A la hora de elegir un producto financiero de la envergadura de una hipoteca, lo más normal es que a día de hoy nos planteemos si es mejor contratar financiación hipotecaria a tipo fijo o a interés variable. Antes de profundizar en este tema, repasemos las diferencias básicas de una u otra modalidad:
- Hipoteca a tipo fijo: el interés que se contrata al inicio de la operación es el que se aplicará durante toda la vida de la hipoteca, manteniéndose así sus cuotas inamovibles mes tras mes.
- Hipoteca a tipo variable: en este tipo de hipoteca se nos aplicará un tipo de interés llamado diferencial al que deberemos sumar el tipo de interés tomado como referencia (referencial), normalmente el Euríbor. Ejemplo de hipoteca a tipo variable: Euríbor + 1,00%. Sabiendo que el Euríbor está en estos momentos en negativo (-0,484 %), realizando la simple operación aritmética quedaría un tipo de interés del 0,516%.
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