Diario de Mallorca nos señala a otro de los personajes que integran la novela inmobiliaria:

Los “inversores” que especulaban pagando la entrada de un piso sobre planos, para revenderlo una vez estaban construidos, antes de firmar la escritura de compra-venta. Se aprovechaban de que a los 18 meses, que es lo que se suelen tardar en acabar la construcción, la vivienda valía al menos un 10% más.

Arriesgando unos 12.000€-20.000€ a lo sumo, sacaban beneficios del orden de 20.000€ a 30.000€, en muchos casos. Demasiada rentabilidad para tan poco riesgo? Eso pensaban, hasta que a muchos les ha sorprendido el parón inmobiliario. A estos solo les han quedado dos opciones:
Comprar finalmente la vivienda (si es que el banco se lo financia) o resignarse a perder la entrada.

Sinceramente, no me dan mucha pena. No es el tipo de inversión que considero productiva para la economía, la verdad.

El decano del colegio oficial de Arquitectos de las Illes Baleares (COAIB), Luis Antonio Corral, anunció sin matices que “Estamos en una crisis, clara y rotunda, la peor de los últimos veinte años”.

La evolución de los visados de proyectos son la primera señal de alerta, ya que nos determina la evolución futura a meses vista del inicio de las obras. Es uno de los primeros indicadores de alarma, y ya se podía detectar el inicio de la crisis con 9 o 10 meses de antelación (no le hubiese venido mal a los analistas haber sabido interpretar estos datos a tiempo).

Alertan los arquitectos de un “parón absoluto” de la construcción de viviendas. Así, estos proyectos visados por el COAIB de enero a mayo de este año han descendido un 57,79% en las islas, pasando de 7.328 viviendas a 3.055 en el mismo periodo del año pasado (sólo en Mallorca, 5.446 y 2.625 respectivamente, una bajada del 51,8%).

Se insta al Govern Balear a promover la obra pública, desde la construcción anunciada de 50.000 viviendas de VPO (comprometida ahora al planearse construir muchas de ellas en terrenos propiedad del Grupo Drac) a la rehabilitación de zonas urbanas.

Según sale en la portada del Diario de Mallorca la Policía Nacional de Palma ha detenido a unas cincuenta personas por una presunta estafa inmobiliaria.

Estafa que consistía en usar a personas insolventes como testaferros para firmar préstamos hipotecarios (con documentación falsa que les hacía parecer, sobre papeles, como gente solvente); compraban inmuebles y financiaban el 100% más los gastos más un remanente adicional (supuestamente para reformas).

Se llevaban ese dinero adicional y alquilaban los pisos, llevándose también el dinero de los alquileres. Pagaban algunos meses para no despertar tantas sospechas y después dejaban de pagar. El banco tenía que ejecutar la hipoteca y quedarse con inmuebles cuyo precio de mercado actualmente está muy por debajo de esas tasaciones.

Lo que destaca de este tipo de estafas es lo chapucero de su forma de obrar. Se han aprovechado de la falta de diligencia de determinados empleados de banca, que no hacen el debido filtro tanto de los intermediarios financieros como de la documentación que se les presenta. En teoría deberían exigir documentación original, hacer las pertinentes consultas sobre las empresas que constan en los contratos de empleo (llamadas, datos públicos) y demás mecanismos de análisis de riesgos.

El responsable final de conceder una hipoteca es la propia entidad, y en los “buenos tiempos” algunos empleados de algunos bancos no tomaron las medidas de filtro exigibles.

El sector de la intermediación financiera e inmobiliaria se debe alegrar de que se limpie el sector de gente que utiliza prácticas fraudulentas en la tramitación de expedientes y que no ha hecho más que crear una imagen distorsionada de nuestro negocio.

A raíz de mi última entrada en el foro de Xing, quiero reflexionar brevemente sobre el concepto de Crisis Perfecta que han acuñado algunos economistas, que como todos sabemos somo expertos en explicar las causas de lo que ha pasado (lástima que seamos menos diestros en preverlo).

La situación económica en la que estamos inmersos, a pesar de que no soy muy dado al alarmismo, es bastante preocupante. Sobre todo porque tiene muchas variables que se retroalimentan (de allí lo del término cinematográfico Tormenta-Crisis Perfecta) y la hacen más peligrosa. Y lo peor es que la Tormenta aún no ha llegado a la costa, estamos presenciando solo el inicio de las lluvias.

¿Cuándo llegará con toda su intensidad? como mínimo faltan unos 3-6 meses, me atrevo a estimar. Cuando las viviendas nuevas iniciadas hace un año o dos se terminen, cuando llevemos medio año más de euribor por las nubes y las economías domésticas ya no aguanten más, cuando el verano termine y crezca el paro también en el sector turístico y cuando el efecto de las Sub-Prime se deje notar del todo.

Algunas de las variables que se han puesto de acuerdo para amargarnos la existencia económica son:

1.- Incremento del precio del suelo urbano debido a una regulación urbanística caótica, fragmentada en regulaciones municipales y de Comunidades Autónomas y demasiado susceptible a la especulación y a la corrupción.

2.- Euribor en mínimos históricos en los últimos años y fiebre inmobiliaria, lo que conduce a un endeudamiento excesivo y un aumento exponencial de los precios de venta de las viviendas. Cambio de tendencia y subida constante hasta situarse a día de hoy en el 5,4%, máximo de toda la historia.

3.- Crisis SubPrime en EE.UU. que se inocula al resto del sistema financiero mundial.

4.- Subida de la inflación, entre otras cosas por la subida del crudo, que lleva al BCE a una política de tipos de interés altos para controlarla.

5.- Desconfianza entre las entidades financieras, que o no se dejan dinero entre si, o lo hacen a tipos altos. El euribor, precio al que dichos bancos se prestan dinero, sube aún más.

6.- Debido a la crisis de los mercados financieros, los bancos no pueden titularizar sus hipotecas (venderlas para obtener dinero con el que volver a financiar).

7.- Los bancos dejan dinero a tipos más altos y endurecen sus criterios de concesión de préstamos. Las promotoras se quedan sin financiación y van quebrando. Los proyectos de inversión no encuentran financiación como antes y se quedan aparcados esperando tiempos mejores. Los préstamos al consumo caen y con ello las ventas de dichos productos.

8.- Debido a las contrapuestas políticas monetarias de EE.UU. y el BCE, el € se revaloriza respecto al $ y otras divisas. Eso provoca que seamos más caros para EE.UU. pero también respecto a la libra esterlina británica. Efectos: a los turistas de fuera de la zona euro les sale más caro visitarnos y a nuestras empresas les sale más caro exportar sus productos.

9.- La renta disponible de las familias está en mínimos, ya que después de pagar las constantes subidas de la hipoteca, poco les queda para consumir. Esto provoca pérdidas en sectores tan dispares como la venta de automóviles o las tiendas de ropa, pasando por gran parte de la industria de bienes de consumo. Empiezan a ejecutarse hipotecas por falta de pago.

10.- Aumenta el desempleo, y con este fatídico dato, acaba de trasmitirse una crisis monetaria a la economía real. Y vuelta a empezar con el círculo vicioso.

¿Y cuando mejorará la situación? Nadie se atreve a vaticinarlo. Desde luego, tenemos que ver mejoría en varias de las variables comentadas a la vez.

Y con eso me despido por hoy, más deprimido que antes de escribir esta entrada.

La respuesta es negativa, a tenor de la noticia aparecida en Ultima Hora.

Los Juzgados de lo Mercantil de Palma de Mallorca han rechazado el 95% de las peticiones de concurso de acreedores presentado por personas físicas cuya finalidad era suspender el embargo de los pisos hipotecados por impago.

El concurso de acreedores (antiguas suspensiones de pagos y quiebras) parece ser que incumple lo que orden el art. 56 de la Ley Concursal, concretamente señala que la garantía real (la hipoteca sobre la vivienda) debe afectar a una actividad profesional o empresarial para que la ejecución por impagos quede paralizada.

En pocas palabras, la familia deberá realizar su profesión en su casa para que el concurso de acreedores sea aceptado (caso muy poco frecuente). En otro caso, no tiene sentido acudir a los Tribunales mediante esta figura. Además de que esta vía tiene un gasto mínimo de defensa jurídica de unos 3.000 €.

En resumen, el concurso de acreedores no es una alternativa para retrasar la ejecución de la hipoteca a no ser que nuestra vivienda también sea nuestra oficina / taller de trabajo.

Jean Claude Trichet, con su obstinación por mantener los tipos ante la crisis del mercado de crédito, ha dejado al 4%, pese a los recortes que su equivalente en EE.UU. (la Reserva Federal) de los últimos meses.

Se resiste el BCE a rebajar los tipos de interés, en su lucha por contener la inflación (el IPC de marzo se ha situado en el 3,5%, frente a la previsión oficial del 2%).

Mala noticia para los hipotecados, ya que si no baja el BCE, no deja mucho recorrido a la baja del euribor (su suelo sigue estando situado en el 4%).

El Instituto Nacional de Estadística ha publicado hoy por primera vez su estadística del mes de enero sobre la transacción y compraventa de viviendas, que se ha derrumbado un 27% en enero frente al mismo periodo del año anterior con 61.792 inmuebles.
Este descenso es más abultado en el mercado de segunda mano (-35,6%) que en el de viviendas nuevas (-14,6%).
Otro indicador que evidencia no ya el frenazo sino la bajada brusca del ladrillo, es la concesión de hipotecas, al reducirse el número de viviendas hipotecadas un 25,71% en enero respecto a enero de 2007, hasta un total de 93.808 inmuebles, su mayor descenso desde 2004.
El País
Concretando estas estadísticas en Illes Balears, destacar que el número de créditos hipotecarios suscritos se situó en el mes de enero en 425 por cada 100.000 habitantes, lo que supone un descenso del 35,33% respecto al mismo mes del año anterior, el mayor de España sólo por detrás de Canarias (42,42 por ciento).En cuanto a la estadística sobre la evolución de la compraventa de viviendas en Illes Balears, ésta cayó un 45,6% durante el mes de enero, al pasar de las 2.738 operaciones realizadas en 2007 a las 1.487 registradas en el primer mes de este año.

Especial virulencia está teniendo la crisis en nuestra comunidad, por lo que reflejan las estadísticas.
Ultima Hora

El decaimiento del sector del ladrillo en las islas y en el conjunto del Estado también se ha trasladado a las promotoras y a los proveedores de materiales.
Empresas de prefabricados, suministradores de puertas y ventanas y al menos tres inmobiliarias de propietarios diferentes se encuentran en situación de insolvencia.

La última sociedad constructora sobre la que se ha establecido un concurso necesario se halla afincada en Llucmajor. En general domina la disparidad de procedencias: hay mercantiles deudoras de Inca, sa Pobla, Palma o Alcúdia.

Sin casos tan estruendosos como el de la firma valenciana Llanera, que debe 432,65 millones de euros a una treintena de cajas de ahorros y bancos, Mallorca se ha visto sobresaltada por algún caso de cierta relevancia. Así ha ocurrido con Seguí Munar e Hijos S.L., de Sa Pobla, e Inversiones Urbanas Mallorquinas, de Esporles, con pasivos declarados de 7 y 17 millones de euros, respectivamente.

Durante el año que acabamos de inaugurar, la construcción lastrará el crecimiento de la economía balear. Ya lo advirtió el Conseller de Economía, Carles Manera, quien pronosticó un retroceso de la actividad. Desde el Ejecutivo balear se observa sin sobresaltos esta desaceleración. Consideran que el desvío de recursos desde otros sectores hacia el ladrillo, y en concreto hacia la edificación residencial, hace menos eficiente a la economía balear y deja sin inversión a otros ámbitos.

El presidente de los API de Balears señala que durante los años del boom en la adquisición de viviendas las islas llegaron a contabilizar unas 3.000 agencias de mayor o menor tamaño que se dedicaban a la intermediación.

Según los cálculos del Colegio balear, en este momento pueden haber desaparecido ya alrededor de un 40%, tanto fruto del recorte de oficinas y franquicias de firmas nacionales, como Fincas Corral o Century 21, como del cierre de una parte importante de los despachos que se abrieron, algunos sin apenas personal, para aprovecharse de la fuerte expansión del sector y que en muchos casos no se duda de acusar de intrusismo y de haber cometido “abusos” con sus clientes.

José Oliver indica que las empresas más profesionales son las que están soportando mejor los meses de crisis.

También reconoce que en estos momentos las operaciones de compraventa que se formalizan en el archipiélago son entre un 40 y un 50 por ciento inferiores a las que se daban 12 meses atrás, cuando todavía se vivía la euforia en el mercado.

Lunes, 5 de noviembre de 2007
Bancos y cajas dan créditos «subprime a la española» para refinanciar a los morosos
M. PORTILLA / M. LARRAÑAGA. MADRID.

Que la crisis estadounidense de las hipotecas de alto riesgo («subprime») no ha afectado a las entidades española, al menos hasta el momento, es una realidad constatada incluso por el Banco de España. Pero tampoco se puede negar, aunque sean las menos, que en nuestro país también existen hipotecas «subprime». Posiblemente con una medición de los riesgos mayor que en Estados Unidos, donde el año pasado el 29% de las hipotecas eran de este tipo.

Casi todas las entidades españolas niegan tener hipotecas «subprime», sobre todo porque muchas comercializan estos préstamos a través de marcas «blancas» de la propia compañía o de una surgida mediante la agrupación de varias entidades, principalmente cajas de ahorros. Pero la realidad es que prefieren conceder estos créditos de alto riesgo para intentar resolver una grave situación económica de un cliente, que puede ser coyuntural, en lugar de tener que meterse en un contencioso largo y poco rentable.

Santander, el más transparente El único banco que ha reconocido públicamente que hay «subprime» en España es el Santander, a través de su vicepresidente y consejero delegado, Alfredo Sáenz, en la presentación de resultados realizada hace unos días. Sáenz manifestó abiertamente que «claro que hay «subprime» en España, es una cuestión de puro sentido común». Es más, añadió que «los criterios por los que una hipoteca se considera «subprime» en los países anglosajones se pueden aplicar perfectamente a España».

El negocio de hipotecas «subprime» del banco que preside Emilio Botín se realiza a través de su financiera Santander Consumer Finance, siempre para refinanciar o reunificar la deuda de clientes morosos. El volumen de crédito que se concede a estos clientes va desde un 45% del valor de tasación de su vivienda hasta un máximo del 75%, siempre en función de los pagos retrasados que tenga y del ratio máximo de endeudamiento que tenga respecto a su salario, establecido entre un 40% y un 60% de su sueldo.

Es decir, la hipoteca «subprime» de Santander Consumer Finance podrá ser como máximo del 45% del valor de la casa si su cuota mensual acapara el 60% del sueldo del cliente.

El caso más extremo que contempla de concesión de este tipo de crédito es para un cliente con cuatro operaciones de impagos, al que se le puede llegar a dar un máximo equivalente del 50% del valor de tasación de su vivienda y si su ratio de endeudamiento es también del 50% de su salario. Ese cliente tendrá que hacer frente a un interés del 12% el primer año, y luego revisiones anuales del Euribor más 4,75 puntos.

En su memoria anual correspondiente al ejercicio 2006, el Santander explica que este es uno de los nuevos negocios desarrollados en ese ejercicio en España, y añade que «su impulso ha contribuido a elevar el crecimiento de la nueva producción del crédito directo hasta un 36%, muy por encima del 20% registrado en media en el área». Lo cual demuestra que un negocio con riesgo, si está bien gestionado también es un buen negocio.

Celeris Servicios Financieros está participada por 20 cajas de ahorros de toda España, y además de realizar préstamos personales, uno de sus negocios es reagrupar la deuda de clientes de estas cajas que han tenido algún tipo de incidencia de morosidad.

Reagrupar los préstamos

A estos clientes se les obliga a cancelar todos sus préstamos y a reagruparlos en uno que puede alcanzar como máximo el 70% del valor de tasación de su vivienda con dos o tres cuotas pendientes o retrasos y dependiendo del ratio de endeudamiento respecto al salario. Cuando el cliente ya está inmerso en un proceso judicial lo máximo que le conceden es una hipoteca del 50 o del 55% del valor de tasación de su casa y con un interés del Euribor más 6 puntos. Asimismo, varias cajas rurales están en proceso de agruparse para sacar su propia marca para este tipo de negocios.

Caixa Galicia tiene su propia marca para refinanciar deuda: CXG Crédito Familiar. Bajo esta firma, además de conceder todo tipo de préstamos realiza reagrupación de deuda, que si es limpia, es decir, sin ningún tipo de morosidad, puede alcanzar hasta el 80% del valor de tasación de la vivienda del cliente. Cuando se observa algún tipo de incidencia esa tasación se queda en el 65% del valor de la casa y el interés que se cobra es el Euribor más 2,5 puntos; si hay algún proceso judicial por medio se rebaja al 50%, y el tipo de interés se eleva al Euribor más 3,5 puntos, mientras que si hay procedimiento ejecutivo el tipo aplicado es Euribor más 4,5 puntos.

El banco alemán Deutsche Bank, que ha reconocido estar afectado por la crisis hipotecaria de Estados Unidos y cuyo resultado ha descendido un 19% en el último trimestre, también tiene hipotecas de alto riesgo en España a través de la firma DB Credit. Su producto más significativo es una hipoteca cuyo volumen alcanza el 120% del valor de tasación de la vivienda, pero la cuota no puede sobrepasar el 40% de los ingresos del cliente que la solicite. También admite refinanciación de deuda limpia, equivalente al 100% del valor de la casa, cuando la mayoría de las entidades no conceden más de un 80%. El ratio de endeudamiento puede llegar hasta el 65% del sueldo del cliente cuando éste no haya tenido ningún tipo de incidencias de tipo moroso y tenga un contrato indefinido.

Clientes en fichero de morosos:

General Electric es también un clásico en nuestro país en lo relativo a refinanciación o reagrupación de deudas. Su hipoteca más común es la de hasta un 80% del valor de la vivienda con una tasa de endeudamiento del 35% respecto al salario.

Lo curioso, es que admite a clientes que estén registrados en el fichero de morosos de la Asociación Nacional de Entidades Financieras (Asnef) con una cifra de hasta 10.000 euros, aunque la cantidad más común en los clientes con los que trabaja oscila entre los 3.000 y 4.000 euros. Cualquier otra entidad no trabaja con estos clientes.

Para reunificar deuda de clientes bajo procedimientos judiciales, el crédito máximo que concede es del 65% del valor de la vivienda y con un ratio de endeudamiento del 50%, y el interés llega hasta el Euribor más 8,35 puntos.

A pesar de todo, España sigue siendo un paraíso para los bancos y cajas en cuanto a morosidad, porque están en tasas mínimas históricas y porque el grado de cobertura medio de la banca es del 250% respecto a los créditos de dudoso cobro.