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Pese a que el grueso del coste del rescate ha sido necesario por la mala práctica de las cajas de ahorros, parasitadas por políticos, sindicatos y patronales ineptas o, directamente, depredadoras, no es menos cierto que buena parte del coste directo e indirecto del rescate ha ido también a los bancos que pretenden hacernos creer que son inocentes.
Además de los costes actualizados de la última nota informativa sobre ayudas públicas en el proceso de reestructuración del sistema bancario español (2009-2013) del Banco de España (ver en PDF), de 61.495 millones de euros, hay que sumarle ayudas fiscales, avales al Sareb y otras ayudas que hemos analizado en el evento organizado por GE Business Club el pasado jueves. En el siguiente resumen del Grupo La Siesta se pueden leer y ver algunos contenidos al respecto.
Mal acaba lo que mal empieza y, me temo, el rescate bancario empezó mal, muy mal, para el interés general. Os dejo la presentación de mi intervención, previa a la del mediático inspector de Hacienda Raúl Burillo, en la que se analizan los costes del rescate de forma individualizada:
Vivimos en un país con una democracia de bajo nivel, como se encargan de explicar de forma precisa y contundente los autores del reciente libro ¿Hay derecho?, más que recomendable. Ello implica que los Jueces son la última trinchera del Estado de Derecho, como están demostrando día a día algunos profesionales valientes y justos de la judicatura.

Los bancos, los que yo conozco al menos, siguen sin enterarse que el mundo ha cambiado y que los ciudadanos, clientes y votantes no vamos a aceptar nunca más su juego sucio. Sus abogados siguen utilizando de forma agresiva la ley hipotecaria y resto de normativa aplicable a los productos financieros, en su provecho y sin mostrar la más mínima sensibilidad por sus clientes (a los que tratan como apestados).Se plantearon las siguientes cuestiones prejudiciales ante el Tribunal de Justicia:

¿Se opone al artículo 7.1 de la Directiva 93/13/CEE1 , que impone a los Estados miembros la obligación de velar por que en interés de los consumidores existan medios adecuados y eficaces para que cese el uso de las cláusulas abusivas en los contratos celebrados entre profesionales y consumidores, una norma procesal que, como el art. 695.4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil española, al regular el recurso contra la resolución que decide la oposición a la ejecución sobre bienes hipotecados o pignorados, sólo permite recurrir en apelación el auto que acuerde el sobreseimiento del proceso o la inaplicación de una cláusula abusiva y excluye el recurso en los demás casos, lo que tiene la consecuencia inmediata de que, mientras puede apelar el ejecutante cuando se estima la oposición del ejecutado y se acuerda la terminación del proceso o la no aplicación de una cláusula abusiva no puede recurrir el ejecutado consumidor en el caso de que se rechace su oposición?

En el ámbito de aplicación de la normativa de la Unión Europea sobre protección de los consumidores contenida en la Directiva 93/13/CEE, ¿es compatible con el principio del derecho a la tutela judicial efectiva y a un juicio equitativo y en igualdad de armas que proclama el artículo 47 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea una disposición del derecho nacional como el artículo 695.4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil española que, al regular el recurso de apelación contra la resolución que decide la oposición a la ejecución sobre bienes hipotecados o pignorados, sólo permite recurrir en apelación el auto que acuerde el sobreseimiento del proceso o la inaplicación de una cláusula abusiva y excluye el recurso en los demás casos, lo que tiene la consecuencia inmediata de que, mientras puede apelar el ejecutante cuando se estima la oposición del ejecutado y se acuerda la terminación del proceso o la no aplicación de una cláusula abusiva no puede apelar el ejecutado en el caso de que se rechace su oposición?

Por suerte el Tribunal de Justicia de Europa ha vuelto a estimar que nuestro sistema de ejecución hipotecaria no se ajusta a la normativa, ni con la mediocre Ley 1/2013, y se va a tener que volver a modificar, en base a lo que dicta el Tribunal de Justicia:

El artículo 7, apartado 1, de la Directiva 93/13/CEE del Consejo, de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores, en relación con el artículo 47 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, debe interpretase en el sentido de que se opone a un sistema de procedimientos de ejecución, como el controvertido en el litigio principal (la ejecución hipotecaria española vigente), que establece que el procedimiento de ejecución hipotecaria no podrá ser suspendido por el juez que conozca del proceso declarativo, juez que, en su resolución final, podrá acordar a lo sumo una indemnización que compense el perjuicio sufrido por el consumidor, en la media en que éste, en su condición de deudor ejecutado, no puede recurrir en apelación contra la resolución mediante la que se desestime su oposición a la ejecución, mientras que el profesional, acreedor ejecutante, sí puede interponer recurso de apelación contra la resolución que acuerde el sobreseimiento de la ejecución o declare la inaplicación de una cláusula abusiva.”

Lo que he escrito en mi libro La banca culpable es solo la punta del iceberg de un sistema bancario que está podrido por dentro y que, a la fuerza, deberemos cambiar.
De este tema y otros relacionados con la economía he hemos discutido en la tertulia del viernes de IB3 Ràdio, que os invito a escuchar (la mayor parte está en castellano):

Os dejo varias informaciones sobre cómo creo que evolucionará el crédito en lo que nos queda de año y en los primeros meses de 2015.

Por una parte, el artículo que acabo de publicar como director editorial de iAhorro.con en Cinco Días, titulado ‘Cuatro factores del aumento de la financiación bancaria: motor del crecimiento económico‘, en el que analizo las limitaciones al crecimiento de los préstamos e hipotecas hoy en día.
Por otro lado os invito a leer el artículo aparecido en la revisita Forbes de este mes, que comento en iAhorro, titulado ‘Más crédito, pero caro y muy selectivo‘:

 

A continuación os dejo las dos últimas tertulias de economía en las que he participado, en el programa ‘El Faristol’ de IB3 Ràdio.
Se han tratado temas relacionados con el rescate a la banca, el crecimiento económico o las políticas europeas marcadas por Alemania.
Uno de los puntos que hemos discutido y creo es de máximo interés es si el crecimiento económico, incluso permitiendo bajada de salarios y beneficios desequilibrados hacia la empresa (para que cree empleo), acabarán revirtiendo en un aumento del empleo, cuando el paro se sitúe cerca del pleno empleo (o más bien sobre el 7% de paro). El profesor Toni Alcover mantiene esta idea, mientras que yo la critico en base a que nos quedan muchos años para que se cree empleo (el FMI hasta el 2019 no estima que la tasa de paro baje del 20%) y, además, tenemos una parte importante de nuestro empresariado (al igual que unos empleados, sindicatos, partidos políticos) de república bananera, que aprovecha las medidas de reducción de impuestos para bajar salarios, no para reducir beneficios empresariales.

En todo caso, os invito a escuchar y opinar:

De 45 cajas de ahorros a comienzos de 2012, hemos pasado a 12 entidades o grupos de entidades. Esta concentración no tendría por qué haber sido mala, si se hubiera hecho con criterios técnicos y no políticos.
En relación a la reducción de recursos comerciales y humanos, con una red de sucursales al inicio de la crisis claramente sobredimensionada, decir que han cerrado 7.852 oficinas (el 33,9% del total)  y han dejado de trabajar en el sector 36.644 empleados (29,5% del total de trabajadores en cajas de ahorro), con datos proporcionados por la CECA de 31 de diciembre de 2013.
Una reforma de un sector como el de cajas de ahorros puede ser para fortalecerlo, con liquidación ordenada de las entidades insolventes, agrupación de las menos buenas con las mejores (cediendo la dirección a las de éxito y sin duplicar cargos, todo lo contrario), cambios en las normas de gobierno para impedir injerencias políticas o nuevos modelos de negocio financiero, todo ello implementando un plan estratégico consensuado por los principales partidos políticos, con la intervención de expertos del sector e independientes, o lo que se ha hecho: una castaña muy cara que acabaremos pagando todos.
Esta rotunda afirmación requiere de una explicación técnica, para no limitarse a una mera expresión demagógica. Que en la confección de la hoja de ruta no han participado expertos independientes a los propios banqueros creo que es evidente. Aparte de porque no han participado, salvo que lo hayan hecho de forma secreta, lo cual dudo, por la evidente relación o connivencia de los reguladores con el poder político, con múltiples ejemplos, siendo tal vez el más significativo el fichaje de José María Roldán como presidente de la Asociación Española de la Banca (AEB).
Que la planificación de las medidas a tomar para reestructurar el sector de las cajas de ahorro no ha sido pactado por una mayoría de partidos políticos, lo sabemos todos. La utilización masiva del Real Decreto-Ley, por una parte, además de la utilización de las mayorías en la elaboración de la única Ley aprobada por el momento (la Ley 8/2012 que establece mayores provisiones para el riesgo de las promociones y suelo), ha hurtado el debate parlamentario y la opinión de los ciudadanos. Finalmente se ha aprobado la Ley 26/2013, que limita la actuación de las cajas de ahorro en materia financiera, establece un régimen de incompatibilidades para evitar la exagerada, injerencia política, patronal y sindical en la gestión, además de obligar a las cajas a transformarse en fundaciones bancarias y traspasar su actividad financiera a una entidad de crédito (banco privado, en definitiva) si el valor de su activo excede de 10.000 millones o si su cuota de mercado en los depósitos de su CC.AA. supera el 35%. En otras palabras, en lugar de tomar estas medidas al principio de la crisis, se toman al haberse ya ejecutado de forma cuestionable la mayor parte del rescate al sector.
Un rescate a las cajas de ahorros, ciertamente, pero también a los bancos tocados y sanos, como intentaré explicar a continuación, que podría suponer hasta 219.397 millones de euros si todo fuera mal, según cálculos de Gurusblog basados en datos oficiales.
Tengamos en cuenta que de inyecciones directas de capital a las cajas de ahorro llevamos 59.130 millones de euros (de los cuales 1.645 corresponden a BMN, entidad en la que se ha integrado SaNostra), pero además se han dado Esquemas de Protección de Activos a los bancos sanos que se han adjudicado cajas rescatadas por un importe de 28.267 millones de euros. Por otra parte, el capital aportado por el FROB más la deuda garantizada por el Estado al ‘banco malo’ o Sareb suponen 48.546 millones más (que se perderían solo en caso de que no se recuperara ni un euro, escenario muy poco probable). De la creación de la Sareb no solo se benefician los bancos insanos, que cedieron sus activos tóxicos a cambio de un precio de transferencia generoso, sino los bancos sanos accionistas, que ven como la competencia por vender inmuebles se puede controlar desde allí. La estrategia es simple, evitar que la Sareb venda barato, para que no caigan de golpe los precios y poder vender antes los pisos que tienen los bancos; ¿es o no una ayuda indirecta a los bancos?
Pero es que hay más, en dos partidas que el público en general desconoce, 19.342 millones del Fondo de Adquisición de Activos Financieros (FAAF) y 64.112 millones de emisiones de deuda viva de los bancos avaladas por el Estado (que no parece que vayan a impagarse, pero la ayuda al avalar está y tiene un coste).
Es más, hay unos 30.000 millones en activos fiscales diferidos que los bancos van a poder descontarse de los posibles pagos de impuestos futuros, en hasta 18 años. Y en caso de liquidación, el Estado respondería de éstos (esta cifra no la hemos tenido en cuenta a la hora de cifrar el importe del rescate y diversas ayudas al sector, que incrementaría aún más la factura).
Si de nuestro entorno hablamos, queda una de las dos únicas cajas de ahorro que gestionan directamente su negocio financiero en España: Colonya, Caixa de Pollença. Una entidad que, básicamente, no ha cometido los excesos del resto de compañeras, manteniendo la esencia de lo que deberían haber sido las cajas: entidades no privadas que captan ahorros de los habitantes de la zona en que operan, para dedicar estos recursos a financiación productiva de la zona y los beneficios a la obra social. Una función vital que, hoy en día, pretéritas cajas como ‘SaNostra’ ya no pueden hacer.
Parte del artículo publicado en la revista Gran Empresa que puedes leer completa aquí, en páginas 38 y 39:

La crisis económica está creando un estado de opinión, además de las ya dramáticas situaciones personales de cada uno, que alimenta la generación de determinados sentimientos y rutinas mentales que afectan, de una forma u otra, a nuestra salud mental.

Las enfermedades mentales, sean desordenes pasajeros o duraderos, son las más desconocidas y estigmatizadas a las que un paciente debe enfrentarse, al menos en países como el nuestro. Gran parte de esta distorsión se debe a nuestra incultura en este tipo de materias, otra importante culpa la tiene un relativo atraso en la investigación médica y psicológica, y en menor medida abusos de algunos al fingir dolencias. Vamos a dar unas pinceladas a la relación entre la crisis financiera y la estabilidad emocional, aprovechando que en un rato estaré dando una charla junto a otros expertos en economía y psicología en el Centro Yoima.

Emociones de la crisis económica

 

Sentimientos básicos  relacionados con la crisis:
Aflicción, emoción dolorosa e infeliz como reacción a una pérdida grande. Si esta emoción no se supera, puede acabar produciendo dolencias y enfermedades mentales como la depresión. Si bien suele referirse a pérdidas personales, por ejemplo la muerte de un ser querido, otras situaciones como la pérdida del hogar por no poder hacer frente al pago de las cuotas hipotecarias provocan este tipo de sentimientos, como desgraciadamente saben muchas familias españolas.
Miedo, sentimiento que puede llegar a ser invalidante si se mantiene en el tiempo y no responde a una adaptación útil a determinadas situaciones. Tener miedo constante a perder el trabajo, por ejemplo, puede ser útil si provoca que nos concentremos mejor en nuestras tareas laborales, o bien nos mueve a formarnos en otras áreas de saber, para ser más empleable. Sin embargo, el miedo continuado acaba siendo una losa para nuestro día a día y salud emocional.
Emociones cognitivas superiores y crisis económica:
El amor es un sentimiento común a toda la raza humana, independientemente de la cultura en que nos hallemos. Sin embargo, hay especificidades en el sentimiento según las diferentes poblaciones, razón por la cual no se considera un sentimiento básico. He querido referenciarlo para constatar el inmenso amor que mucha gente demuestra, no solo hacia los suyos, ayudando a otros a salir adelante, sean criticando las malas prácticas bancarias, sea representando legalmente a las víctimas de preferentes, sea evitando lanzamientos judiciales claramente injustos. A todos ellos, mi más sincera enhorabuena y admiración.
La culpabilidad, sentimiento que no tiene sentido en muchas ocasiones,es una vivencia psicológica que surge a consecuencia de una acción que causa un daño y que provoca un sentimiento de responsabilidad. También puede surgir por la omisión intencionada de un acto. Muy relacionada con la vergüenza, es un sentimiento que los principales culpables de la crisis, bancos, gestores políticos y demás, se han encargado de generar en el público, mediante mensajes del tipo:
  • En España hay que pagar las deudas.
  • Quisimos vivir por encima de nuestras posibilidades.
  • Los preferentistas buscaban duros a cuatro pesetas.
Falacias que paralizan a las víctimas e impiden que luchen por sus derechos. En mi libro ‘La banca culpable‘ he tratado de transmitir una idea: las víctimas, sean los hipotecados de buena fe o los ahorradores a los que se colocaron productos de ahorro tóxicos, son víctimas, no culpables. Y los culpables deberían pagar sus pecados, bancos, cajas de ahorro, gestores políticos y demás agentes del mercado (CNMV, Banco de España, tasadoras, …).
Este tipo de mensajes de intoxicación informativa provocan desconcierto entre los afectados, al no saber si deben reclamar o avergonzarse de su situación. Lo que deben hacer, repito, es luchar.

De las dolencias a las enfermedades mentales

Debido al desconocimiento sobre las patologías mentales, mucha gente no sabe distinguir entre un pensamiento negativo, una personalidad disfuncional o una verdadera enfermedad mental. Cada proceso mental negativo tiene un tratamiento diferenciado, en algunas ocasiones complementario y en otras no.Un pensamiento negativo intrusivo y continuado, los pensamientos automáticos, puede aprenderse a eliminar con terapia cognitiva. Una personalidad depresiva o la personalidad melancólica de Tellenbach, requiere de cambios importantes en nuestras rutinas diarias, además de terapia más profunda. Una enfermedad mental, como la depresión mayor, requiere de un tratamiento médico, además de terapia y cambios en nuestra vida. En el siguiente enlace en PDF nos explican los síntomas que el DSM IV tiene en consideración para diagnosticar la depresión mayor, enfermedad grave pero curable si nos la tomamos en serio y somos buenos pacientes.

Estar enfermo mentalmente no es nada malo (moralmente hablando); lo que hay que hacer es tomárselo muy en serio y acudir a un médico especialista, lo antes posible.

Y ya os adelanto que la factura es mayor si tenemos en cuenta avales cruzados del Estado o la ayuda encubierta a la banca que supone prestarle barato mediante el BCE y que compre deuda pública bastante más rentable.

En todo caso en este magnífico artículo de El Confidencial ya tenemos una cifra con la que trabajar: 100.0000 millones de euros de coste de sanear una entidades financieras suicidas, capitaneadas por políticos y gestores que se han forrado.

Si tienes pareja y dos hijos, tu familia debe 8.700 euros al Estado, que se lo ha dejado a los bancos, para saldar la cuenta del rescate.

Acuérdate de la cifra cuando vayas a negociar con tu banco que te quite la cláusula de suelo de tu hipoteca o no te cobre comisiones por cualquier concepto que se invente.

Acuérdate de los partidos políticos que tenían capacidad de gestionar otro tipo de rescate (liquidando entidades si fuera necesario) y en lugar de mirar por el interés general, ayudaron a sus banqueros amigos (y políticos, sindicatos y patronal que estaba en los consejos de las cajas).

Y si no te importa, prepara los 8.700 euros que te va a tocar pagar (más los intereses correspondientes).

Recientemente el portal Kelisto ha publicado un artículo en el que estudia el posible número de hipotecas underwater o hipotecas burbuja.
Básicamente, una hipoteca burbuja sería un préstamo hipotecario cuya deuda pendiente supera el valor de mercado de la garantía real, el bien inmueble. Los adalides de los bancos, nos decían que de generalizar la dación en pago, las familias y empresas con hipotecas underwater las darían al banco a cambio de que les anularan la deuda. Esta afirmación tiene una base cierta y otra engañosa, para defender los intereses de la banca:
  • Es cierto que hay un claro incentivo para dar la casa al banco, si ésta vale menos que nuestra deuda pendiente.
  • Sin embargo, dudo que muchas familias con hogares consolidados, cuya finalidad es básicamente de uso y disfrute, lo hicieran. ¿Acaso no necesitarían otra casa? ¿Los bancos les concederían otro préstamo hipotecario, en las mismas condiciones que el anterior y con los mismos requisitos? ¿El haber dado su vivienda en dación en pago, no supondría un estigma para los bancos, a la hora de concederles de nuevo financiación?
La mejor hipoteca del mercado en estos momentos, de Bankinter a Euribor +1,95%, tiene incluida la dación en pago en sus escrituras. ¿No es curioso que no sea mucho más cara que sus competidores?
Personalmente nunca he defendido, de todos modos, la dación en pago generalizada. Lo que creo necesario es introducirla como una medida en manos del juez o arbitro, junto a otras como las quitas, carencias, reducciones de tipo de interés o ampliaciones de plazos, dentro de un procedimiento especial de concurso de acreedores de personas físicas.

Estudio del valor de viviendas e hipotecas

Kelsito.es aporta esta interesante imagen del estudio:

Según sus datos, hay más de 581.000 inmuebles cuya deuda pendiente supera su valor. Comentan que “Actualmente, uno de cada 10 hipotecados en España está atrapado en una vivienda que vale menos que el préstamo que le queda por pagar (9,5%), una tasa que se elevará hasta el 10,7% en 2014 y el 11,3% en 2015“.

Un ejemplo

Nos dice el informe que el precio medio de la vivienda de los máximos de 2007 a 2013 ha caído un 38,5%, pasando de 245.313 a 150.787 euros.

Supongamos que contratamos un préstamo hipotecario por el 100% del precio de la vivienda, práctica muy habitual en el 2007 (y hasta el 100% más gastos en muchos casos). La vivienda estaba valorada en 245.000 euros, lo que supone haber solicitado un préstamo de unos 245.000 euros.

Tomemos una hipoteca a 30 años a euribor + 1, contratada el 1 de enero de 2007. Utilizando el simulador del Banco de España y los valores del euribor en diciembre de 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012 (referencia para calcular la cuota durante todo el 2013), nos resulta que la deuda pendiente pasa de 245.000 euros a:

  • Deuda pendiente a final de 2007: 241.333 euros.
  • Deuda pendiente a final de 2008: 238.026 euros.
  • Deuda pendiente a final de 2009: 233.646 euros.
  • Deuda pendiente a final de 2010: 227.274 euros.
  • Deuda pendiente a final de 2011: 221.005 euros.
  • Deuda pendiente a final de 2012: 214.976 euros.
  • Deuda pendiente a final de 2013: 207.514 euros.

Por tanto, de inicio de 2007 a finales de 2013, hemos amortizado 33.819 euros, siendo el resto de pagos a cuenta de los intereses.

Nuestra vivienda, por otra parte, ha pasado de valer 245.000 euros a 150.675 euros.

Por tanto, debemos 56.839 euros más al banco de lo que vale nuestra casa (si la podemos vender). Con una dación en pago, dejaríamos de estar perdiendo 56.389 euros más los intereses que pagaremos hasta el final de la hipoteca. Eso sí, todo dependería que que pudiéramos comprar otra vivienda rebajada al mismo nivel y con una hipoteca de las mismas condiciones, lo cual es mucho suponer.

Un ejercicio teórico que de nada sirve al hipotecado, dado que ni puede dar su vivienda en dación ni podría volver a endeudarse para comprar otra. Pero para una cosa sí sirve el estudio:

Para que nos demos cuenta que las casas no siempre suben de valor ni son un valor seguro. La contratación de un préstamo hipotecario es una decisión financiera crucial y muy arriesgada (comprometemos todo nuestro patrimonio presente y futuro), y además arriesgamos con el valor del activo que compramos, que puede perder precio de mercado.

Os dejo enlazada la guía hipotecaria 2014 editada por iAhorro, que he dirigido. Es, sin duda, la información mínima que cualquier familia debe tener antes de plantearse solicitar financiación. Avisados estáis.

Este artículo antes de bajar a cenar pretenden simplemente agradecerle a Ada Colau y a todos los luchadores de la PAH su inestimable labor en defensa de los derechos de las personas que no pueden pagar su hipoteca. Su trabajo ya trasciendo fronteras y el mismísimo NYT publica una entrevista titulada ‘Leading the Charge Against Spain’s Mortgage Crisis‘.
No tengo vinculación con la gente de la PAH, si bien les agradezco gran parte de su noble lucha. Mi trabajo de divulgación de las injusticias del sistema jurídico y práctico en materia hipotecaria no se mueve siempre en paralelo con la línea de la PAH, como no podría ser de otra manera. Cuando te han a arrebatado algo tan personal y necesario como tu casa, sobretodo si era el hogar de tu pareja o hijos, de tu familia, no hay medias tintas. Pero siempre digo que la regulación de una banca sana no puede venir solo de las víctimas (representadas por la PAH), ni solo de los verdugos (los bancos).
Sin embargo, vivimos en un país en que el ciudadano vota, pero el banquero decide. Y con esta antidemocrática situación, los que intentamos buscar el equilibrio muy poco (o nada) tenemos que hacer. Nos guste o no, solo con la presión de gente como Ada Colau, algo cambiará.
Luchar por la justicia, el equilibrio entre el prestatario y el prestamista, no es luchar contra los bancos. Es luchar contra los directivos, políticos, patronales, sindicatos y todo aquel que influye en la gestión de bancos y cajas y se aprovecha, en lugar de mirar por el bien común.
Querer cambiar una realidad vergonzosa y dramática no significa ser de izquierdas o derechas, como se creen algunos. Es ser justo. Y además listo, ya que sin bancos buenos, la economía seguirá siendo un desastre y una forma de que pocos ganen y muchos pierdan.
Sí, ha leído bien. El rescate a nuestra banca ha sido un éxito.
Solo un “pequeño” matiz, un éxito para los bancos españoles (o mejor dicho, para sus gestores, políticos, sindicatos y patronales que estaban en las Cajas de Ahorro cobrando para nada), no para la economía real en su conjunto ni, mucho menos, para el contribuyente, usuario de servicios públicos esenciales o preferentistas y demás clientes bancarios de este tipo.
Afirman que sin el rescate entidades financieras sistémicas habrían cerrado y el coste habría sido mucho mayor. Solo hay una pega, no tenemos un estudio que lo evidencie. Se ha hecho un traje a medida del sector financiero, sin que el votante haya tenido ni voz ni voto. Se ha menospreciado al que debería mandar, ya que al final es el que paga: el contribuyente.
¿Qué podemos hacer? Cada uno lo que buenamente quiera. Personalmente, mi arma es mi voto.
Os dejo una interesante noticia sobre este mismo tema, artículo de RT titulado “Experto: La economía real de España “está peor” después del rescate de la Troika“. El “experto” se supone que soy yo, así que vamos bien.