La política del BCE de mantener tipos de interés bajos, actualmente al 0,75% y podría seguir bajándolos, combinado con un mercado interbancario seco (los bancos privados apenas se dejan dinero entre sí) ha provocado que la media mensual del Euribor anual de lo que llevamos de agosto se haya situado por debajo del 1%.

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Cuando trabajé en un banco, en esos remotos tiempos en que ni nos dejaban usar correo electrónico corporativo, recuerdo que ya se hablaba de un indicador del coste del dinero, de reciente creación y que tomó el lugar del MIBOR: el Euribor.
Al coste de financiación del propio banco, al pedir dinero a otros bancos en el mercado interbancario, se le sumaba un diferencial y éste era el “beneficio” del banco (al que restar otros costes como el de administración y demás). Por ello la mayoría de préstamos hipotecarios se referencian al Euribor + un diferencial.

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En economía se habla del “activo libre de riesgo” cuando se quiere calibrar el riesgo de otro determinado. Seguro, aparte de la muerte, en economía no hay nada, y menos si hablamos de productos financieros de ahorro.
La deuda pública o los depósitos a plazo fijo podrían ser considerados “libres de riesgo” en algún momento. Sin embargo esta crisis financiera ha dejado bien claro al ahorrador que los Estados soberanos pueden tener problemas para pagar su deuda y que los depósitos en bancos y cajas no están lo seguros que uno creía. Incluso la propia moneda en que se valoran los ahorros puede desaparecer y devaluar el esfuerzo de una vida. Y no hablemos del pánico que inspira la simple mención de un corralito en España (que es ya lo más improbable de todo).
En El Temps de 5 de junio de 2012 se me ha pedido mi opinión, como director editorial de iAhorro.com, sobre la tendencia actual del ahorrador a priorizar los productos financieros en función de su grado de seguridad, en lugar de su rentabilidad.Para cualquier ahorrador es importante que sepa valorar adecuadamente los siguientes aspectos de un producto financiero:

  1. Su seguridad, entendida como el riesgo que tiene de hacernos perder dinero, sea por la propia naturaleza del producto (por ejemplo las acciones) o por el riesgo del emisor (cuotas participativas de la CAM, etc).
  2. Su liquidez: ¿podremos sacar el dinero en cualquier momento antes de su vencimiento? ¿tendremos que pagar alguna comisión o asumir posibles pérdidas? Los fondos garantizados, por ejemplo, nos pueden suponer pérdidas si necesitamos el dinero antes del vencimiento de la garantía.
  3. Su rentabilidad, que debe estar acorde con el riesgo y la liquidez del producto financiero. NO es lo primero que tenemos que analizar, es lo último.
Ayer tuve la oportunidad de intervenir en el programa laSexta Columna, en que trataron el desastre bancario que se ha provocado con la gestión patética de muchas cajas de ahorro (y bancos, que los hay).

Pau A. Monserrat en la Sexta Columna

En el siguiente enlace se puede ver el programa completo “Bancos rescatados y culpables“. Lo malo es de este tipo de programas es que las intervenciones son muy cortas, teniendo en cuenta que mi entrevista duró más de 1 hora. En todo caso, el formato televisivo de este tipo es lo que tiene.
Es muy bueno que en este país los medios de comunicación empiecen a explicar a la población lo que ha pasado en la banca patria. Es lamentable que sea ahora y no cuando podíamos hacer algo al respecto, pero al menos se acaba sabiendo parte del negocio que banqueros, políticos, sindicalistas y patronos han hecho con el dinero de todos, ahorradores, accionistas y contribuyentes.
Para que los culpables respondan, en todo caso, será necesario que haya una presión popular calara, porque los políticos y jueces no parecen muy por la labor de actuar con contundencia, visto lo visto.
Me gustaría dejar clara que mi postura es que rescatar a los bancos debería ser rescatar a sus clientes, depositarios de los ahorros. No rescatar a los banqueros, que ni pueden seguir cobrando unos sueldos que no se corresponden con su capacidad ni deben irse de rositas si han cometido irregularidades o delitos. En todo caso, sólo la indignación sensata puede conseguir que haya algo de justicia en este aspecto.
Os dejo un fragmento del programa en el que aparezco en los minutos 4:12, 4:58 y 5:40 dando mi opinión sobre la necesidad de que los culpables respondan de su mala gestión, además de señalar los errores de supervisión del Banco de España. Os invito a visionar el programa completo, vale la pena.

Tranquilidad, nuestros depósitos y cuentas no corren peligro, ni en Bankia ni en ningún otro banco español. Simple y llanamente.

Y no sólo lo digo yo, lo he consultado con expertos financieros del más alto nivel, independientes y algunos que gestionan grandes sumas de dinero en el país y fuera de él.

Por tanto, el mensaje de tranquilidad que lanzo no es interesado, sino bien informado.

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Como Director Editorial de iAhorro.com he tenido la posibilidad de participar en directo en un chat en los medios de Editorial Prensa Ibérica sobre la situación de la banca española en general y de Bankia en particular. 60 preguntas y respuestas que creo valen la pena leer con calma.

Os dejo con algunas respuestas sobre Bankia y resto de bancos, seleccionadas, para daros una idea de lo que opino del tema:

¿Cual es la verdad sobre la banca española?

» La verdad no la sabe nadie, ya que estamos a la espera de que los bancos aclaren exactamente qué valen los inmuebles que tienen en sus balances y los que se acabarán adjudicado por impago de promotores y familias.

En todo caso lo primero un mensaje de confianza: salvo que la Unión Monetaria se desmorone de forma desordenada, escenario que tanto los expertos de iAhorro.com como muchos otros descartan, los depósitos no corren peligro.

Lo segundo un mensaje de urgencia para la banca y el Gobierno: los mercados calculan que hay un agujero que tendremos que cubrir con deuda (a pagar por todos los contribuyentes) de entre 100.000 y 300.000 millones de euros. Cifremos exactamente el desfase tremendo de liquidez y pactemos cómo pagarlo y cómo compensaremos el esfuerzo de los ciudadanos en algo que es primordialmente culpa del sistema financiero.

¿Podríamos perder los ahorros en cuentas y depósitos en Bankia si quiebra?

» Lo primero es que no se baraja la quiebra (concurso de acreedores) de Bankia, sino una inyección de capital (que puede acabar o no en nacionalización).

En todo caso, hay un Fondo de Garantía de Depósitos que asegura 100.000 euros por titular y banco o caja. Es cierto que está sin apenas liquidez, pero en todo caso el Gobierno acudiría en su ayuda emitiendo deuda, con casi toda seguridad.

¿Las acciones de Bankia tienen algún futuro?

» Me temo que muy poco; ya muchos advertimos de la más que probable ruina de acudir a la OPS de Bankia, en su momento.

Sólo tenemos que comprar acciones si entendemos perfectamente el funcionamiento del mercado y de la empresa que las emite. No son un producto para el ahorrador tradicional normal.

El caso más triste es el de los ahorradores sin saberlo de participaciones preferentes de las entidades de Bankia, que acudieron al canje por acciones y sus pérdidas no paran de aumentar.

¿Por qué hay que rescatar a este banco y no cierra como cualquier otro negocio que no funciona?

» Desde mi punto de vista la pregunta debería dividirse en tres:

1.- ¿Hay que rescatar a la banca?
Sí, si no queremos que una gran parte de clientes pierdan sus ahorros y la desconfianza en el sistema financiero nos argentinice (durante generaciones la economía no será nunca lo mismo). En todo caso, es mi opinión.

2.- ¿Hay que buscar responsables y que paguen si han cometido delitos o faltas administrativas?
Sin duda, cosa que de momento no estamos viendo.

3.- ¿Hay que regalar el dinero?
Dado que vamos a pagar vía impuestos y menos Estado del Bienestar el rescate bancario (del cual quedan aún muchos miles de millones de euros por inyectar), los ciudadanos debemos exigir un plan público que recoja cómo nos devolverá la banca el sacrificio que haremos. Y no sólo los bancos rescatados, también los sanos (en menor cuantía, pero el rescate se hace para evitar que se desmorone el sistema, con lo cual saldrán beneficiados también).

Os invito a leer el resto de las 60 preguntas y respuestas.

El banco vende productos financieros, no es un asesor financiero
Enmarca en un cuadro esta máxima y cuélgala en tu comedor. Con esta idea, sencilla y clara, no volverás a contratar hipotecas con cláusula de suelo o swaps hipotecarios sin saberlo y no depositaras tus ahorros en participaciones preferentes perpetuas pensando que es “un depósito de alta rentabilidad”.
Sin una cultura financiera mínima, no entres en un banco solo. Que te acompañe un amigo economista, un asesor financiero pagado o un familiar que trabaja en banca. Pero no vayas sólo a tu oficina a buscar información sobre inversiones o ahorros. Te colocarán lo que tengan en el escaparate, te convenga o no. Avisado estás.

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Este lunes entra en vigor un nuevo índice de referencia del mercado hipotecario, aplicable a las hipotecas a tipo variable. Este nuevo referencial es el Interest Rate Swap (IRS) o permuta de tipos de interés a 5 años.

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La problemática que viven muchas familias ahorradoras que confiaron su dinero a su banco o caja de toda la vida, a las que se convenció de que invertir en participaciones preferentes era igual de seguro y líquido que un depósito a plazo fijo, es lamentable.

Deja en evidencia algo que llevo años diciendo: nuestra supuesta fuerza financiera, la capacidad de las sucursales bancarias de colocar productos, era en realidad una debilidad y, me atrevería a decir, una vergüenza: vender, engañar, persuadir, convencer o confundir a los clientes para que elijan el producto financiero que quiere la directiva bancaria, no el que le conviene al cliente. La situación es tan preocupante para la gente que sale a la calle a manifestar su situación.

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Me es muy grato apreciar como cada vez más los medios de comunicación tradicionales se preocupan por dar una información de mayor calidad e independencia sobre la banca, los productos financieros y la cultura económica en general.

Aparte de los últimos programas de TV, Salvados y El Gran Debate, con varios millones de espectadores cada uno, he podido aportar mi granito de arena a la cultura financiera de este país en otros medios, entre los que esta semana destaco:

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