Estamos iniciando el mes de octubre de 2013 y no es un mal momento para revisar los préstamos hipotecarios más baratos (o menos caros) del momento.
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Hoy sale en la contraportada del Diario de Mallorca una entrevista que me ha hecho el periodista Matías Vallés, uno de los que más prestigio tienen en mi tierra y que en su día entrevistó a mi padre, cosa que le da a mi aparición un plus de orgullo al recordarlo. Como siempre, no pierdo ocasión para nombrar y recordar a Antoni Monserrat Moll, mi padre.
Estos días se habla mucho de las hipotecas con diferenciales muy altos, a las que denomino hipotecas bomba.
Algunas veces uno tiene la impresión de que los bancos no aprenden de sus errores. Y como más conoce cómo funciona el negocio bancario, más clara es esta sospecha. Está claro que un euribor por debajo del 1% no refleja el coste al que los bancos se dejan dinero en el interbancario. Nadie puede pensar que con la desconfianza que hay entre los bancos europeos, el dinero se preste a un tipo tan bajo.
Que el mercado interbancario está roto es una evidencia, lo que no está tan claro es qué alternativas tiene la banca en materia de referenciales hipotecarios. El que supuestamente estaba llamado a sustituir al euribor, el IRS o permuta de tipos de interés a 5 años, no ha sido aún ofertado por ningún banco. Y el IRPH es un tipo de referencia caro que pocos clientes quieren.
Sea como sea, lo que no tiene sentido alguno es que los bancos intenten aumentar su rentabilidad por préstamo hipotecario aumentado los diferenciales en 3 y más puntos. Un euribor + 3 es un futuro supondrá un 8% de interés o más; en otras palabras y con los precios de las casas actuales, problemas de pago futuros.
De todo ello he opinado en El Confidencial y otros medios.
¿Qué opina de la reciente sentencia del Tribunal Europeo sobre las cláusulas abusivas y el procedimiento de ejecución hipotecaria español? ¿En qué grado y casos es aplicable al ordenamiento español en estos momentos?
Confirma la prohibición del abuso en las prácticas bancarias. Ha servido para ampliar la reforma de la legislación hipotecaria y como referencia del Tribunal Supremo para fijar doctrina sobre las cláusulas suelo. Un buen paso para colonizar la actividad bancaria.
Multitud de fuentes nos alertan de que modificar la normativa española produciría una reducción drástica en la concesión de préstamos hipotecarios y un encarecimiento importante de los intereses cobrados. ¿Qué opinión tiene al respecto?
El crédito ya está bloqueado como consecuencia de las malas prácticas bancarias. Es la rigidez de la legislación hipotecaria lo que creaba un riesgo legal, de ruptura del sistema. La reciente reforma va en la buena dirección, fortalece el sistema, aunque se ha quedado corta.
Los bancos deben reparar el daño ocasionado con la concesión irresponsable de crédito. Las malas prácticas deben ser castigadas para disciplinar el mercado y evitar que esto vuelva a ocurrir.
El Colegio de Economistas A Coruña ha querido entrevistarme en su revista O Economista número 93, a tenor de la reciente publicación de mi libro “La banca culpable“.
La gestión de la crisis chipriota por parte de los “amigos” de la Troika ha sido, cuanto menos, penosa. O estamos en una Unión Monetaria y, de una vez, en una verdadera unión fiscal, o cada uno se va con paso firme a su casa.
Lo que no puede ser es que no se controle en absoluto lo que hace cada país y, cuando los desastres florecen, se les deja parasitar todo el jardín europeo. Necesitamos de una vez por todas una unión económica y política, o el ahorro en euros no será una opción seguro como debe ser.
Para empezar, ni tenemos aún unión bancaria ni Fondo de Garantía de Depósitos a nivel de toda Europa, mínimos para que podamos llamar europeo a nuestro sistema financiero. Que la seguridad de los depósitos y cuentas de menos de 100.000 euros se cuestionen cada dos por tres, es arrojar gasolina al fuego de inquietud en el que viven los ciudadanos ahorradores día a día.
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