el liderazgo tecnológico y hacia estar a la vanguardia en la tecnología alrededor del cambio climático y la investigación médica ahora que se podrá vencer el dogma religioso que ha impedido el uso de células madre. Estados Unidos tiene que volver a constituirse en el centro de estudios de postgrado más influyente del mundo para seguir teniendo el privilegiado acceso a las mentes más brillantes sin mirar de qué país provienen. Se debe dejar que la industria automotriz estadounidense se contraiga, se consolide –entre sí o con la de otros países- o, si es necesario, muera. Han cometido tantos errores como es posible cometer y no merecen ser salvados. Los cuantiosos recursos que se requerirían para salvarla debe utilizarse para educar y entrenar a los obreros en otros tipos de actividades y ofrecer estructuras de ayuda a los millones de pensionados que resultarán afectados.


Paul Krugman, profesor de la Universidad de Princeton y actual Premio Nobel de Economía, es el azote de las políticas económicas del Gobierno de George Bush.

Para este experto económico, la receta para afrontar la crisis es muy clara: Mayor gasto público.

No es momento para finuras y preocupaciones sobre el déficit presupuestario. Hay que actuar decididamente y con contundencia.

Comenta que la cifra de desempleo en EE.UU. está en un 6% y pronostica un empeoramiento cercano al 8% (y dice que mediciones más amplias de subempleo situarían esta cifra en dos dígitos, cifra más cercana al 14% de desempleo previsto para España).

Para Paul Krugman la crisis es la peor recesión en un cuarto de siglo. Y además nos dice que podría ser muy larga. Vaya ánimos.

Como medidas para afrontar la crisis en EE.UU. defiende:

1.- Rebajar todavía más los tipos de interés.

2.- Prestaciones ampliadas a los desempleados.

3.- Ayudas de emergencia a los gobiernos estatales y locales , para evitar que se vean forzados a recortes de gasto público que a su vez degraden los servicios públicos y destruyan más empleo.

4.- Comprar hipotecas por menos valor que su nominal y reestructurar los términos de los préstamos para ayudar a las familias a seguir en sus casas.

5.- Inversiones en infraestructuras de importancia.

Finalmente nos dice que si McCain logra la victoria no sabrá hacer frente a la crisis y apuesta por la victoria de Barak Obama, único candidato que puede afrontar con éxito todas estas medidas de gasto público, imprescindibles a juicio de Paul Krugman para enfrentar esta crisis.


Segunda interesantísima entrevista en el País de este domingo.

Desde luego este día es el día de las entrevistas a grandes personalidades del mundo económico-financiero.

Esta vez le toca la palabra a George Soros, especulador financieros, inversionista, filántropo y teórico del funcionamiento de los mercados.

Su proeza más famosa fue provocar la devaluación de la libra esterlina en 1992, en un pulso con el Banco de Inglaterra que ganó, que le hizo embolsarse 1.000 millones de $ en 24 horas.

Vamos, que de mercados financieros puede opinar con conocimiento de causa.

En la entrevista que comentamos, hace constante referencia a su teoría de que los mercados financieros distan mucho de ser perfectos, más bien todo lo contrario, concluye.

Critica a las autoridades estadounidenses, afirmando que no prepararon un plan B ante el posible fallo de su visión fundamentalista del mercado: Creían que los mercados acabarían corrigiéndose a sí mismos. No veían la necesidad de una intervención estatal.

En cuanto a las recetas que nos da Soros para resolver la crisis, comentar:

1.- Que el Estado recapitalice el sistema bancario comprando acciones a los bancos.

2.- Reanudar el préstamo interbancario ofreciendo garantías.

3.- Reformar el sistema hipotecario americano y detener las ejecuciones hipotecarias, para ayudar a amortiguar la caída del precio de las viviendas.

4.- Europa tiene que solucionar la debilidad del euro creando una red de seguridad para sus bancos.

5.- El FMI debe atajar la vulnerabilidad de los países periféricos del sistema financiero mundial, dándoles una red de seguridad financiera.

Según él, con estas medidas empezará el proceso de curación de la crisis financiera. Pero y qué pasa con la crisis real (la pérdida de empleos, etc)?

Pues que nos enfrentamos ineludiblemente a una recesión mundial grave.

Anima al Gobierno americano (y creo que se puede extrapolar al europeo) a aumentar el gasto público en un plan de estímulo al ahorro energético, al desarrollo de energías alternativas y a la construcción de infraestructuras ecológicas.

En cuanto al poder de Estados Unidos como potencia mundial, pronostica su caída como principal potencia. Tendrá, junto con partes de Europa, bancos socializados y un enorme endeudamiento. La China comunista, con su fuerte capacidad de ahorro, será la nueva potencia financiera a escala mundial y un gran inversor en Occidente.

Para George Soros las burbujas son endémicas del sistema y, por tanto, los reguladores estatales tienen que intervenir para evitar que se hinchen demasiado.

Impresionante escuchar a un experto en los mercados financieros decir las cosas tan claras: Los mercados no se autorregulan, señores! Tomen nota y actúen en consecuencia, si es que llegan a tiempo de salvar los muebles.

El País de este domingo viene cargado de interesantes entrevistas.

La primera que vale la pena comentar es la realizada a Luis Ángel Rojo, Catedrático de Teoría Económica desde 1966 en la Universidad Complutense de Madrid. Es miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas desde 1985 y desde el 18 de abril de 2002 ocupa el sillón “f” minúscula en la Real Academia Española.

Fue nombrado en 1971 Director General de Estudios del Banco de España y en 1988 accedió al cargo de subgobernador de la institución monetaria. A mediados del año 1992 es nombrado gobernador del Banco de España y un año después decide una de las intervenciones más polémicas de los últimos años, la de Banesto. Deja el cargo en el 2001.

Actualmente es consejero del Grupo Santander.

De la entrevista formulada a este experto que profetizó y acertó la crisis actual, que impulsó las medidas de prudencia del sistema bancario que tanto envidian otros países, destacaría las siguientes ideas:

1.- La duración de la crisis:

Pronostica que se va a terminar en un año y medio aproximadamente, aunque dice que en España durará más por la virulencia de la crisis inmobiliaria.

Si tiene razón, hasta finales del 2010 las cosas no van a mejorar mucho en este país.

2.- Factor desencadenante de la crisis actual:

Actuación del sistema financiero de Estados Unidos, a la que hay que añadir posteriormente las subidas del precio del petróleo, las materias primas y finalmente, la crisis alimenticia.

3.- Críticas:

Dice de Alan Greespan (Presidente de la Reserva Federal de EE.UU. entre 1987 y 2006) que su política económica fue absurda. Entre otras cosas, al permitir la aplicación de las hipotecas subprime y sus derivados.

También dice que el BCE no le hizo caso cuando defendió la necesidad de tomar las medidas que se habían tomado en el Banco de España, en relación al mayor control del riesgo y en ser más estrictos en la regulación y en los criterios de provisiones que se obliga a dotar a las entidades financieras. Mantiene además que el BCE tendría que haber actuado antes y bajar los tipos. Según su opinión, el BCE debería bajar aún más los tipos y dejar de anteponer su política antiiflacionista a todo lo demás.

Al Fondo Monetario Internacional y de su Director Strauss-Kahn les dice de todo menos guapo. Se despacha con un “Lo del señor Strauss-Kahn en los últimos 10 días ha sido como para que se dedique a otra cosa”, en referencia a sus declaraciones sobre que la situación es terrible y que los bancos se van a hundir. A Rodrigo Rato y su época en el FMI, los despacha con un “No hizo nada”; chocante su opinión de la gestión de este ex-político.

En contestación a la pregunta de si habría que modificar los Presupuestos Generales del Estado como pide el PP, dice que ya son bastante restrictivos. Opina que en una situación como la actual, los políticos deben dejar de pelearse y tratar de salir de esta situación entre todos. Ya tendrán tiempo de criticarse más adelante.

4.- Política de nacionalización de la banca:

La entrada de algunos gobiernos europeos en el capital de bancos con problemas no gusta nada al Ex-Gobernador del BE, si bien admite que no está seguro de si tienen otro remedio.

5.- Lección que nos deja la crisis:

Qué no se puede seguir con regulaciones tan laxas.

Qué no puede ser que haya retribuciones de directivos tan inmensas (coincido con él en que la gente se irrita con razón).

Y en España dice que hay que procurar que no se produzcan desequilibrios con el sistema financiero y la construcción.

Me quedo con el fondo de la entrevista, una abierta crítica a la actuación de los organismos públicos americanos, al FMI y al BCE de un experto que habla libremente y sin ataduras.

La gente está asustada por la seguridad de su dinero. Basta ver la portada de Cinco Días o de Expansión de hoy.

Nos anuncian que el plan de rescate de EE.UU. ha sido al fin aprobado por el Congreso. Al final han sido unos 850.000 millones de $, de los cuales 700.000 millones como máximo pueden ser utilizados por el Tesoro para adquirir hipotecas tóxicas y deuda respaldada por hipotecas; el resto será destinado a rebajas e incentivos fiscales. Lo que haga falta para conseguir que el crédito vuelva a fluir de forma ininterrumpida hacia los hogares y los negocios.

Ambas publicaciones, además, dedican parte de su portada a un tema que preocupa al ciudadano: La seguridad de su dinero en los bancos y cajas de ahorro. La seguridad depende del tipo de producto en que uno tenga el dinero invertido:

1.- Depósitos:

Dinero en las cuentas corrientes y de ahorro.

El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) asegura 20.000 € en caso de suspensión de pagos, por entidad y ahorrador.
El FGD es una hucha creada por las aportaciones de las entidades financieras y que interviene cuando una de ellas no puede hacer frente a los compromisos de devolución de dinero de sus clientes. El FGD está entre los mejores de Europa, porque tiene el dinero ya desembolsado y disponible para intervenir, incluso de forma preventiva, evitando que las dificultades de una entidad se transformen en colapso.

En el caso de sucursales de entidades financieras extranjeras, la normativa que rige es la del país de origen; por ejemplo, los ahorros en ING Direct están sujetos al FGD holandés, que indemniza con un máximo de 38.000 €. Cuando en el país de origen no tiene FGD o aseguran menos dinero que el FGD español, estas entidades están obligadas a adherirse al FGD español.

2.- Acciones, Fondos de Inversión y planes de pensiones:

La independencia jurídica de las gestoras respecto a los bancos depositarios los protege de posibles problemas del banco. En caso de quiebra del banco o caja o de la propia gestora, el inversor está protegido. La Ley contempla que en este caso los activos de los fondos o planes de pensiones serían liquidados y devueltos a sus partícipes.

La quiebra de una sociedad de valores no implica la pérdida del dinero, a no ser que , por error o mala fe, no encuentre los activos (acciones, etc). En este caso excepcional, opera el FOGAIN, fondo de garantía para las sociedades y agencias de valores y las sociedades gestoras de carteras, que ofrece una cobertura de 20.000 € por cliente.

A modo de ejemplo, si tenemos 5000 acciones del Banco Santander en una sociedad de valores y esta quiebra, nos devolverían estas acciones. En el caso de que no se nos devuelvan, el FOGAIN nos daría como máximo 20.000 € (de los 58.450 € que valdrían ahora estas acciones).

3.- Bonos y deuda:

El Fogain no protege este tipo de productos de renta fija (por desgracia de los afectados por la quiebra de Lehman Brothers).

Los famosos bonos estructurados, comercializados por los bancos españoles, principal pero no exclusivamente al sector de Banca Privada, están garantizados por el emisor (Sea Lehman Brothers, sea Citi, sea Merill Lynch, etc), no por el banco comercializador. Si quiebra el emisor, como ha pasado con Lehman, el bonista ha de esperar a la liquidación de la empresa quebrada para saber que parte de sus ahorros le devuelven. Un bono suele ser de 50.000€ o más. Imaginado lo contento que están sus poseedores al saber que no es su banco quien respalda ese producto sino un emisor que no conocen de nada.

4.- Seguros:

No están protegidos con una cuantía fija, pero el Consorcio de Compensación de Seguros, encargado de la devolución del ahorro depositado en seguros en caso de insolvencia de la compañía aseguradora, a menudo devuelve el 100%. Desde su creación en 1984 se ha devuelto más del 75% de los compromisos asegurados de las 200 compañías liquidadas en ese periodo.

5.- Hipotecas:

¿Qué pasa con nuestra hipoteca si quiebra en banco? ¿Podemos dejar de pagarla?

Por desgracia, la respuesta es no. Hay que seguir pagándola a la institución, banco o caja que se haga cargo de el banco con problemas.

Otra pregunta interesante es saber si se puede compensar los depósitos con la hipoteca en caso de quiebra de la entidad. Es decir, si tenemos 50.000 € en una cuenta corriente y una hipoteca de 300.000 €, y quiebra el banco, podemos compensarlo y deber sólo 250.000 € a la nueva entidad que se encargue de los clientes?

En principio no, no obstante existen algunas sentencias judiciales que han permitido en ocasiones realizar dicha compensación.

En estos tiempos de miedo es muy importante mantener la calma, no dejarse asustar por Profetas del Fin de Mundo y valorar con mesura y tranquilidad la seguridad de nuestras inversiones. Nada es seguro salvo la muerte, pero podemos decir que el dinero en los bancos de España está razonablemente muy seguro.

Si tenéis 100.000 € líquidos y queréis descansar más tranquilos, dejad 20.000 € en 5 bancos y santas pascuas. Si disfrutáis de más riqueza disponible, afortunados vosotros, que os tranquilice vuestro gestor.

No lo digo yo, que conste. Lo dicen personas cualificadas en EE.UU.

El gobierno americano anuncia la mayor intervención del mercado de su historia. Obama, posible nuevo presidente de EE.UU., dice, nada más y nada menos, que: “Lo que nos llevó a este punto fueron años y años de una filosofía que consideraba desaconsejable e innecesaria una regulación y supervisión hasta de sentido común”, advirtió, preparando el terreno para lo que podría ser su primer reto si llega a la presidencia: la mayor revisión de la regulación financiera desde 1929.

La semana anterior el gobierno americano acudió al rescate de las entidades hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac.

El martes tomó el control de AIG, la aseguradora más grande del mundo.

Propició la compra de Merril Lynch por parte del Bank of America.

El quebrado Lehman Brothers es adquirido por Barclays (por eso ahora deben dar hipotecas al 80% del valor de compra-venta en España, porqué no tienen liquidez después de esta monumental compra).

Y este viernes el Gobierno de EE.UU. propuso un macroplan para adquirir créditos morosos e ilíquidos a las entidades financieras del país, valorado en “cientos de miles de millones de $” (mucho, vaya). Con esta noticia, las bolsas mundiales experimentaron subidones espectaculares. El IBEX subió en una sola sesión el 8,71%, su máximo de todos los tiempos.

Ya se habla de un nuevo sistema económico, el “capitalismo socializado”. La constatación de que la cultura de la “codicia” es insostenible (en palabras del presidente del Bank of America, nada menos).

Los que han criticado la economía de muchos países europeos, acusándola de intervencionista, deberían hacer un poco de autocrítica, en vista de lo ocurrido en el ex-paradigma del libre mercado americano.

El macroplan del Tesoro, todavía por perfilarse, establece que el Gobierno comprará a los bancos los activos ilíquidos y deteriorados (todos ellos vinculados al sector inmobiliario). El presupuesto asignado puede rondas los 800.000 millones de $.

Ahora resulta que admiten que el sistema regulatorio del país está “anticuado”. Genial. Y para intentar arreglar los platos rotos de esta mala regulación, serán los contribuyentes americanos los que pagarán; se utilizará dinero público para ayudar al sector privado a salir de la crisis, en aras del bien común. Fantástico. Tanto liberalismo para acabar en esto?

Lo más frustrante para el contribuyente, y cito textualmente un escrito de Miquel Roig en Expansión, “es que realmente la factura es por su bien. Si el sistema financiero se hunde, los más perjudicados no serán los banqueros con millones de dólares ahorrados, sino la inmensa mayoría de ciudadanos”.

Tiempos inciertos los que nos han tocado vivir.

 

El paro, el lobo que nos estaba rondando hace tiempo ya levanta la cabeza y nos muestra sus horribles orejas de depredador.

Empieza septiembre, atrás dejamos la aparente calma de las vacaciones y un jarrón de agua helada nos despierta a la cruda realidad de esta crisis. Paro por doquier.
Las promotoras están cerrando, grandes y pequeñas. Por las calles apenas quedan agencias inmobiliarias abiertas. Las constructoras se enfrentan a la brutal restricción del crédito; si no estaban del todo mal, la banca las está rematando.

Compañías aéreas cierran o se enfrentan a planes de viabilidad draconianos, dejando a muchas familias al amparo del desempleo (si es que han cotizado lo suficiente, claro). Precios altísimos del petróleo y baja demanda de viajeros las abocan al infierno empresarial. Futura ha sido la última en caer.

La baja demanda de bienes de consumo y la práctica eliminación del préstamo personal a muchos colectivos (inmigrantes, construcción, etc) lleva a la ruina a las empresas de este sector, siendo tal vez la venta de automóviles el ejemplo paradigmático.

Las PYMES sufren la paranoica política de los bancos de no renovar las pólizas de crédito en época de demanda en franco retroceso. ¿Cómo pretenden las entidades financieras, que en tiempo de bonanza ofrecían cuentas de crédito como churros, que pasen las vacas flacas las pequeñas empresas?

La temporada turística ha empezado más tarde y acaba más pronto. Muchos empleados no van a tener paro por no haber podido cotizar los meses mínimos.

No hablemos del abandonado y débil tejido industrial de las Illes, acosado por la imposibilidad de competir con las empresas asiáticas, las hindúes y una demanda interna dormida y una exterior intratable debido a la fortaleza relativa del euro, que encarece nuestros productos para EE.UU., Japón y demás (con el efecto pernicioso en las posibles exportaciones a estos países).

Ha llegado el lobo. Y el cazador está dormido o fuera de cobertura. El Gobierno anuncia medidas, algunas tendrán efecto y otras me parece que no.

Pero uno de los responsables de esta crisis que me parece que en lugar de ayudar están reforzándola son los bancos.

Este mes en muchas entidades han pasado la siguiente consigna:

Nada de hipotecas. Nada de préstamos personales y no renovar pólizas salvo que haya viviendas en garantía. Barclays y otros, desde el 1 de septiembre solo financian el 80% del menor valor de tasación o compra-venta. ¿Es que alguien en su sano juicio cree que hay compradores de vivienda que tengas dinero ahorrado para pagar todos los gastos y parte del valor de la compra?.

En épocas de bonanza los bancos han ganado más cada año. Es hora de que asuman su responsabilidad en tiempos de penurias y estén dispuestos a apoyar activamente a los sectores productivos. Huir es de cobardes. ¿O se creen que van a ganar dinero solamente con los ahorros y comisiones que cobran a sus clientes?

Creo que es hora de que el Banco de España deje de dar tantas instrucciones restrictivas y encauce este panorama. Ni tanto ni tan poco. El equilibrio está en el medio.

Leo en el suplemento Negocios de El País que el primer ministro francés, François Fillon, propone a los demás países de la Unión el llevar a cabo políticas coordinadas frente a la amenaza de recesión que pesa sobre la economía europea. En pocas palabras, al fin una voz se alza pidiendo la tan necesaria Política Fiscal Común para la UE.

Como ya he comentado en alguna entrada anterior, la UE nació coja, al tener una Política Monetaria Común (los dolores de cabeza que nos da el Banco Central Europeo para luchar contra la inflación) pero una Política Fiscal en manos de cada país (impuestos, gasto público, etc).

En EE.UU. ambas Políticas están en manos del mismo ejecutivo y se coordinan. En este país se han utilizado todas las políticas económicas posibles para neutralizar los efectos de la crisis (desde el gasto público hasta descensos sin precedentes en los tipos de interés). Por esta razón, seguramente y paradójicamente, están llevando mejor la crisis que ellos ayudaron a crear mejor que nosotros.

Si observamos las predicciones del FMI (Fondo Monetario Internacional) para la zona euro, pasamos de un crecimiento del 1,4 en 2008 a uno del 0,9% para el 2009.
Analizando por países, España no es el país peor parado, con un 1,8% para el 2008 y un 1,2% para el año que viene.
Francia pasará del 1,6 (2008) al 1,4% (2009), Alemania del 2,0 al 1,0 % (tremenda desaceleración de la locomotora europea), Francia del 1,6 al 1,4% y Reino Unido del 1,8 al 1,2% para el 2009.

Con este panorama es lógico y necesario que se alcen voces exigiendo una Política Económica común de los socios comunitarios.

Aprovechando la información que nos suministra el Govern de les Illes Balears mensualmente en “El moment econòmic de les Illes Balears” comentar brevemente los datos más significativos de la evolución de algunos índices económicos:

1.- La economía balear alcanza un ritmo de crecimiento del 1,8% en el segundo trimestre (en el primer trimestre fue del 2,2%). Por debajo del 3,0% de los mismos trimestres del 2007. Menorca es la isla que más sufre la desaceleración económica (crece el el segundo trimestre un pésimo 0,50%). Además, si analizamos este indicador por sectores, vemos que el problema del monocultivo turístico se agrava. Parece que nuestra comunidad es incapaz de crear un sistema económico mínimamente diversificado. Construcción tiene un crecimiento negativo del -0,3% , industria y energía también bajan en el segundo trimestre, y el sector servicios crece un 2,2% en este trimestre. Como vemos, hay signos de recesión en los sectores no turísticos de las Islas.

2.- El IPC de nuestra CC.AA. en junio alcanzó el 4,7%. El IPC armonizado estimado para España en julio es del 5,3%, la tasa más alta desde 1997. Mientras este indicador no baje, el euribor tampoco lo hará (ya que el BCE no bajará tipos).

3.- El paro registrado en julio en Illes Balears se incrementa en un 36,1% respecto al mismo mes de 2007. Y estamos en julio, temporada alta. No quiero ni imaginar el incremento del paro en octubre!
El caso más espectacular es el de la construcción, con un incremento interanual del 78,9%. El paro es el indicador económico más perceptible para el ciudadano de a pie. Cuando realmente sabemos que la economía va mal es cuando algún amigo, pariente o nosotros mismos nos quedamos sin trabajo. Mucha gente no se ha dado cuenta de que estamos en crisis porque aún tiene trabajo. Pero me temo que después de la temporada alta pocos no van a darse cuenta del difícil 2009 que se nos viene encima.

Las estadísticas oficiales nos van confirmando las malos augurios de esta monumental crisis.

Os aseguro que no es nuestra intención volveros a amargar el día. Solo pretendemos suministrar información para encarar lo mejor posible estos tiempos complicados.

Y recordad que cada problema es a la vez una oportunidad.

Disfrutad del verano. Que el invierno ya llegará.

Diario de Mallorca nos señala a otro de los personajes que integran la novela inmobiliaria:

Los “inversores” que especulaban pagando la entrada de un piso sobre planos, para revenderlo una vez estaban construidos, antes de firmar la escritura de compra-venta. Se aprovechaban de que a los 18 meses, que es lo que se suelen tardar en acabar la construcción, la vivienda valía al menos un 10% más.

Arriesgando unos 12.000€-20.000€ a lo sumo, sacaban beneficios del orden de 20.000€ a 30.000€, en muchos casos. Demasiada rentabilidad para tan poco riesgo? Eso pensaban, hasta que a muchos les ha sorprendido el parón inmobiliario. A estos solo les han quedado dos opciones:
Comprar finalmente la vivienda (si es que el banco se lo financia) o resignarse a perder la entrada.

Sinceramente, no me dan mucha pena. No es el tipo de inversión que considero productiva para la economía, la verdad.